El mas pobre hombre rico - Chen Hao

Capítulo 38: No Tendras Que Esperar A Que Llegue El Día

Será que Wei Li estaba muy ansiosa por cerrar el trato con la pareja, pero no se dio cuenta que había utilizado demasiada fuerza. Chen Hao no espero que ella
fuera así de mala. Le dolió cuando se pegó en la cabeza contra el auto.
-SI no te vas ahora, ¡llamare a los guardias! -le dijo a Chen Hao con las cejas arrugadas.
Chen Hao se sobó la cabeza y salió del auto enojado. No esperaba que esta mujer lo arrastrara fuera
mientras lo examinaba.
Vine a comprar un auto. ¿Por qué no tengo derecho a
verlo? -preguntó abrumado por la rabia.
-¿Comprar un auto? ¿Qué auto puedes comprar? Fui demasiado linda al dejarte entrar para que puedas
echar un vistazo, ¡pero no sabes cuándo debes irte! -le dio un grito
severo a Chen Hao para congraciarse con la joven pareja de pie a detrás de ella
Este panorama atrajo la atención de la multitud dentro de este distribuidor de autos. La joven
pareja se sentía halagada en verdad.
-Querido, ya se sentó en el auto. Ya no tengo ganas de comprar un Lamborghini... ¡qué aguafiestas!
Aquellos que podían permitirse comprar un Reventon en definitivo eran de bastante riqueza. Estaban
satisfechos con solo el Gallardo. Aun así, sería una lástima no tener esta opulenta experiencia con
un auto tan lujoso. Todos tenían su vanidad, a pesar de ser pobres o adinerados. Parecía ser que,
si no hacía sus comentarios despectivos, no mostraría su superioridad.
-Lo siento. ¡Me encargaré de este asunto de inmediato! - dijo Wei Li inclinándose a la pareja.
Deseó poder regresar en el tiempo y prohibirle la entrada al negocio a este pobre perdedor. Cuando
volteó para ver a Chen Hao, ya se había Ido. Pero en vez de caminar hacia la salida, se dirigía
directo a la oficina del gerente.

-Esa es la oficina del gerente. ¿Qué estás haciendo?
¡Regresa! -pisoteó enojada.

«Debí haberle dejado una mala Impresión a este pobre perdedor y soy responsable por ello. Seguro
fue a la oficina del gerente para reportarme. Bajo esta presión con certeza el gerente me va a
condenar por causar tanto alboroto», pensó ella.

Si no lograba cerrar este trato el día de hoy, será un desastre. Sin embargo, no llegó a tiempo
para impedir que Chen Hao entrara a la oficina del gerente.

-No se preocupe, Señorita Weí Li. Compraremos ese Gallardo. Aunque te reporte, me encargaré que tu
gerente no te castigue -la consoló el hombre.

-¡Gracias, caballero! -se inclinó en agradecimiento.

Chen Hao entró a la oficina del gerente mientras se sobaba la cabeza, tratando de calmar el dolor.

En la oficina, un hombre de mediana edad estaba leyendo el reporte de ventas del año en
concentrado. Quedó pasmado al ver entrar a Chen Hao. Luego se puso de pie. Este muchacho no estaba
vestido de manera suntuosa, pero
había sido gerente por muchos años y podía ver que este
joven tenía un temperamento muy extraordinario. En especial
la mirada aguda en su rostro. No se atrevió actuar con impertinencia.

