El mas pobre hombre rico - Chen Hao

Capítulo 8: Una Indemnización Muy Grande

—¡Es él! —se burló Xu Nan.
Ning Fan de inmediato se interesó. Estaba a punto de tomar a Chen Hao de la mano y saludarlo, pero
la retiró en el último.
—Entonces tú eres el famoso Chen Hao. He visto antes a tu ex novia Yang Xia. Es bastante bonita.
Quiero disculparme de parte de mi amigo por haberse robado a tu novia —le dio una palmada en el
hombro mientras se lo decía—. Por cierto, si llegas a venir a la Calle Comercial Jin Ling en el futuro,
solo menciona mi nombre. ¡Puedes obtener un treinta por ciento de descuento!
Lo dijo para mostrar sus disculpas.
—Ning Fan, aunque mencione tu nombre, no importa, porque este pobretón no se puede dar el lujo
de comprar nada en esta calle comercial.
Varias chicas junto a Zhao Yifan se cubrieron la boca y se rieron.
—¡Así que esa es la verdad! Entonces discúlpame. Lu Chen solía decirme que estaba enamorado de
la novia de un tipo pobre. Había pensado que esa tal novia no podía ser muy bonita, pero cuando visité
tu escuela ese día, ¡vi que en realidad era muy hermosa! ¡Entonces me supuse que Chen Hao era muy
adinerado! —dijo Ning Fan riéndose.
—Como es eso posible, jaja… Fan, cuando le sugeriste a Lu Chen que invitara a la hermosa Yang
Xia a salir con dinero, ¡se regresó a su habitación y pasó solo media hora con ella para lograr que
accediera! —dijo Xu Nan riéndose.
En ese momento, el compañero de Chen Hao, Yang Hui y los demás estaban llenos de ira. Hasta Ma
Xiaonan estaba enojada.
—¿A qué te refieres? ¿Tener dinero es la gran cosa? —gritó Yang Hui y se puso de pie.
—Amigo, no se trata de dinero. Hoy en día, ¡quien pueda darle el mejor trato a una chica merece
tener una hermosa mujer! Dejemos la decisión a esta hermosura, Zhao Yifan. ¿Tengo razón? —dijo
Ning Fan.
Zhao Yifan había prestado mucha atención al temperamento de Ning Fan. Él manejaba las cosas con
mucha calma y buenos modales. Por el contrario, ella ya tenía una muy mala impresión de Chen Hao.
Apenas asintió. Ella ya había conocido a Yang Xia, un tipo como Chen Hao no era lo suficientemente
bueno para ella.
—¿Piensas que los pobres no merecen una vida digna? ¿Acaso las personas pobres no son humanos?
¿Crees que puedes destrozar los sentimientos de otra gente y burlarte de ellos solo porque tienes
dinero? —dijo Chen Hao, quien había estado aguantado sus insultos y se levantó de inmediato. Apretó
el puño con fuerza y tenía los ojos rojos. Miró enojado a Ning Fan. Siempre se estaban burlando de él.
Al principio, lo estaba soportando porque era el cumpleaños de Xiaonan después de todo. Pero ahora,
no podía más.
Zhao Yifan lo miró con desdén. No solo este hombre era pobre, sino que tampoco tenía paciencia. Ni
siquiera era capaz de recibir algunos comentarios.
El Rubio, quien estaba a un lado, se enfureció.
—¿Qué estás haciendo? ¿Cómo te atreves a hablarle de manera tan grosera?
Para sobresalir en frente de Ning Fan, el Rubio levantó una botella y se la aventó a Chen Hao. Esa no
era la primera vez que lo golpeaba. Sin mencionar que lo estaba haciendo frente al Joven Amo Ning.
—¡Cuidado!
Los reflejos de Yang Hui fueron rápidos y jaló a Chen Hao a un lado. La botella rebotó y salió
volando.
¡Crac!
El gran acuario de peces Feng Shui que estaba fuera de la puerta se hizo pedazos. Comenzó a brotar
el agua. Había pedazos de vidrio por todos lados y los peces se revolcaban en el piso.
—Este…
El Rubio se paralizó por un momento y su cara se puso pálida.
Hasta los ojos de Xu Nan y Ning fan comenzaron a temblar.
—¡Dios mío! ¡Estos peces Feng Shui son muy caros!
Xu Nan se quedó mirando al Rubio. Había un temor en la voz de este último.
—Nan, Fan, no esperaba que Chen Hao se quitara, no lo hice a propósito. ¡En verdad! —dijo el
Rubio y tragó saliva. Después miró con fiereza a Chen Hao.
—Es cierto, no podemos culpar al Rubio. Chen Hao, ¿qué tiene de malo que te peguen? Te
recompensaríamos con dinero, ¿entonces por qué la evitaste?
Las chicas estaban llenas de terror. ¡No había duda alguna que todos culpaban a Chen Hao!
—¿Qué pasó?
En ese momento, el mesero quien había escuchado el ruido, subió con un grupo de guardias de
seguridad. Vieron la pecera de Feng Shui hecha pedazos en el cuarto privado. El jefe de seguridad los
miró a todos allí.
—Maldita sea, ¿quién hizo esto?
Estos peces Feng Shui eran de Malasia. ¡Simbolizaban muchas cosas! Pero, aún más importante,
¡eran muy costosos! ¡Ahora el acuario estaba hecho pedazos! Y ocurrió cuando él estaba en turno. Los
