La lluvia comenzó a caer lentamente, al principio como una suave caricia, pero pronto se convirtió en un torrente imparable. La ciudad arrasada, con sus calles llenas de escombros y ruinas, se sumió en una neblina húmeda, como si el cielo llorara por el destino que les esperaba a sus habitantes. Aurelia caminaba sin rumbo, su capa empapada y su rostro inexpresivo. La furia que sentía por la traición de Lucian aún palpitaba en su interior, pero algo en su corazón la hacía dudar.
A lo lejos, la figura de un hombre apareció, caminando hacia ella con paso firme. Aurelia se detuvo en seco. En medio de la tormenta, ese hombre parecía una sombra, pero su presencia era inconfundible, como si la lluvia lo hubiera formado a propósito solo para encontrarse con ella.
Cuando la distancia entre ellos se redujo, Aurelia pudo ver sus ojos, de un verde profundo y enigmático. No era alguien que hubiese visto antes, pero había algo en su mirada que le resultaba familiar, como si su alma reconociera al hombre que tenía frente a ella.
“¿Quién eres?” preguntó Aurelia, su voz apenas audible sobre el estruendo de la tormenta.“¿Quién eres?” preguntó Aurelia, su voz apenas audible sobre
El hombre sonrió ligeramente, un gesto casi invisible, pero suficiente para que Aurelia lo notara. “Soy alguien que estaba esperando encontrar a alguien como tú.”El hombre sonrió ligeramente, un gesto casi invisible, pero suficiente para que Aurelia lo notara. “Soy alguien que estaba esperando encontrar a alguien como tú.”
Aurelia frunció el ceño, desconcertada. “¿Esperando? ¿Qué quieres decir con eso?”Aurelia frunció el ceño, desconcertada. “¿Esperando? ¿Qué quieres decir con eso?”
El hombre dio un paso adelante, no con agresividad, sino con una calma que desconcertaba a Aurelia. “El destino tiene formas extrañas de cruzar los caminos de las personas.”El hombre dio un paso adelante, no con agresividad, sino con una calma que desconcertaba a Aurelia. “El destino tiene formas extrañas de cruzar los caminos de las personas.”
Aurelia sintió una extraña vibración en su pecho, un algo indefinible que la hizo sentir vulnerable, algo que no había experimentado en años. “No tengo tiempo para jugar con el destino.” Su voz, aunque firme, traicionó una ligera duda, una que ella misma no comprendía.Aurelia sintió una extraña vibración en su pecho, un algo indefinible que la hizo sentir vulnerable, algo que no había experimentado en años. “No tengo tiempo para jugar con el destino.” Su voz, aunque firme, traicionó una ligera duda, una que ella misma no comprendía.
“No es un juego,**” respondió el hombre, acercándose aún más. “El destino no juega, pero nosotros sí.”“No es un juego,**” respondió el hombre, acercándose aún más. “El destino no juega, pero nosotros sí.”
La lluvia continuaba cayendo, pero en ese momento, el tiempo parecía detenerse entre ellos. Era como si todo lo demás hubiera desaparecido, dejando solo el susurro de la tormenta y el sonido de sus respiraciones entrecortadas. Aurelia, por primera vez en mucho tiempo, sintió algo que no era venganza, ni tristeza, ni dolor. Era una sensación cálida, que no sabía cómo interpretar.La lluvia continuaba cayendo, pero en ese momento, el tiempo parecía detenerse entre ellos. Era como si todo lo demás hubiera desaparecido, dejando solo el susurro de la tormenta y el sonido de sus respiraciones entrecortadas. Aurelia, por primera vez en mucho tiempo, sintió algo que no era venganza, ni tristeza, ni dolor. Era una sensación cálida, que no sabía cómo interpretar.
El hombre extendió su mano, casi con timidez. “¿Me permites caminar a tu lado?”El hombre extendió su mano, casi con timidez. “¿Me permites caminar a tu lado?”
Aurelia lo miró, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Era un gesto simple, pero en él había algo que la desarmaba. Con una sonrisa sutil, Aurelia aceptó su invitación. A pesar de su desconfianza y su mente llena de planes de venganza, algo dentro de ella le decía que este encuentro era más importante de lo que parecía.Aurelia lo miró, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Era un gesto simple, pero en él había algo que la desarmaba. Con una sonrisa sutil, Aurelia aceptó su invitación. A pesar de su desconfianza y su mente llena de planes de venganza, algo dentro de ella le decía que este encuentro era más importante de lo que parecía.
Caminaban juntos bajo la lluvia, un extraño vínculo comenzando a formarse entre ellos, sin palabras, pero con una conexión que ninguno de los dos podía negar. El destino había traído al hombre que nunca esperó encontrar, pero tal vez, en medio de la tormenta, él también la estaba buscando.Caminaban juntos bajo la lluvia, un extraño vínculo comenzando a formarse entre ellos, sin palabras, pero con una conexión que ninguno de los dos podía negar. El destino había traído al hombre que nunca esperó encontrar, pero tal vez, en medio de la tormenta, él también la estaba buscando.
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fantasia, título: él me juró lealtad, yo le dediqué venganza géneros: romance
Editado: 18.05.2025