Las luces de la ciudad parpadeaban más allá del ventanal, pero Camila no las veía. Solo sostenía la fotografía con los dedos temblorosos. Eloy Varela, el hombre al que acababa de denunciar ante el mundo, había sido parte del pasado de su madre. Un pasado del que nunca habló.
—¿Qué más me ocultaste, mamá? —murmuró.
En la mesa, el expediente de la Interpol seguía abierto. Fechas, movimientos bancarios, muertes sospechosas. Todo cuadraba. Menos una cosa: el momento exacto en que su madre huyó a Argentina. En los documentos… había una laguna.
Mateo apareció en la puerta, con el rostro tenso.
—Tenemos un problema.
—¿Más amenazas?
—No. Algo peor. La transmisión de hoy fue bloqueada en varios países. Y tres de tus aliados… se han esfumado. Como si supieran algo que nosotros no.
Camila se levantó, su sombra recortada en la ventana.
—Alguien más mueve los hilos. Y quiere que me distraiga justo ahora.
En una zona remota de Suiza, Eloy Varela arrojó su copa contra la pared. El vino se deslizó como sangre sobre el mármol blanco.
—No pensaba hacerlo tan pronto —gruñó—. Pero si ella quiere guerra… entonces le mostraré lo que significa perder todo.
Su asistente encendió una pantalla. Un rostro apareció: Elisa Moreno, periodista desaparecida hace años. Había investigado la red de fundaciones que conectaba a Eloy, y ahora… reaparecía en secreto.
—Ella lo sabe todo —dijo Eloy—. Pero también tiene el arma para destruirla a ella.
Horas después, Camila recibió un video. En él, su madre hablaba entre lágrimas:
“No todo fue culpa de Eloy. Yo también elegí. Elegí callar, elegí huir… Y elegí mentirte para protegerte, Camila. Pero ya es tarde. Si ves este mensaje, es porque la verdad ha llegado por fin.”
Camila cayó en la silla. Todo giraba a su alrededor. No sabía si llorar… o gritar.
—¿Qué verdad?
Pero entonces el silencio respondió. Y en él, el eco más fuerte fue su propio miedo.
Al amanecer, vestida de negro, Camila tomó una decisión.
—Quiero que localicen a Elisa Moreno. Si alguien conoce la verdad, es ella. Y si tengo que bajar al infierno para entender mi historia… entonces lo haré con fuego en las manos.
Porque el eco del silencio… ya no le servía. Y esta vez, no perdonaría ni una sola mentira más.
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fantasia, título: él me juró lealtad, yo le dediqué venganza géneros: romance
Editado: 18.05.2025