El mensajero de Gaia.

El embrujo de la Luna.

-¡Diablos! No quiero huir de los dragones y me estoy escondiendo de una chica hermosa; ¿Qué clase de guerrero solitario soy? ¡Saldré a enfrentar a esa hermosa diosa y que sea lo que Dios quiera!

 

Dice al tiempo que encaminaba sus pasos a la salida de aquella galería donde se había metido para esconderse pero la chica al parecer ya no estaba.

 

  -Creo que ya se fue. –pensó al tiempo de que encogía sus hombros restándole importancia al asunto.

 

  -Jaj-jaj-ja.

 

Se escuchó una risa femenina resonante en ecos y guardó silencio dispuesto a sorprenderse una vez más como ya era normal en aquél extraño planeta.

 

  -Jaj-jaj-ja.

 

  -¡Diablos! ¿Quién tendrá esa angelical risa? –después de escudriñar su entorno optó por preguntar. -¿Quién eres y de qué te ríes?

 

  -Soy yo, Luz de Luna. –le contesta por fin aquella voz que se reía.

 

  -¿Dónde estás? Sal para que pueda verte. –dice sin lograr ubicar la dirección de donde procedía la voz.

 

  -Estoy aquí caballero del viento, muy cerca de ti y te estoy mirando.
 

 

  -Pues déjame verte; ¿Dime a que temes y porque te me escondes?

 

  -El que teme y se esconde eres tú, por eso preferí que no me vieras, por temor a asustarte.

 

Dice la chica lunar acercándose cada vez más al atribulado caballero del viento.

 

  -¡Yo no soy un cobarde vocecita! No le temo ni a los dragones, a ver; ¿Por qué he de temerte a ti?  –pregunta inquisitivo.

 

  -No sé qué te hayan dicho pero me di cuenta que te ocultaste en cuanto viste a la Luna, por eso decidí acercarme a ti en estado etéreo para poder verte sin que me vieras a mí, no quería asustarte y sin embargo tenía muchas ganas de verte, aunque fuera así, por un momento, aunque sea de lejos y sin que tú me vieras a mí. –dice Luz de Luna con voz melosa.

 

  -No es que me haya asustado, simplemente que de donde yo vengo no es común ver a chicas tan bellas como tú bajar de las estrellas y si me oculté fue tan solo para ver de quien se trataba, ya que viendo que de ti se trataba pues salí para saludarte.

 

Fue entonces que la chica de las largas pestañas se dejó ver justo enfrente de él, asombrándolo una vez más con su impresionante belleza.

 

  -¡Dios, que hermosa es! –pensó tratando de disimularlo. -No es posible que esta mujer que más parece un ángel sea tan mala como dicen.
 

 

  -¡Hola como estás! –dice Luz de Luna sacándolo de su letargo. 

 

  -Esteee; ¡Pues yo muy bien! –contesta tratando de recomponerse.                  -Disculpa, es que eres tan hermosa que me perturbas, pero ya estoy bien, ya pasó.

 

  -¿Entonces ya no te gusto? –dice Luz de Luna con voz compungida.

 

  -No es eso; ¡Me encantas! Pero simplemente ya pasó. –dice Yurik tratando de hacerse el duro. -Hablando de encantamientos; ¿Es cierto todo lo que se dice de ti por estos lugares?

 

Luz de Luna haciendo un mohín de disgusto le pregunta.

 

  -¿Te refieres al embrujo de la Luna?

 

  -Algo así.

 

  -Mira viento, yo no sé lo que te hayan dicho de mí, pero me extraña que lo hayas creído, tú vienes de la Tierra y eres uno de los creadores de todas las cosas en este mundo de las historias olvidadas, ahora dime: ¿Alguna vez alguien te habló en tu mundo del embrujo de la Luna? –pregunta la chica tratando de explicar su situación.

 

  -Pues ahora que lo mencionas no.

 

Le contesta Yurik quitándose el cabello que caía sobre sus ojos.  

 

  -La Luna en mi mundo es tomada más que nada como algo romántico y melancólico, es el símbolo de la noche y si no existiera, o sea si mi planeta no tuviera Luna, pues las noches serían… aburridas.
 

 

  -¡Exacto! –dice Luz de Luna retomando el rumbo de la conversación. -El embrujo de la Luna es una leyenda fíriana, pero como no fue creada por los humanos pues tan solo es eso, una leyenda en la cual no existe ningún tipo de magia ni encantamiento, pero sin embargo: ¿Recuerdas alguna historia sobre las ninfas o las sirenas en tu mundo?

 

  -¡Oh si claro! Las sirenas son mujeres hermosas con cola de pez y un hermoso canto con el cual encantaban a los marinos, creo y las ninfas son mujeres que salían del agua o algo así.




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