El mensajero de Gaia.

Un te amo en el viento.

Acampado en el umbral del túnel había encendido una fogata y atrapado algunos peces construyendo una pequeña represa en el cauce del río y mientras se los cenaba observó extrañado como el nivel de las aguas bajaba hasta solo ser una escurridera, pero esta vez el agua si bajaba en la dirección correcta, como si algo o alguien se la estuviera llevando hacia La Pradera Marina, buscó a 4 Vientos preocupado por su integridad pero el corcel no se encontraba por ahí, después de observar atento el cauce del río preparado para cualquier sorpresa o visita inesperada, hasta que después de unos minutos las aguas subiendo rápidamente retomaron su nivel, se encogió de hombros y se dispuso a descansar tratando de no perderse en un sueño profundo y reparador.

 

Y en los lagos de Aqua algún tiempo después.

 

-Y bien; ¿Dónde está?

 

Pregunta Luz de Luna a las ninfas que pretendían hacer como si no la hubieran visto y no la tomaban en cuenta.

 

  -¿Dónde está quién o qué? –le regresa la pregunta Rayito de Sol.

 

  -El poeta humano no se hagan, yo anoche lo dejé en la ribera del río Superior, esta noche lo he buscado y no lo he encontrado.

 

  -¿Y nosotras que tenemos que ver con el poeta humano? ¡No lo conocemos y jamás lo hemos visto! Tú deberías de saber dónde está si dices que anoche lo dejaste en la ribera del río entonces debe de andar perdido por ahí buscándote atrapado por tu embrujo. –dice Brisa Mística.

 

  -¡No se hagan y díganme la verdad! Anoche una de sus sirenas lo hechizó con su canto maldito y se metió a las aguas del río, todo su día estuve preocupada por que creí que se había ahogado pero ahora estoy segura de que no es así, ya que anoche saqué las aguas del río y no lo encontré en su cauce, así que una de sus sirenas se lo llevó.

 

Les dice Luz de Luna a las ninfas que solo cruzaban entre ellas nerviosas miradas de complicidad.

 

  -¿Y porque te interesa tanto saber el paradero del peregrino humano y si se lo llevó o no una de las sirenas, a ti qué, o es que acaso quieres anexarlo a la lista de corazones rotos que ahora adornan tu estela? Recuerda que es el único humano en Fíria y los dioses te pueden castigar. –dice Brisa Mística sagaz y escrutadora.

 

  -¡No me importa el castigo de los dioses! De hecho yo soy una diosa, pero si me interesa mucho el saber de él es porque estoy muy preocupada, anoche lo vi y no es como los demás humanos, se ve tan rudo y frágil a la vez, cual si fuera un poderoso e invencible guerrero pero tan desprotegido como un niño perdido en una noche lluviosa, está perdido y no sabe a dónde ir y si ustedes le temen al embrujo lunar será pánico lo que sentirán cuando lo miren a los ojos y sientan lo que se esconde en su mirada, les juro que por primera en miles de años no supe que decir ni qué hacer ante esa mirada de ángel, así que por favor les suplico encarecidamente que me digan dónde está, necesito verlo para saber si se encuentra bien y si ya lo tiene una de las sirenas, solo déjenme verlo una vez más y les prometo dejarlo en paz. –dice Luz de Luna suplicante.

 

  -¿Así que el muso de mis pinturas tiene magia en la mirada? –dice Rayito de Sol. -Y tú en verdad te ves tan preocupada pero ni así te creemos, lo que pasa es que estás molesta porque esa sirena con su canto lo salvó de tus encantos, además de nada sirve que trates de convencernos porque el poeta humano no ha llegado a Aqua, tal vez regresó hacia el Sur o tal vez el guardián de las entradas lo derrotó con uno de sus acertijos a la entrada del túnel del Río Superior, si estuviera en los lagos te aseguro que nosotras no estaríamos aquí.

 

Luz de Luna decidió no insistir más y emprendió el vuelo hacia el cielo nocturno porque con lo que le habían dicho las ninfas una idea llegó a su mente.

 

Y mientras el caballero del viento dormía La chica de las largas pestañas se dirigió a la salida del túnel del río que ascendía desde La Pradera Marina hacia los lagos, su idea había sido la de esperar ahí al poeta humano, tenía la esperanza de que no se había regresado al Sur y de que no se había topado con el guardián de las entradas, así que decidió pasar esa madrugada esperando la llegada de aquél caballero que la tenía tan cautivada con la magia de su voz y su mirada, mientras aquella media Luna brillaba en todo lo alto de aquél cielo estrellado la chica pensaba constantemente en él y a manera que pasaban los minutos crecían en sus sentimientos las ansias de volverlo a ver, hasta que en un inesperado momento confundida porque no pudo recordar su nombre y con ganas de llamarlo tres palabras escaparon de sus lindos labios.

 

  -Te amo vientooo…
 

Asombrada por lo que había dicho y también apenada se tocó su boca, tal vez fue un impulso, un sentimiento contenido y olvidado en los rincones donde guardaba sus olvidos pero aunque por un momento sintió que había pecado, ese sentimiento fue liberado, se sintió mejor un poco su ansiedad disminuyó y esas palabras fugitivas se las llevó el viento por el cielo, por la superficie de las aguas, por entre las copas de los árboles y hacía el interior de aquella oscura cueva.




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