— ¡Es él! —se burló Xu Nan.
Ning Fan de inmediato se interesó. Estaba a punto de tomar a Chen Hao de la mano y saludarlo, pero la retiró en el último.
—Entonces tú eres el famoso Chen Hao. He visto antes a tu ex novia Yang Xia. Es bastante bonita. Quiero disculparme de parte de mi amigo por haberse robado a tu novia —le dio una palmada en el hombro mientras se lo decía—. Por cierto, si llegas a venir a la Calle Comercial Jin Ling en el futuro, solo menciona mi nombre. ¡Puedes obtener un treinta por ciento de descuento!
Lo dijo para mostrar sus disculpas.
—Ning Fan, aunque mencione tu nombre, no importa, porque este pobretón no se puede dar el lujo de comprar nada en esta calle comercial.
Varias chicas junto a Zhao Yifan se cubrieron la boca y se rieron.
— ¡Así que esa es la verdad! Entonces discúlpame. Lu Chen solía decirme que estaba enamorado de la novia de un tipo pobre. Había pensado que esa tal novia no podía ser muy bonita, pero cuando visité tu escuela ese día, ¡vi que en realidad era muy hermosa! ¡Entonces me supuse que Chen Hao era muy adinerado! -dijo Ning Fan riéndose.
— Cómo es eso posible, Jaja... Fan, cuando le sugeriste a Lu Chen que invitara a la hermosa Yang Xia a salir con dinero, ¡se regresó a su habitación y pasó solo media hora con ella para lograr que accediera! -dijo Xu Nan riéndose.
En ese momento, el compañero de Chen Hao, Yang Hui y los demás estaban llenos de ira. Hasta Ma Xiaonan estaba enojada.
— ¿A qué te refieres? ¿Tener dinero es la gran cosa? -gritó Yang Hui y se puso de pie.
— Amigo, no se trata de dinero. Hoy en día, ¡quien pueda darle el mejor trato a una chica merece tener una hermosa mujer! Dejemos la decisión a esta hermosura, Zhao Yifan. ¿Tengo razón? —dijo Ning Fan.
Zhao Yifan había prestado mucha atención al temperamento de Ning Fan. Él manejaba las cosas con mucha calma y buenos modales. Por el contrario, ella ya tenía una muy mala impresión de Chen Hao. Apenas asintió. Ella ya había conocido a Yang Xia, un tipo como Chen Hao no era lo suficientemente bueno para ella.
— ¿Piensas que los pobres no merecen una vida digna? ¿Acaso las personas pobres no son humanos? ¿Crees que puedes destrozar los sentimientos de otra gente y burlarte de ellos solo porque tienes dinero? —dijo Chen Hao, quien había estado aguantado sus insultos y se levantó de inmediato. Apretó el puño con fuerza y tenía los ojos rojos. Miró enojado a Ning Fan. Siempre se estaban burlando de él. Al principio, lo estaba soportando porque era el cumpleaños de Xiaonan después de todo. Pero ahora, no podía más.
Zhao Yifan lo miró con desdén. No solo este hombre era pobre, sino que tampoco tenía paciencia. Ni siquiera era capaz de recibir algunos comentarios.
El Rubio, quien estaba a un lado, se enfureció.
— ¿Qué estás haciendo? ¿Cómo te atreves a hablarle de manera tan grosera? Para sobresalir en frente de Ning Fan, el Rubio levantó una botella y se la aventó a Chen Hao. Esa no era la primera vez que lo golpeaba. Sin mencionar que lo estaba haciendo frente al Joven Amo Ning.
— ¡Cuidado!
Los reflejos de Yang Hui fueron rápidos y jaló a Chen Hao a un lado. La botella rebotó y salió volando.
¡Crac!
El gran acuario de peces Feng Shui que estaba fuera de la puerta se hizo pedazos. Comenzó a brotar el agua. Había pedazos de vidrio por todos lados y los peces se revolcaban en el piso.
—Este...
El Rubio se paralizó por un momento y su cara se puso pálida.
Hasta los ojos de Xu Nan y Ning fan comenzaron a temblar.
— ¡Dios mío! ¡Estos peces Feng Shui son muy caros!
Xu Nan se quedó mirando al Rubio. Había un temor en la voz de este último.
— Nan, Fan, no esperaba que Chen Hao se quitara, no lo hice a propósito. ¡En verdad! —dijo el Rubio y tragó saliva. Después miró con fiereza a Chen Hao.
—Es cierto, no podemos culpar al Rubio. Chen Hao, ¿qué tiene de malo que te peguen? Te recompensaríamos con dinero, ¿entonces por qué la evitaste? Las chicas estaban llenas de terror. ¡No había duda alguna que todos culpaban a Chen Hao!
— ¿Qué pasó? En ese momento, el mesero quien había escuchado el ruido, subió con un grupo de guardias de seguridad. Vieron la pecera de Feng Shui hecha pedazos en el cuarto privado. El jefe de seguridad los miró a todos allí.
—Maldita sea, ¿quién hizo esto?
Estos peces Feng Shui eran de Malasia. ¡Simbolizaban muchas cosas! Pero, aún más importante, ¡eran muy costosos! ¡Ahora el acuario estaba hecho pedazos! Y ocurrió cuando él estaba en turno. Los guardias de seguridad quedaron perplejos.
—Señor Biao, ¡es todo un malentendido! Iré a hablar con el Señor Feihong.
Ning Fan sacó un cigarrillo y salió por la puerta.
Zhang Biao extendió su brazo para bloquear su camino.
—Ah, ¿sí? Joven Amo Ning, no me importa si es un malentendido. Usted no conoce el precio de este acuario de peces Feng Shui. No hay manera de que lo pueda ayudar en este asunto. ¡Tendré que comunicarme con el gerente de inmediato!
Habló por el radio inmediatamente después. Luego, un hombre de más o menos treinta años llego con un grupo de gente.
Era Li Feihong, el gerente del Karaoke Imperio.
—iSeñor Feihong! -saludó Ning Fan sonriendo.
Li Feihong miró el desastre.
—Fan, ¿Qué estás haciendo? ¿Estás destrozando mi negocio? -—dijo frunciendo de inmediato.
— ¡Por supuesto que no, Señor Feihong! ¡Por accidente, uno de mis amigos rompió el acuario Feng Shui! —le contestó de manera educada.
Aunque el Señor Feihong solo era un gerente, todos en la Calle Comercial Jin Ling lo conocían. Había llegado a ser el asistente del Gerente General Li y ahora era uno de sus empleados más confiados. ¡Su propio padre tenía que ser cortés con el!
—Señor Feihong, estaba muy enojado hace un momento y quise pegarle con la botella. ¡La botella chocó contra el acuario de Feng Shui porque él la esquivó! —contestó el Rubio tragando saliva y luego tomó un paso adelante.