El día amaneció frío en Madrid, con la niebla cubriendo las calles de la ciudad, como si la niebla también intentara ocultar las verdades que, desde hacía años, Camila había comenzado a desenterrar. En su mente, las piezas del rompecabezas no encajaban. Cada respuesta la llevaba a nuevas preguntas. Cada descubrimiento, a nuevas sombras.
Esa mañana, al revisar su correo, encontró un mensaje que la dejó helada. Era de un remitente desconocido, con el asunto: “Tu madre, tu verdadero enemigo.”
Al abrir el mensaje, encontró un archivo adjunto. Un video, que al parecer era grabado en los años 90. En él, se veía a su madre, de joven, en lo que parecía ser una reunión secreta. Un hombre, al que Camila nunca había visto, le susurraba algo al oído, mientras ella sonreía con una expresión tan fría como la de un estratega.
El video fue breve, pero suficiente para provocar una tormenta en la mente de Camila. El hombre en el video tenía un parecido inquietante con su padre, León Varela. ¿Acaso su madre estaba involucrada en algo mucho más oscuro de lo que pensaba?
"Tu madre, tu verdadero enemigo."
La frase se repetía en su cabeza, como un eco que no podía escapar. ¿Qué significaba eso? ¿Era posible que su madre, la mujer que siempre había defendido su bienestar, hubiera estado tan comprometida con los secretos del pasado de su padre? ¿O acaso ella misma tenía su propia agenda, una que aún no comprendía?
Pero no podía quedarse con esa duda. Camila sabía que para seguir avanzando en este juego de poder, debía enfrentarse a la verdad, no importaba cuán devastadora fuera. La cuestión era: ¿estaba lista para enfrentarse a los demonios de su propia familia?
Esa tarde, Camila se reunió con Mateo en el hotel. Sabía que no podía seguir adelante sin hablar de lo que había descubierto. A pesar de que en su rostro no había señales de angustia, dentro de ella la tormenta seguía rugiendo.
—Mateo —dijo Camila con la voz firme, pero tensa—, encontré algo. Algo que me hace dudar de todo lo que pensaba saber sobre mi madre.
Él la miró en silencio, consciente de que la situación comenzaba a escalar más allá de lo que había anticipado. Sabía que este tipo de revelaciones no eran fáciles de procesar, pero también entendía que Camila era más fuerte de lo que muchos pensaban.
—¿Qué encontraste? —preguntó Mateo, aunque en el fondo sabía que debía prepararse para lo peor.
Camila le mostró el video y, al igual que ella, él observó en silencio. Sus ojos se oscurecieron cuando el hombre del video apareció. Había algo familiar en su rostro. No tardó mucho en darse cuenta de la gravedad de la situación.
—Este hombre... —dijo Mateo, su voz cargada de duda—. Es Leon Varela, el hombre del que nadie hablaba. Nunca pensaron que él tuviera alguna conexión con el poder que tú tienes ahora.
Camila cerró los ojos y respiró profundamente. No podía permitirse tambalear. Había construido su imperio a base de sacrificios, y no iba a dejar que la verdad sobre su madre la desmoronara.
—Necesito saber todo sobre él —dijo con determinación—. Y sobre mi madre. Ellos están conectados de alguna forma, y yo voy a descubrir cómo.
Al día siguiente, Camila tomó una decisión arriesgada. Viajó a Buenos Aires, el lugar que había dejado atrás hace tantos años. No estaba segura de qué esperaba encontrar, pero sabía que debía enfrentar su pasado de una vez por todas.
El viaje fue largo, pero su mente seguía fija en el objetivo: encontrar respuestas. Al llegar, se dirigió directamente a la antigua casa de su madre. Aunque ahora estaba cerrada y deshabitada, los recuerdos de su infancia comenzaron a invadirla.
Frente a la puerta, Camila sintió una extraña sensación de desconcierto. Aquí había comenzado todo: sus primeros pasos, sus primeras lágrimas, su primer amor. Pero también, sus primeras traiciones.
Al entrar, la casa estaba en silencio. Todo parecía igual, pero al mismo tiempo, todo había cambiado. Se acercó al escritorio de su madre y, tras buscar entre viejos papeles, encontró una caja de madera. Dentro, había cartas, fotos y documentos que confirmaban sus peores sospechas: su madre había estado involucrada con personas peligrosas, algunos de ellos vinculados al mismo círculo de poder al que su padre pertenecía.
Entre los documentos, encontró una carta que la dejó helada. La carta estaba firmada por León Varela, y contenía detalles sobre una alianza secreta entre él y su madre, una alianza que había sido creada en las sombras, para llevar a cabo un plan mucho más grande de lo que Camila había imaginado.
"Camila, eres la pieza final que falta para completar el tablero. Tienes el poder, pero también las debilidades. Y como todas las piezas del juego, serás sacrificada si no aprendes a dominar el tablero."
Las palabras de León Varela eran claras, y el peso de la verdad caía sobre Camila como una losa. Su madre no solo había sido parte de todo esto, sino que la había preparado para tomar su lugar en un juego peligroso.
Al salir de la casa, el sol ya comenzaba a ponerse, pero Camila sabía que su verdadera batalla acababa de comenzar. Ahora, no solo debía vengarse de aquellos que la habían traicionado, sino también entender el papel que su madre y su padre habían jugado en todo esto.
La venganza, ahora, no solo se trataba de poder. Era un juego mucho más peligroso. Y Camila estaba dispuesta a jugarlo.
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fantasia, título: él me juró lealtad, yo le dediqué venganza géneros: romance
Editado: 18.05.2025