El mensajero de Gaia.

La guerra de los Aquanos

En Corália los mariscales en jefe de las distintas colonias que conformaban aquella sociedad se reunían ya en torno a la gran concha real que fungía como trono en aquél palacio submarino para escuchar lo que su reina tenía que comunicarles.

 

  -Sirenas, ninfas, tritones y demás especies acuáticas presentes, algunos ya tienen muchos miles de años viviendo en los lagos, los que llegaron conmigo y los que aquí nacieron, cuando llegamos a Fíria fuimos apareciendo en distintos puntos de este planeta, algunos en el Mar de los Muertos y otros en el Mar del Olvido, unos cuantos llegaron directo a los lagos donde vivimos, cuando por voluntad de Gaia fuimos traídos a Fíria podíamos vivir en cualquier lugar de este planeta donde hubiera agua, pero por nuestra naturaleza pacífica éramos atacados por los monstruos marinos, nos cazaban para devorarnos y teníamos que vivir escondiéndonos hasta que encontramos este bello sitio donde al fin encontramos la paz y fundamos nuestra ciudad, donde desde entonces pudimos contener el acoso de las criaturas que nos expulsaron de los mares y ríos de Fíria, donde hemos llevado una vida tranquila y nos dedicamos a la cultura y las artes, pero durante todos estos años no hemos podido regresar a los mares a donde pertenecemos, como somos conocidos como una raza pacífica en cuanto nos ven por ahí nos atacan y tenemos que refugiarnos en los lagos de Aqua que se han convertido en el único sitio donde podemos sentirnos seguros y a salvo, en todo este tiempo que he visto transcurrir el desarrollo de nuestra sociedad dedicada a las artes y la cultura, he estado pensando en que a toda sociedad, por muy pacífica que ésta sea, algún día la alcanza la guerra y nuestra guerra nos ha alcanzado.                                 

 

Dice Nostálgica levantando una gran expectación entre los presentes.
 

 

  -¿A qué guerra se refiere su majestad? Interrumpe Majestic, belleza blanca de largos cabellos rubios que ondulaban al compás de las algas marinas que ondeaban al compás de la marea, ninfa que fungía como la mariscal de la colonia de las ninfas.

 

  -¡Favor de dejarme terminar mariscal Majestic! –dice la reina retomando el control de la conferencia. -Como les decía, la guerra nos ha alcanzado y a pesar de ser una nación pacífica yo siempre recluté a nuestros tritones para que recibieran entrenamiento militar más que nada como guardianes del reino que como soldados, porque de vez en cuando alguna criatura infernal de Lúa Dark llegaba aquí a través de las montañas o por aire y nada más venían a molestar o a lastimarnos, por eso es que cada uno de nuestros tritones tiene el suficiente entrenamiento militar ahora que es nuestro turno de enfrentar una guerra.

 

La sirena Eterna hizo una señal para pedir la palabra y dejando el cómodo coral esponjoso en el que posaba su cola nadó sobre los presentes hasta situarse a un lado de la reina.

 

  -Durante la historia de Aqua que yo sepa nuestro reinado jamás ha sido atacado ni por los dragones, ni por los inmortales, ni por las legiones no naturales, ni mucho menos por los guerreros del viento, si nuestra reina dice que la guerra nos ha alcanzado; ¿Podría decirnos quien es nuestro enemigo?

 

  -¡Claro! –contesta la reina. -Esta mañana ha llegado a nuestros lagos el guerrero de los humanos del que se decía que había devastado Mirídia asesinando a sus ángeles, cargos que podemos descartar, gracias al testimonio de Luz de Luna, que desmiente la versión que nos dieron las 7 celestes de Daro’s ya que no hubo tal destrucción en Mirídia, pues bien, el guerrero de los humanos libró una batalla esta mañana contra Thermofría dejándola congelada en el lago de la entrada, por el testimonio de Rayito de Sol y Brisa Mística sabemos que se encuentra ahora en una de las galerías del lago del Sur y ante la suma de los acontecimientos tenemos que dar por hecho que Daro’s y su ejército de dragones vendrán a los lagos a darle caza.

 

  -¡Entonces no es nuestra guerra su majestad! –vuelve a interrumpir Majestic. -Deberíamos dejarlos que se maten ellos solos allá arriba y no intervenir en una guerra donde muchos de los tritones perecerían, somos una nación pacífica que nada tiene que hacer en una guerra entre dragones y humanos.

 

  -¡El que seamos una nación pacífica no significa que seamos una nación de cobardes! Y no podemos permitir que una guerra aunque sea ajena destroce nuestros bosques, el contorno de los lagos y las galerías de arte que conservan el desarrollo de nuestro trabajo desde hace miles de años y si dos enemigos quieren hacer su guerra en nuestro territorio, entonces también es nuestra guerra.

 

Dice Nostálgica definitiva y una oleada de comentarios inundó aquél salón mientras la reina pacientemente esperaba a que terminaran sus deliberaciones en las cuales observaba la duda y el miedo que se desarrollaba entre los presentes hasta que dijo:

 

  -Si me permiten su atención todos los presentes, el tritón Idonés que durante mucho tiempo ha sido mi guardia personal encargado de la seguridad de palacio, y que a partir de este momento será nuestro mariscal de guerra, tiene algo que decirles porque ya que veo que el miedo y la inseguridad se ha adueñado de sus corazones, estoy segura que con lo que van a escuchar cambiarán sus estados de ánimo y opiniones con respecto a esta guerra que nos amenaza. 




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