Anthon Taylor Lee estaba decidido a doblegar el carácter y la formación de Cattleya, su corazón estaba frío, pero no siempre fue así.
Él fue formado para los negocios, su padre siendo un estadounidense, rico de nacimiento contrajo matrimonio con una mujer asiática.
Ambos con intereses empresariales, ocuparon desde muy temprana edad a sus dos hijos para el trabajo, comenzando desde lo más simple.
La hermana de Anthon cuando comenzó valoró más lo humano, los sentimientos aunque se casó con un empresario e hizo familia; dos niñas.
Taylor llevó mayor presión de su padre y exigencia de su madre a ser más objetivos en lograr las metas.
Al principio sus sentimientos de hijo se vieron afectados cuando su día a día era cronometrado, pero al pasar los años y lograr estar en la cúspide del éxito parecía que eso para él se trataba la felicidad.
Jenny era su amiga, él desde siempre supo que ella no tenía intereses en ningún hombre, no era su preferencia.
Anthon ha guardado sus secretos y juntos disfrutaban de las fiestas, de las bebidas y de las mujeres.
Crearon un gran vínculo, él sería su soporte para mantenerse salva de las críticas y juicios sociales.
Y ella sería para él su prometida capaz de todo por complacerlo, menos matrimonio ni hijo, su niñez fue tan miserable que renegaba de la familia.
Ambos se sentían dueños del mundo, hasta que en uno de sus viajes todo cambió cuando él escogió a una mujer conocida como LA REINA, a partir de ese día Anthon Taylor perdió la poca alegría que tenía.
Ahora se encontraba en una situación difícil de explicársela, había conocido a Inmanuel y tenía la plena seguridad de que era su hijo.
Se había quedado mudo porque jamás había estado en una situación similar.
Jenny esperaba ansiosamente una respuesta que calmara la ansiedad que la maestra Wilson causó en los dos.
Ella conocía perfectamente esa mirada de Anthon, y estaba segura que Cattleya no era solo un capricho.
Ella lo vió pensativo y aunque le insistía en saber que haría con el pequeño Inmanuel, él caminó saliendo del laboratorio y se dirigió a su auto en donde lo esperaba su chofer de confianza.
Una vez adentro, dió la orde de arranque y su asistente le hablaba tratando de reconstruir los planes de Anthon.
—¿En verdad no vas a responderme? — insistía la mujer, y trataba de mostrarse complaciente, pero la mirada de este hombre a ella también la perturbaba.
—Jenny...tu lugar delante de mi familia siempre será tuyo, aunque no nos casaremos nunca, siempre serás mi mujer delante de todos, igual tu secreto está resguardado conmigo...¿Qué más quieres?
—¡¿Qué me digas si después de lograr tus propósitos con esa mujer, le dejarás a tu hijo?
—No lo voy a hacer Jenny, yo dudé que fuera mío...me resistía a creerlo y hasta odié esa posibilidad... pero ahora, todo cambió... aún sin tener los resultados en mis manos, sé que Inmanuel es mi hijo, jamás olvidaré ese rostro tan igual al mío...sus ojos son los mios...no voy a negarle sus derechos...
—¿Sus derechos Anthon? ¿Acaso lo llevarás ante tu familia y lo presentarás como tu hijo? — él la miró e hizo un profundo silencio, y ella quedó complacida creyendo que era su respuesta afirmativa.
—Necesito volver al trabajo de inmediato...
—¡Delante del mundo seremos una familia Anthon — respondió Jenny, estaba muy emocionada creyendo en algo que Anthon Taylor Lee no tenía en mente— yo no te defraudaré nunca, tu pequeño hijo me amará, seré su madre...
Anthon la escuchó y la observó detenidamente pero en su pensamiento estaba muy claro.
—Mi hijo ya tiene madre, Cattleya Wilson...ella es perfecta para él...ella sí sabe ser madre.....juraba que no era mi hijo...solo tengo que lograr que ella siga a Inmanuel así tenga que ser rudo...que no se resista a mí...me odia desde antes de conocerme, lo entiendo pero... eso no me importa, nunca me ha importado lo que él mundo entero piense de mi.... Jenny tendrá que comprender....
***
Cattleya sufría ante la realidad, estaba sostenida a un esperanza que se desvanecía como arena entre los dedos al recordar la mirada de Anthon Taylor.
—¿En qué piensas mi amor? — preguntó Marlon abrazándola mientras sus lágrimas fluían.
—En mi hijo... Marlon, yo te amo...
—Lucharemos hasta lograr que ese señor nos de en adopción a Inmanuel, vamos a casarnos...
—Él no lo quiere...pero, igual me lo quitará, yo no sé que voy a hacer... Inmanuel no podrá estar sin mí, yo soy su madre y...
—¡¿Qué harás?! —ella lo miró y en llanto respondió.
—Lo que...sea por...mi hijo... así tenga que cambiar mi vida, yo jamás abandonaré a mi hijo...¿Tú lo entiendes?
—¿Qué me ocultas Cattleya? ¿Cuando hablastes con ese hombre, qué te dijo?
—Que no hay esperanza de que yo sea su madre —Marlon la abrazó más fuerte y besaba su frente...pero Cattleya le había mentido— ¿Cómo voy a decirle semejante horror? Capaz y se enfrentan, y ese hombre no es bueno, temo por ti mi amor —penso llevada por el miedo.