Capítulo 1: El Regreso de la Sangre Rota

La luna roja brillaba sobre la ciudad arrasada, bañando las ruinas de un imperio que una vez fue próspero, un imperio que ahora solo existía en las cenizas de los recuerdos. Aurelia caminaba entre las sombras, cada paso resonando con la fuerza de la determinación que había cultivado durante años. La venganza había sido su único propósito desde la caída de su hogar. Ahora, la hora había llegado.

Con el viento susurrando a su alrededor, su espada brillaba en la oscuridad, una extensión de su propia furia. Su corazón latía con fuerza, pero ya no sentía miedo. El dolor de la traición ya no la dominaba, solo quedaba la furia, la necesidad de hacer justicia.

"Aurelia..."

La voz conocida se filtró en el aire, deteniéndola en seco. Lucian. El hombre que alguna vez había jurado lealtad, el hombre que había sido su compañero, su amante... y su traidor.

Se giró lentamente, su rostro tan frío como la luna que los observaba desde arriba. Lucian estaba allí, en pie, su mirada fija en ella. En su expresión se podía leer la lucha interna, el arrepentimiento que probablemente sentía. Pero Aurelia no tenía espacio para la compasión. Había perdido demasiado.

"Lucian," dijo ella, su voz resonando con un tono gélido. "Te lo prometí, y ahora estoy aquí."

Él dio un paso adelante, como si estuviera luchando contra las palabras que se le quedaban atascadas en la garganta. "Aurelia, yo..."

"No hay excusas", interrumpió ella, levantando la espada. "Solo hay venganza."

Una ráfaga de viento helado envolvió el campo de batalla, y la tensión entre los dos se volvió palpable. Los recuerdos de lo que había sido su amor ahora eran solo fantasmas en la niebla. Lo que alguna vez había sido el refugio de su alma, ahora era el infierno al que debía enfrentarse.

Lucian alzó su espada, aunque su mano temblaba ligeramente. "Lo siento, pero no puedo permitir que lo hagas."

Aurelia sonrió, pero no era una sonrisa de alegría. Era la sonrisa de alguien que sabía que esta era su última oportunidad. "Entonces, prepárate para enfrentar la furia de la luna roja."

El sonido del acero al chocar llenó el aire, y la batalla comenzó.