El mensajero de Gaia.

Las lunas firianas.

El caballero del viento después de varias horas de galopar entre las colinas y planicies del Valle de Mirídia, miró hacia atrás donde ya no se distinguía la ciudad azul pero aún no se le veía el final, al sentir el sudor de las crines de 4 Vientos con un leve jalón lo detuvo y desmontó ya que se sentía algo adolorido por no contar con silla de montar.

 

  -¡Diablos tengo que ponerte algo porque tienes el lomo durísimo! –dijo dirigiéndose al caballo. -Y ahora… ¿Qué hacemos y a donde vamos amigo?

 

Se dirigió a la sombra de un árbol recargándose en su tronco, con el olor recordó que se trataba de un naranjo firiano, cortó algunas y ayudado con su hacha las partió en dos ya que Fritzy se había llevado su 07, una leve somnolencia comenzó a arrullarlo cuando escuchó una voz que le decía:

 

  -Linda magia tienes en tu mirada caballero del viento.

 

Yurik volteó hacia el lado donde había escuchado la vocecita.

 

  -Pero es más linda la magia que tienes en tus palabras.

 

Volteó hacia arriba hasta detener su mirada en un destello de luz que se movía entre las hojas del naranjo.

 

  -Y tú… ¿Quién eres?
 

 

  -Mi nombre es Rayito de Kristal y vivo en el Valle de las Flores, no sé qué sucedió en Mirídia pero desde que se supo de la llegada de uno de los humanos a Fíria han sucedido cosas muy raras. –le dice el destello de luz.

 

  -¿Acaso hay algo que se considere raro en este mundo? –le pregunta Yurik sarcástico. -Desde que llegué he visto dragones, ángeles sin alas, estrellas que hablan, hadas, zombis y hasta un león con alas que dice acertijos, eso sin contar que una luz a pleno día tan brillante como una estrella me está hablando de cosas raras; ¿Acaso puede haber algo que se pueda considerar raro en este mundo?

 

El hada sonriente y ya completamente confiada ante los sarcásticos y divertidos comentarios del hombre se acercó y le dijo:

 

  -Raro es que uno de los humanos se encuentre en éste mundo, raro es que traiga consigo la espada del destino, raro es que sea de corazón noble, raro es que hasta los dragones le teman, rara es también tu poesía.

 

  -¡He! ¿Mi poesía dijiste, acaso la has escuchado?

 

  -Si claro, el viento se la lleva hasta el Valle de las Flores en tiernas palabras que nos regalan mensajes de paz y amor que se escuchan como un trueno en la distancia, como el canto de las sirenas en la voz de las tritones, llegando de día, noche y mañana, despertándonos, desvelándonos y arrullándonos, pero sobre todo alegrándonos la vida al ritmo de tu poesía.

 

  -No sé por qué pero ese lugar del que me hablas como que me suena, y se me hace conocido, como que alguna vez he estado ahí o lo he oído mencionar antes; ¿Adónde queda?

 

  -Del otro lado de los Montes Lunares y antes de alcanzar la Cordillera de los Dragones justo en medio está. –le contesta el hada mientras revoloteaba ante sus ojos.

 

  -¿Dijiste Montes Lunares? ¡Si! A ese lugar me dirigía antes de desviar el camino y dirigirme a Mirídia; ¿Podrías indicarme como retomar la ruta hacia esos montes de la Luna?

 

  -¡Claro que sí! Solo sígueme y gustosa te mostraré el camino de regreso, después de todo el propósito de mi existencia en Fíria es ese, ayudar a encontrar el camino a las criaturas perdidas en este mundo y tú eres una criatura perdida en Fíria, Luz de Media Noche lo hace por las madrugadas, sígueme y te ayudaré a retomar la ruta perdida

 

Le contesta Rayito de Kristal y Yurik se levantó llamando a 4 Vientos que acudió en seguida a pesar de que no se le veía por ahí y montó en él, dispuesto a seguir el camino que le indicaría aquel destello de cristal y a galope tendido remontando las colinas de aquél extenso valle, jinete y montura siguieron a la luz que los guiaba hasta que se distinguió el verde perfil de un bosque en la distancia, antes de entrar Rayito se acercó para decirle:

 

  -Cruzaremos el bosque por la parte más delgada, escúchame bien, veas lo que veas y oigas lo que oigas, no te detengas, los Alebrijes están furiosos y debemos de pasar rápido para sorprenderlos si nos los encontramos, no darles tiempo de que se agrupen será nuestra única oportunidad de pasar; ¿Entendiste bien?
 

 

  -¿Alebrijes? ¡Si claro! Son como duendes de papel que viven en el bosque, así los llaman en México, no sé si sean peligrosos y por qué están furiosos pero le haré caso al hada que brilla, vea lo que vea y escuche lo que escuche me seguiré de largo.

 

Pensaba mientras le contestaba al hada afirmando con la cabeza, entraron al bosque sin disminuir el paso en un peligroso galope zigzagueante para esquivar los troncos de los pinos y las diferentes trampas naturales que se atravesaban en su camino, el jinete iba atento a todo lo que veía y escuchaba y de repente, sin disminuir el trote volteó a su derecha ya que claramente había escuchado el ladrido de un perro pequeño y automáticamente jaló las crines de 4 Vientos para detenerlo pero este no obedeció.




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