Él Me Juró Lealtad, Yo Le Dediqué Venganza

Capítulo 68: La Red de la Traición

La ciudad de Madrid despertaba con la calma de un día más, pero para Camila, nada sería igual. La revelación sobre su padre, León Varela, había encendido una chispa que comenzaba a consumir su mundo. No solo estaba luchando por el control del imperio que había construido, sino que ahora debía enfrentar los secretos oscuros de su propio linaje. Y esos secretos no solo eran peligrosos, sino también personales.

Al llegar al edificio del Consejo Internacional de Finanzas, Camila sintió el peso de cada paso que daba. El aire estaba cargado de una tensión palpable, y la mirada de aquellos que la esperaban en la sala le confirmaba lo que ya sabía: todos querían ver hasta dónde llegaría. Nadie había creído realmente que ella pudiera desafiar el statu quo, pero ahora todos comenzaban a darse cuenta de que Camila Varela no era alguien a quien subestimar.

La sala era imponente, con columnas de mármol blanco que parecían susurrar promesas de poder. Camila se sentó en la cabecera de la mesa, observando a cada uno de los presentes con la fría determinación que la caracterizaba. No estaba aquí para ser vista, ni para hacer alianzas. Estaba aquí para gobernar, y para demostrar que nadie podía desafiarla.

"Hoy, en esta mesa, no solo se negocian cifras," comenzó Camila con una calma inquietante. "Hoy hablamos del futuro. Un futuro que, si ustedes tienen la visión correcta, será suyo. Pero si no, no tendrán nada."

Un murmullo recorrió la sala. Los líderes de los grandes bancos, los inversionistas internacionales, todos se miraron entre sí, sorprendidos por la seguridad de su tono. Camila sabía que estaba jugando con fuego, pero en su mente, la llama era el único camino hacia el poder absoluto.

La reunión fue intensa. Durante horas, Camila mantuvo el control, negociando con astucia y dejando claro que no solo estaba buscando aliados, sino también aquellos que serían derrotados en el camino hacia su ascenso. Y mientras la reunión avanzaba, su mente seguía trabajando a un ritmo frenético. Había algo más que necesitaba descubrir: la red de traición que se extendía mucho más allá de León Varela.

La tarde llegó, y Camila decidió que era el momento de investigar por sí misma. A través de contactos secretos que había cultivado durante años, consiguió acceder a información confidencial que no estaba en los registros oficiales. Lo que descubrió fue aún más oscuro de lo que había imaginado.

León Varela no solo había estado involucrado en negocios ilegales; él había sido el centro de una red internacional que se extendía por medio mundo. Drogas, armamento, manipulación política. Todo estaba vinculado, y Camila ahora entendía que su padre había jugado un papel crucial en lo que muchos llamaban "el imperio de la sombra". Pero lo que más le sorprendió fue la implicación de figuras clave dentro del Consejo Internacional de Finanzas. El mismo consejo con el que había negociado.

"Este es el verdadero rostro de los que me rodean," murmuró Camila, apretando los puños. No podía creer lo que veía, pero sabía que era hora de actuar. La traición estaba en todas partes, y ella, como siempre, no se quedaría atrás.

Esa noche, sin perder tiempo, convocó a Mateo. La reunión fue rápida, sus palabras directas.

"Necesito que investigues a todos los miembros del consejo. Sus vínculos, sus movimientos. Todo. Estoy segura de que hay más traidores entre nosotros de lo que pensamos."

Mateo asintió, su rostro reflejaba el mismo aire de determinación que Camila. "Lo haré, Camila. Y no solo eso. Tengo algunos contactos que pueden ayudarnos a desmantelar la red de tu padre. Pero debemos movernos con cautela."

Camila no respondió inmediatamente. Sabía que esta batalla iba a ser diferente a todas las anteriores. Ya no se trataba solo de venganza. Ahora se trataba de la supervivencia, de eliminar a aquellos que habían jugado sucio. Y si su padre había sido parte de ese juego, entonces, el mundo entero tendría que arrodillarse ante ella, porque no iba a dejar a nadie con vida.

En ese preciso momento, el teléfono de Camila vibró. Un mensaje breve, pero contundente.

"Estamos observando. No pienses que serás la excepción."

Una sonrisa se formó en los labios de Camila. No importaba lo que intentaran, no importaba cuán oscura fuera la red que se había tejido a su alrededor. Ella había sido entrenada para este momento.

"Que empiece el juego," susurró, antes de apretar el teléfono en su mano.

El poder no era solo un concepto abstracto. Era algo que se ganaba, algo que se tomaba con las propias manos, y Camila estaba lista para tomar lo que le pertenecía.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.