Un día, su Diosa de cabellos marrones se fue, dejándolo hundirse en su miseria.
Lo abandonó sin más, sin una respuesta ni razón.
Un día ya no volvió y su corazón entristecido lo aceptó.
Quizás no hubiese sido ella.
Quizás vendrá alguien más que algún día pueda llegar a amar.
Un quizás englobada su vida, la mísera vida que ella le dejó.
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Editado: 21.12.2018