En mi rostro se forma una sonrisa al escuchar aquella voz que tanto temia olvidar, oprimo inmediatamente el botón para llamar al doctor, quien llega unos minutos después.
Salgo de la habitación para que entre la señora Laura, creo que ella es la que debe escuchar y ver primero a su hijo.
Me dirijo a mi habitación feliz pero un poco impaciente por no poder estar cerca de Mati ahora que despertó, se que será solo por unos minutos o unas horas mientras revisan que todo este bien, que no tendrá secuelas y todas esas cosas, pero de todas formas no quiero seguir perdiendo tiempo para confesarle todos mis sentimientos.
Lastimosamente mi alegría es arruinada por Jacob, quien de nuevo se encuentra en mi habitación, esperandome.
-¿Que haces aquí?, ¿porque no te largas de una vez y nos dejas hacer nuestras vidas?. -me adentro en la habitación mientras hablo con tono frío.
-Pero que agresividad, solo vengo porque me informaron que el imbecil despertó, ¿es eso cierto? -enarca una ceja mientras me mira fijamente.
-Pues yo tengo entendido que el imbecil siempre ha estado despierto, ¿o en algún momento te pasó algo y no me enteré?, me hubiera gustado saberlo para poder matarte yo misma. -finjo sorpresa y gracia en mi voz, pero realmente lo último me ha salido del alma, porque lo que más quiero hacer ahora es eso. Me siento en la cama mientras él vigila cada uno de mis movimientos y me sigue con la mirada.
--Ja - ja, que graciosa, sabes a que me refiero Bella. -pone los ojos en blanco e ironiza sus palabras.
-Matías despertó, si, es cierto. -digo encogiendome de hombros.
-Interesante, ¿dejan entrar a verlo? -no parece muy interesado, pero creo que trama algo, solo espero que no le haga daño.
-¿Que? -especulo intentando entender sus razones y deseando que no sea lo que se me pasa por la mente.
-¿Ahora eres sorda?, te he dicho que si dejan entrar a verlo. -repite de mala gana.
-Pues si, pero ¿para que querrías ir a verlo tú? -ignoro lo primero que ha dicho, la verdad es que lo dejo pasar solo porque ha hablado de Matías.
-Son cosas de chicos, danos un poco de privacidad. -sonrie de lado y eso hace que la idea me guste menos.
-¿Que diablos vas a hacer? -hablo con voz firme y tono acusatorio.
-¿Yo? nunca haría nada, y menos si eso te afecta Bella. -se ahce el ofendido e inocente.
-Claro, finjamos que te creo, pero mantente al margen, te estaré vigilando. -no estoy muy segura de que Jacob entre a ver a Matías, las cosas pueden quedar en malos términos, o en un completo desastre.
-Jajaja, eso me agrada amada mía. -me guiña un ojo y se levanta para irse, pero antes de ello hablo.
-Primero que todo nunca vuelvas a llamarme así, tengo nombre y lo sabes perfectamente. -mi voz sale seca, fría y firme -y Segundo, donde te atrevas a hacerle algo, así sea lo más minimo...te arrepentirás, te juro que te arrepentirás.
-¿Eso es una amenaza? -vuelve a enarcar una ceja y se acerca a mi.
-No, es solo una advertencia. -él se acerca aún más hasta que puedo sentir su respiración, me mira fijamente, y yo le sostengo la mirada, veo como lame sus labios, entrecierro un poco mis ojos, es un silencio sepulcral, ninguno quiere acabar esta batalla de miradas que de igual forma ninguno ha empezado.
Nos quedamos así no se por cuanto tiempo, hasta que después él se aleja un poco, solo unos centimetros, me quedo mirandolo sin saber muy bien que hacer, cuando estoy por salir, él me toma del brazo con fuerza, puedo presentir que me dejará una marca en ese espacio.
-¿Que quieres ahora? -digo ignorando el punzante dolor que se empieza a presentar en mi brazo.
-¿Te vas sin más? -me gira y haciendo un poco más de presión en su agarre.
-¿Acaso te debo algo? -lo vuelvo a mirar ya un poco cansada de este asunto, mis padres y mi hermano se han estado quedando en un hotel aquí cerca, vienen a verme casi a diario, mañana empiezo la estúpida terapia.
-Claro que si, no estaría mal una disculpa. -me mira serio, pero se que lo dice para joderme.
-Ja...pues te quedarás esperandola, porque uno no te la debo, debería ser al contrario, y dos, tengo orgullo y dignidad. -recalco más las dos últimas palabras, ugh, personas como él logran sacarme de mis casillas solo con existir.
-Bueno...pues las tomaré de otra forma. -dice y pega sus labios a los míos, yo me quedo congelada, paralizada, pasmada, horrorizada, soy incapaz de moverme, pero tampoco le correspondo, veo como por la puerta entran la señora Laura acompañada de otra mujer a la cual no reconozco de ningún lado, por fin reacciono y me alejo, a él se le forma una sonrisa en los labios y esto hace que mi enfado aumente, ni siquiera me di cuenta del momento en que me soltó el agarre del brazo.
La señora Laura y la otra mujer me miran, abro la boca intentando hablar pero no me sale nada, al final es ella la primera en hablar.
-No me esperaba eso de ti Bella -hace una leve pausa y yo bajo la mirada -mi hijo esta muy ilusionado contigo, pero supongo que esto no es asunto mío, ahora se está recuperando, así que cuando se lo digas, no seas tan dura con él. -dice esto último y siento mis ojos aguarse, por fin hablo con un hilo de voz.
-No...es lo que pare..parece -mi voz se quiebra cuando intento explicarme, realmente las cosas no son así.
-¿Y entonces como es?, de todas formas, a mi no me debes explicaciones, a Matías si.
-Lo siento...yo...no lo besé...solo no reaccioné...no podía moverme...no pude controlarlo...de verdad lo siento...-sollozo y ya las lágrimas corren por mis mejillas, Jacob y esa mujer nos observan en silencio, pero Jacob obviamente con una sonrisa triunfante.
-Como dije a mi no me debes nada, él decide si creerte o no, además si mientes o no, solo te estarías engañando a ti misma, bueno a lo que de verdad venía, ella es la doctora Morgan, es tu psicologa, como tus padres no vinieron hoy me he ofrecido a presentartela, me informaron que hoy no es dia de terapia, pero la doctora quería conocerte, ahora si me disculpan, debo irme. -ella sale por la puerta, al igual que Jacob, y yo me quedo a solas con la mujer, quien al mirarme me brinda una encantadora y amable sonrisa antes de acercarse a mi.