El mejor amigo famoso de mi hermano.

CAPÍTULO 9

ALEX

Pesadilla:

-No, no, no- grito- No me puedes dejar, te necesito…

-Cariño- me llama mi padre- No sé puede hacer nada- me dice agarrándome.

-No- contesto y me suelto de sus brazos para lanzarme encima de Aleix- Abre los ojos por favor…- suplico sollozando y mi padre me agarra para sacarme de la habitación- ¡Nooooooo!

Me despierto alterada y con muchísima calor. Solo ha sido una pesadilla, bueno un recuerdo de la muerte de Aleix. Muchas veces me pasa, pero últimamente ha sido más frecuente, y creo que es por Alvarito.

Miro a mi alrededor porque sigo teniendo calor y veo que el causante es Alvarito que me tiene arrinconada en su pecho. Por suerte tiene el sueño profundo y no lo he despertado.

No me importa estar en sus brazos, es más, hace que me olvidé de la pesadilla. Me giro para mirar cómo duerme mientras pienso en todo lo que pasó ayer. Es la mejor cita que he tenido en mi vida. Pienso que debería decirle quien soy antes de que se enteré por otros, encima siendo algo tan delicado. Pero creo que cuando se enteré se alejará de mí, y no quiero que pase.

-Bon dia pequeña acosadora- dice haciéndome bajar de mi nube.

-Buenos días chulo- le respondo.

-¿Cuánto llevas mirando cómo duermo?- me pregunta acomodándome encima suyo sin abrir aún los ojos.

-Me acabo de despertar- contesto sonriendo con su cara a centímetros de la mía y abre sus preciosos ojos oscuros- ¿Qué vamos a hacer hoy?

-Pues tenía pensado salir después de comer- me informa- Así que tenemos toda la mañana para hacer lo que quieras.

-Bueno… toda la mañana…- contesto señalando el reloj- Duermes más que yo, y eso es mucho decir- me quejo, porque son las 11 de la mañana.

-JAJAJAJAJA, ¿pues qué te parece si nos cambiamos y salimos a pasear por los chiringuitos?

-Vale, pero cuando volvamos nos metemos en la piscina.

-Como quieras pequeña- susurra antes de darme un beso tierno por el cual me dejo llevar.

-Se nos… va… a hacer… muy tarde- digo entre besos- Así… que… deja de… besarme- consigo decir mientras me separo un poco y como respuesta deja salir un gruñido.

-Está bien- se rinde y se levanta conmigo en brazos.

-¡Ahhhh!- chillo riéndome hasta que me deja en el suelo.

-¿Quieres otra camiseta para hoy?- me pregunta.

-Vale, pero me pondré unas mallas por si tengo calor- le contesto mientras él se dirige al armario- Alvarito…- empiezo a decir para llamar su atención.

-¿Sí?- contesta girándose para mirarme.

-Cuando volvamos…- empiezo a decir nerviosa sin mirarle a la cara- Tenemos que hablar de algo muy importante- consigo decir.

-¿De qué?- pregunta sin entender nada.

-Cuando volvamos por favor- suplico, si se va a alejar de mí por lo menos que duré un día más.

-Vale- responde aunque no esté convencido del todo- Toma- dice ofreciéndome una camiseta blanca con un dibujo negro en el pecho- La usé ayer diez minutos, pero es que no tengo más- explica rascándose la nuca.

-No pasa nada- contesto acercándome a él- Es perfecta- susurro para después darle un beso en la mejilla e irme a mi habitación a cambiarme.

Me pongo el bikini, la camiseta que huele a él, pero me encanta, las mallas cortas, las gafas de sol sobre la cabeza y después las chanclas, cojo mi móvil con dinero y bajo las escaleras.

-Te invito a un helado- le digo a Alvarito cuando llego a la concina, está apunto de decirme algo pero me adelanto- No acepto un no como respuesta.

-Está bien- se rinde y sonrío victoriosa- ¿Vamos?- me pregunta mientras se pone la gorra negra y las gafas de sol.

-¿Porque te pones la gorra?- pregunto ya que no suele llevarla mucho por el pueblo. Bueno ahora que lo pienso ayer también la llevaba.

-Para que no me reconozca tanto la gente- responde y entonces lo entiendo.

Salimos de la casa mientras hablamos y llegamos a una heladería que está a cinco minutos andando. Entro corriendo como una niña y me paro delante del mostrador.

-Eres peor que una niña de cinco años- se burla Alvarito.

-Oye- me quejo y hago un puchero mientras me cruzo de brazos. Él se me acerca y me coge de la barbilla para besarme de manera dulce.

-Pero eres mi niña favorita- dice cuando se separa de mí y hace que me sonroje.

Sé que parece que vamos muy rápido, pero lo conozco de toda la vida. Al principio le tenía rencor por lo del entierro y por no venir a visitarnos nunca más desde lo ocurrido, pero ahora he ido entendiendo que ha sido su manera de superarlo, como yo tuve la mía y mis padres la suya.

-Perdonad- nos interrumpe un hombre que parece de la edad de Alvarito que está delante de notros en la fila- ¿Eres Álvaro López?- le pregunta.

-Sí- responde amable.

-¿Podrías hacerte una foto contigo y mandarle un video a mi hermano pequeño?- pregunta amablemente- Es muy fan tuyo y dice que quiere ser como tú de mayor- explica.

-Claro- responde y el chico saca su móvil.

-¿Quieres qué os haga la foto y el video?- le pregunto al pensar en el niño.

-Sí- contesta entregándome su teléfono- Muchas gracias.

Les hago la foto y el vídeo para su hermano pequeño que se llama Albert.

-Muchas gracias a los dos- nos dice- Ha sido un placer.

-No hay de que- contesta Alvarito y yo asiento con una sonrisa- Y dile a Albert que espero conocerlo.

-Se lo diré- contesta justo antes de que le toque. Una vez con los helados nos dice adiós y nosotros le contestamos con un gesto con la mano.

-Buenas, ¿de qué queréis vuestros helados?- nos pregunta una señora de unos cuarenta años con un sonrisa.

-Yo una bola de vainilla y otra de stratachela- contesto sonriendo como una niña emocionada.

-Y yo de nata y de fresa- lo pide Alvarito mientras me abraza por la cintura y coloca su barbilla en mi hombro.



#2915 en Novela romántica

En el texto hay: pasion, amor, famoso

Editado: 10.09.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.