¿el mejor sabor de helado? Tú (tqst Libro #3)

El anuncio II

 

 

 

—Te juro que yo no tengo nada que ver —contestó Triz cuando fue a buscarla a la facultad de periodismo con varios de los ejemplares que había recogido por el camino.

—El trato era que te prestábamos dinero para crear el periódico y no publicabas nada nuestro —dijo mientras señalaba la portada del periódico en la que salía otra foto suya donde buscaba una novia o lo que surgiera.

—¡Lo sé! Por eso te digo que yo no tengo nada que ver —repitió Triz, y luego miró a Nora—. Tú sabes cómo escribo, sabes que este anuncio no fue escrito por mí.

—Eso es cierto —apuntó Nora, por lo que Triz respiró aliviada.

—¡Ves! —exclamó Triz tomando uno de los periódicos y señalando el texto—. Aquí pone: “Matt, 21 años, futuro diseñador de videojue- gos”, y yo hubiera puesto: “Mi guapísimo amigo Matt busca pareja,

¿quién de vosotras, mis queridas lectoras, estaría dispuesta a…

—¡Vale! ¡Vale! ¡Ya lo capto! —exclamó avergonzado arrebatándole el periódico, y Triz sonrió satisfecha y se cruzó de brazos con orgullo—. Tú eres una morbosa.

—No, solo soy buena adornando las noticias para llamar la atención del público —dijo Triz con petulancia, luego volvió a mirar el periódi- co y chasqueó la lengua—. No puedo creer que Dafne y Ann me hayan traicionado de esta manera, al menos me podían haber avisado hoy  en el coche para preparar una lista de preguntas sobre requisitos que quieres en tu futura novia.

—¡Triz! —gritó frustrado.

 

—¿Qué? —preguntó la peliblanca de forma inocente, la miró mal y ella se encogió de hombros—. ¡Vale! ¡Nada de preguntar sobre requi- sitos, pero luego no te quejes si te juntan con una chica que odia jugar al Final Fantasy!

—No me van a juntar con nadie porque no estoy buscando novia

—explicó a Triz después de golpearle la cabeza con el periódico—. Mañana mismo sacas una nota diciendo que esta noticia es falsa.

—Noticias Tatata-chán no se retracta de nada de lo publicado, es la política del periódico; si publico algo y luego tengo que retractarme pierdo credibilidad.

Puso los ojos en blanco y se acarició la sien.

—Di que el plazo para enviar solicitudes está cerrado —pidió Nora, algo a lo que Triz asintió, él miró a Nora y se lo agradeció con la mi- rada, luego lanzó un periódico contra Dan y Sonia que no hacían sino meterse mano de forma no tan disimulada.

—Parad ya, par de pervertidos —ordenó de mal humor, Sonia sacu- dió su sudadera y se levantó de encima de las piernas de Dan.

—No somos unos pervertidos —protestó Sonia, por lo que él miró a Triz, que sonrió con malicia.

—¿Cuántos van? —preguntó a Triz.

—Tres en lo que va de mes —contestó ella mientras Sonia los mi- raba con desagrado.

—¿Os han echado de tres sitios en lo que va de mes? —preguntó con asombro a Dan, que asintió orgulloso.

—Tres sitios no es para tanto —opinó Sonia y enarcó una ceja con diversión.

—Estamos a día 10, os echan de un sitio aproximadamente cada tres días, es preocupante. A este ritmo no va a haber un solo lugar en España donde os dejen entrar —contó divertido, Dan infló el pecho con orgullo y Sonia lo golpeó con el puño.

—No es algo de lo que sentirse orgulloso —reprendió Sonia a Dan, pero a su amigo le dio igual y siguió sonriendo con orgullo mientras levantaba tres dedos—. ¿Tu yeso no se ve raro?

—Imaginaciones tuyas —contestó Dan  rápidamente  ganándo-  se una mirada divertida de todos los presentes. Pobre Dan, iba a ser

 

hombre muerto en cuanto Sonia descubriese la verdad—. Así que,

¿cómo hicieron Dafne y Ann para colar el anuncio en la página web   y en la edición que iba a salir impresa?

—Pues la única persona lo suficientemente buena para entrar en mi sistema y piratearlo todo en unas pocas horas es…

—Ren —dijeron él, Nora y Triz a la vez.

—Por eso Dafne tuvo que distraer a Damián —dijo Nora mirán- dolo.

—Eso, ¿qué mierda le pasa a Damián? Últimamente cada vez que lo veo va andando por ahí con una sonrisa ridícula —preguntó Dan.

—Dafne le dijo que era guapo —respondió Nora divertida.

—¿En serio? Pues no debe haber quien lo soporte —dijo Sonia.

—No, no lo hay.

Al escuchar la voz de José puso los ojos en blanco. El que faltaba.

Volteó lentamente y con fastidio vio cómo el castaño mostraba una sonrisa entre perversa y divertida mientras a su lado Evan lo saludaba con efusividad con uno de los ejemplares de Noticias Tatata-chán.

—Me alegra que por fin hayas decidido buscarte una novia —co- mentó José con burla—. O lo que surja.

—No cantaría victoria tan rápidamente, quizás ahora al ver lo co- tizado que soy puede que alguna mejor amiga descubra nuevos senti- mientos —dijo guiñándole el ojo a José.

—Eso no va a pasar —contestó José, él le devolvió la mirada con maldad.

—¿Seguro? —preguntó con media sonrisa; José lo fulminó con la mirada durante un largo rato hasta que decidió ir a saludar a Nora, que estaba a unos metros de ellos hablando con Triz sobre el periódico.

Vio cómo José abrazaba a Nora por la espalda y ella, sorprendida, volteaba hacia él, momento que aprovechó el castaño para besarla efu- sivamente sacándole los colores.

Rio divertido y sacudió los hombros. José no le había caído especial- mente bien cuando lo conoció, de hecho le había caído bastante mal.

¿Pero qué esperaban? Nora se empeñaba en no decir de qué se conocían, y por cómo reaccionaba ante él lo único de lo que estaba seguro era

 

de que lo que fuera que le hubiera hecho en el pasado no había sido nada bueno. Así que como mejor amigo debía cuidar y proteger a su amiga.

Poco después empezó a notar los obvios sentimientos de José hacia Nora, ¡ese chico era muchas cosas, pero discreto no era una de ellas!   Y después de enterarse de qué relación los unía no estaba dispuesto a permitir que se acercara más a Nora, había trabajado mucho para que ella olvidase el bullyng sufrido y no iba a tolerar que ese idiota llegase y se lo recordase todo.



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En el texto hay: humor, locura, amistad

Editado: 14.05.2020

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