-Caballero, ¿hay algo en lo que le pueda ayudar?
-Vine a comprar un auto, pero tu recepcionista, no solo me prohibió ver el auto, sino que también
me golpeó. ¿Así es un servicio de calidad en tu negocio? -preguntó directo al grano.
Para ser honesto, ya se había agitado cuando no había
podido encontrar un auto adecuado y fue atendido con desdén en todos los negocios a los que había
ido. Cuando por ftn encontró el auto de sus sueños, la recepcionista casi lo echó arrastrando. La
vergüenza y el coraje se terminaron de asentar dentro de él. Más importante aún, tenía que comprar
un auto hoy.
-¿En serlo? ¿Caballero, qué auto desea?
El gerente de mediana edad era un viejo astuto. Este joven definitivamente no parecía alguien que
pudiera permitirse comprar un Lamborghini. Entonces, solo era natural que la recepcionista lo
despreciara. Este joven la reportó para recuperar un poco de dignidad. Fue por eso, que el gerente
de mediana edad, le preguntó qué auto deseaba.
-¡Reventon, el máximo auto de carreras que cuesta 18
millones! -contestó tranquilo.
-Caballero, ese auto...
¡Bam!
Antes de que pudiera terminar su oración, Chen Hao azotó su tarjeta Centurión sobre la mesa. Cuando
el gerente de mediana edad levanto la tarjeta para revisarla de cerca, su rostro cambio con incredulidad. Obviamente reconoció que esta era una tarjeta Centurión. Solo había
unas cuantas de ellas en el mundo.
-Quedan más o menos veinte millones en esta tarjeta. Creo que es suficiente para comprar un auto
-declaró
-por supuesto, ¡más que suficiente! -le contestó el gerente.
Aunque el gerente de mediana edad estuvo de acuerdo,
dudaba en el corazón. No creía que este muchacho fuera dueño de tal tarjeta. ¿Puede ser que la haya
encontrado en algún lugar? El gerente de mediana edad le dio a Chen Hao una sonrisa disculpándose,
e inmediatamente saco un lector de tarjetas. Procedió a Insertar la tarjeta. En solo un momento su
computadora mostro una lísta de información
-¿Me permite saber su nombre por favor? -sintió un profundo respeto y preguntó caballerosamente.
-iChen Hao!
-Caballero Chen, ¡me disculpo por haber sido tan atrevido antes
Al conftrmar su nombre, el hombre de mediana edad dejó su
escritorio y camino hacia él. Se inclinó.
-Me llamo Wang Qiang. ¡Es un honor servirle, Joven Amo Chen!
Después de confirmar la información, sudaba de los nervios. No podía creer que este hombre vestido
tan sencillo fuera en realidad el dueño de una tarjeta Centurión. Debe venir de una familia
prestigiosa. Aparte de ese auto que costaba dieciocho millones, este joven podía darse el lujo de comprar uno con un costo de cien millones.
«¡Maldición! ¿Quién fue la recepcionista ignorante?»
-Necesito el Reventon hoy. Sea tan amable de ayudarme en este asunto, Gerente Wang -dijo con
cortesía en agradecimiento al comportamiento de Wang Qiang.
Después se fue de la oficina del gerente.
-¡Claro, Joven Amo Chen!
Se limpió el sudor de la frente. Regresó y sacó la tarjeta Centurión. Sin pausar, de inmediato se
comunicó con el gerente de finanzas. Cuando Chen Hao salió de la oficina del gerente, Wei U y la
joven pareja estaban probando el Reventon. Aunque Wei Li sabía que esta joven pareja no podía
permitirse comprar este auto, aún los complacería porque eran clientes adinerados. Incluso les
había explicado las especificaciones del Reventon.
-¡Guau, querido! Este auto es tan impresionante. En verdad es un auto lujoso que cuesta dieciocho
millones. Querido,
¿por qué no podemos comprar este auto? -dijo ella y después se sentó en el auto. Estaba enamorada
de este auto. No solo era magnífico por fuera, sino también el interior era opulento. Fue decorado
con especificaciones lujosas de la más alta calidad, que eran automáticos por completo, utilizando
tecnología inteligente. Ninguna mujer podría resistir.
Necesitaría heredar la fortuna de mi padre primero -sonrió
con amargura el hombre.
-No me importa querido. ¡Quiero sentarme en este auto de carreras algún día! ¡Mira, querido! Regresó el pobre perdedor.




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