-Gerente Wang, ¿qué está pasando?
Wei U estaba tan sorprendida que no reaccionó. Pero su instinto le dijo que había cometido un grave
error que lamentaría el resto de su vida. Se acercó dudando a preguntar.
-¡No intervengas! ¡Al rato te castigo! -dijo mirándola furiosamente.
El gerente de finanzas y el vendedor, quienes estaban detrás de él, se acercaron. Miraron a Chen
Hao con reverencia.
Wei U estaba boquiabierta. Estaba tan segura de que Chen Hao era un pobre perdedor que solo había
venido a expandir su horizonte. No dudó en provocar a este pobre hombre solo para complacer a esa
joven pareja quien sí podía permitirse comprar un auto. Pero si solo era un pobre hombre, ¿por qué
el gerente era tan cortes con él? ¿Aparte, en realidad iba comprar este Reventon?
«Cielos, ¿cuánta riqueza debe tener?>>, pensó. El joven dijo aturdido:
-Gerente, parece que hay un malentendido. ¡Soy yo quien es el cliente! -se sintió extremadamente
humillado.
-¡Por supuesto! Queremos comprar un Gallardo y esta mujer nos atendió. Si la tratas mal, ¡no
compraremos el auto! -dio un grito agudo.
-Eso depende por completo de ustedes. Y a ti, ¿quién te dejo sentarte en el auto? ¡Fuera!
«¿Quién eres en comparación al dueño de la tarjeta Centurión?», se mofó Wang Qiang en el corazón.
Señaló a la chica sentada en el lugar del conductor.
Su rostro se tornó cenizo al crecer su ira.
-Caballero Chen, el siguiente paso es... -lo miró con una sonrisa servil Wang Qiang.
Chen Hao sabía que estaba pidiendo su permiso para iniciar los trámites. Asintió y saco la tarjeta
Centurión. Después de haber leído la tarjeta el aparato, ingresó la contraseña.
¡Din!
¡La transacción por 18.4 millones fue exitosa[
En tan solo unos segundos el sistema anunció el estatus de la transacción.
-¿Qué?
Todos dentro del negocio estaban asombrados.
«¡Compró un magnifico Lamborghlni de carreras por 18.4 ahí mismo! ¡Qué hombre tan adinerado!»
-¿Quién es? Pensé que solo era un hombre sin dinero que vino para iluminar su conocimiento,
juzgando por su atuendo harapiento. ¡Pero vaya que estaba equivocada! ¡Es asquerosamente adinerado!
-Parece un estudiante de universidad. ¿Será que ganó la lotería? ¿Cuánto habrá ganado? ¡Tuvo que
haber ganado mínimo cien millones!
-Me pregunto si tiene novia. ¡De lo contrario le presentaré a
mi hermana!
Las pláticas de la multitud no paraban. La transacción que había involucrado una gran cantidad de
dinero causó una gran conmoción. La multitud se le quedó viendo a Chen Hao.
Él sintió que su rostro se calentaba.
La joven pareja que estaba presumiendo hace unos momentos estaban avergonzados más allá de sus
palabras. Deseaban cavar un oyó y enterrarse. La persona a la que habían humillado podía comprar
seis Gallardo. Hasta lo ahuyentaron del auto. Las acciones de hace un rato los había dejado en
ridículo.
-Señorita ¿me da permiso? Quiero echar un vistazo dentro del auto -le dijo a la chica reacia a
bajarse mientras caminaba hacia la puerta.
-Vaya, y...y...yo -tartamudeó porque anhelaba que alguien la condujera en ese auto. Entonces,
recibiría atención y envidia de la multitud.
Esta experiencia cambiaría por completo la vida de una chica. ¡Pero su novio solo se podía permitir
comprar un Gallardo! ¡Qué lástima!
Distraída, bajó del auto.
Todos observaron como Chen Hao revisaba el auto. Al fin, estaba satisfecho con su revisión y se
bajó de este.
Wang Qlang había terminado los trámites al mismo tiempo.
-Caballero Chen, aquí está la llave del preciado auto y mi tarjeta de presentación. Si llega a
necesitar algo, ¡no dude en comunicarse! -dijo con respeto.
Esto no era una mera compra. También era una oportunidad de relacionarse con la familia prestigiosa
que respaldaba a Chen Hao. Si establecía esta relación con el Joven Amo Chen, disfrutaría de su
vida en la cima.
-Claro. Gracias, Gerente Wang. De hecho, necesito pedirle un favor ahora -sonrió.
-¡Por favor, dígame!
¿Puedes encontrar a alguien que lleve este auto a mi casa?
Aun no tengo mi licencia de conducir.
-Ya veo, ¡me encargaré de inmediato!
-Caballero Chen, ¡me gustaría conducir tu auto!
-Joven Amo Chen, déjame ayudarte. ¡Tengo tres años de experiencia como conductor!
-Joven Amo Chen, ¿a qué escuela de conduciir acudió?
Apenas había terminado de hablar, fue rodeado de chicas. Se arrojaban desesperadamente a sus
brazos. Le preguntaron muchas cosas, como a que universidad va y a que escuela de manejo asistía.
Chen Hao trató de contestar sus preguntas con desgana. Por fortuna, Wang Qiang reconoció rápido el
malestar de Chen Hao y se ofreció a llevarlo.
Wei Li se quedó en la entrada, viendo con desesperación como se iban. Se mordió el labio inferior y quería abofetearse por su insensatez. No debió haber juzgado un libro por su portada. Uno puede parecer
ser insignificante,
¡pero nunca sabes si puede resultar ser alguien destacado! Se tiró al piso y se sentó enervada. Se
dio cuenta que su carrera había terminado.
Después de Irse, Chen Hao no dejó que Wang Qlang lo llevara a la facultad de la universidad. Este
Lamborghini llamaba mucho la atención y los siguieron para sacarle fotos públicas en el camino. Si
entraran a la facultad de la universidad, podrían causar un alboroto. Eso sería de demasiado alto
perfil. Y podía parecer que estaba presumiendo su riqueza, cuando eso era lo que más aborrecía. Así
que, le dijo a Wang Qiang que detuviera el auto cerca de la entrada de la facultad.
Después Wang Qiang se fue en un taxi.
«Qué situación tan irritante. Ni siquiera se manejar mi propio auto», suspiró.
Sin importar, estaba tremendamente satisfecho con el auto que había comprado. Se sentía muy bien
para ser cierto.
Balanceo la llave de su auto en la palma de la mano y de
repente le dio sed. Había estado ocupado todo el día sin tomar un descanso. Entonces, decidió
comprar un té con leche del café al lado de la universidad.
-¡Puedes pagar usando tu cartera electrónica si no tienes efectivo!
-Lo siento mucho señor. Se le terminó la batería a mi celular y olvide traer mi bolso. ¿Puedo dejar
el té con leche aquí mientras voy corriendo a mi dormitorio a buscarlo? Ya después regreso por
él...
En cuanto Chen Hao entró al café, vio a una chica cargando una bolsa de té con leche y escuchó la conversación que había tenido con el dueño. Parecía que la
chica solo se había dado cuenta de que había olvidado su bolso después de comprarlo. Para hacer las
cosas más vergonzosas, se le había terminado la batería del celular y no podía pagar su bebida.
Pero Chen Hao se sobresaltó al ver el rostro de esta chica.
«¿Será ella?», estaba agradablemente sorprendido.
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Editado: 31.08.2024