guardias de seguridad quedaron perplejos.
—Señor Biao, ¡es todo un malentendido! Iré a hablar con el Señor Feihong.
Ning Fan sacó un cigarrillo y salió por la puerta.
Zhang Biao extendió su brazo para bloquear su camino.
—Ah, ¿sí? Joven Amo Ning, no me importa si es un malentendido. Usted no conoce el precio de este
acuario de peces Feng Shui. No hay manera de que lo pueda ayudar en este asunto. ¡Tendré que
comunicarme con el gerente de inmediato!
Habló por el radio inmediatamente después. Luego, un hombre de más o menos treinta años llego
con un grupo de gente.
Era Li Feihong, el gerente del Karaoke Imperio.
—¡Señor Feihong! —saludó Ning Fan sonriendo.
Li Feihong miró el desastre.
—Fan, ¿Qué estás haciendo? ¿Estás destrozando mi negocio? —dijo frunciendo de inmediato.
—¡Por supuesto que no, Señor Feihong! ¡Por accidente, uno de mis amigos rompió el acuario Feng
Shui! —le contestó de manera educada.
Aunque el Señor Feihong solo era un gerente, todos en la Calle Comercial Jin Ling lo conocían.
Había llegado a ser el asistente del Gerente General Li y ahora era uno de sus empleados más
confiados. ¡Su propio padre tenía que ser cortés con el!
—Señor Feihong, estaba muy enojado hace un momento y quise pegarle con la botella. ¡La botella
chocó contra el acuario de Feng Shui porque él la esquivó! —contestó el Rubio tragando saliva y luego
tomó un paso adelante.
Feihong le lanzó una mirada al Rubio. En un instante, pateó al Rubio, levantó la botella y le pegó en
la cabeza.
—¡Vete a la mierda! ¡Veamos quién está más enojado!
—¡¡Ah!!
Todas las chicas estaban aterradas.
—¿Qué debemos hacer acerca de esto? Este acuario de peces Feng Shui se utiliza para decorar el
interior de este cuarto. La demanda contra el daño es el doble del costo, que es de 400,000. ¡Por ahora,
honrando al padre de Fan, solo tendrán que compensar el precio original de 200,000! ¡Les estoy dando
una oportunidad de mostrar que son capaces!
Después de eso, Li Feihong salió con las manos en los bolsillos.
Había por lo menos dos guardias cuidando la entrada.
—¿Qué debo hacer? Nan, Fan, solo tengo 5,000 —dijo el Rubio sosteniendo su cabeza
ensangrentada y se levantó.
—¡Solo tengo 50,000! ¡Maldita sea, es mi dinero para gastar del próximo mes! —Xu Nan contó los
billetes dentro de su cartera.
Ma Xiaonan estaba furiosa. Al final, todos estaban allí para celebrar su cumpleaños. No tenía sentido
que no se involucrara.
—¡Tengo alrededor de 10,000! —ofreció.
Todos juntaron su dinero. Hasta Zhao Yifan puso más de 10,000. En total ni a los 100,000 llegaban.
—Trata de pensar en algo. ¡Le preguntaré al Señor Feng si lo puede dejar pasar! —dijo Ning Fan y
se escapó.
«¿Dejarlo pasar? ¡Imposible!», no planeaba malgastar su inversión.
Las personas dentro de la habitación estaban en graves problemas.
—¡No debí haber celebrado mi cumpleaños! ¡Voy a marcarle a mi papá! —dijo Ma Xiaonan
pisoteando con ansias.
Zhao Yifan la detuvo.
—Xiaonan, ¿por qué tienes que ser tú la que paga? ¡Quien sea que haya empezado este alboroto,
debe asumir la mayor parte de la responsabilidad! —al decir eso, fijó su mirada sobre Chen Hao—.
Rubio no te hubiera pegado si no fuera por tu comportamiento grosero hacia Ning Fan. ¿Dónde está tu
valentía ahora? —dijo fríamente.
—¡Eso es cierto! —asintieron las chicas.
—Les ruego, por favor no culpen Chen Hao. Nadie tiene que pagar nada. Es mi cumpleaños
entonces yo me haré responsable —dijo Ma Xiaonan ansiosamente.
Empezó a marcarle a su familia.
Yang Hui y el resto de sus compañeros querían hacer algo para ayudar, pero sus presupuestos para
gastos cotidianos eran alrededor 1,000 al mes.
Ahora Chen Hao estaba enfurecido, en particular con Ning Fan, Xu Nan, y el Rubio. Sin embargo, él
no podía ver así a Ma Xiaonan. Aunque esta tienda le pertenecía, Li Feihong no sabía su verdadera
identidad. Sería inconveniente marcarle a Li Zhenguo dentro del cuarto.
—Voy al baño —dijo en voz baja y se fue después de eso.
Mientras se iba, Zhao Yifan y las otras chicas abrieron los ojos sorprendidas.
—Dios mío. Nunca he visto a alguien tan cobarde en mi vida. Peor que una niña. ¿Se fue así nada
más? —dijo Zhao Yifan.
En cuanto a Chen Hao, ya había llegado al baño. El guardia de seguridad no lo había detenido
porque iba solo.
Dentro del baño.
—Señor Zhenguo.
—¡Joven Amo Chen! Solo llámeme Zhenguo, ¿cómo le puedo ayudar?
—Estoy en problemas…




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