El mensajero de Gaia.

El "Cielo" en la plaza de las gárgolas.

En Nosferália la noticia de la presencia de un humano en Los Montes Lunares con la Espada de Fíria corría como reguero de pólvora desde el castillo Stoker hasta el Templo del Tiempo despertando la ambición en la mayoría de los legionarios, noticia que parecía no importarle a Valek Deinal que aún seguía pensando en lo que sucedió la última vez que pudo ver de cerca a la princesa de Lúa Dark, recordando una y otra vez una de las frases dichas por su amada.

 

  << Por un momento pensé que tú eras el autor de tan hermosas palabras>>

 

  -Como me hubiera gustado conocer por lo menos el significado de lo que dice la voz en el viento, aunque sí entiendo el lenguaje pero no sé qué significan, pero lo que sea tengo que averiguarlo, tal vez si sepa lo que dice el viento me ayude a hablarle de mis sentimientos a la princesa, pero para eso tendría que ir en la dirección de donde sopla ese viento, tendría que ir más allá de la muralla cosa que muy pocas veces he hecho y si soy descubierto podría ser castigado, aunque sé que fácilmente puedo burlar la vigilancia de los guardianes de la muralla y cruzarla sin ser visto, el dirigirme al Sur sin referencias no me llevaría a ningún lado y acabaría regresando a Nosferália sin resultados, mejor primero averiguo el paradero del autor de la voz en el viento y en la noche siguiente escaparé en su búsqueda, si encuentro la fuente de las mágicas palabras que tienen encantada a mi princesa me será más fácil hablarle de lo que me sucede, aunque ella no conoce el amor porque nunca ha estado en la Tierra, sé muy bien que su espíritu contiene la sensibilidad necesaria para comprenderlo.
 

 

Pensaba mientras se rascaba la cabeza dándose cuenta de que había captado un detalle que se le había pasado.

 

  -Ahora que lo pienso; ¡Creo que empiezo a comprender por qué la voz en el viento tiene capturada la atención de la princesa! ¡Son palabras de amor! El autor debe de ser humano y se encuentra en Fíria, si su voz viene del Sur debe de encontrarse cerca de Mirídia o de Aqua; ¡Ahora más que nunca tengo que encontrarlo!

 

Dijo y sin pensarlo más se dirigió a las tabernas de Nosferália tratando de averiguar el paradero de aquél humano en Fíria, en pocos minutos surcó el cielo nocturno de aquélla tenebrosa ciudad hasta llegar a La Plaza de las Gárgolas donde cientos de pedestales vacíos con diferentes estilos clásicos y ortodoxos ocupaban casi todos los rincones de aquella plaza principal cuyos más comunes ornamentos eran precisamente esos pedestales vacíos que durante el día eran ocupados por los petrificados cuerpos de las gárgolas, suavemente descendió en el adoquinado suelo de aquellos tenebrosos andadores y se dirigió caminando parsimoniosamente hacia una de las tabernas llamada irónicamente: “El Cielo”, llamada así tal vez por la misma ironía que movía a los humanos a bautizar sus antros y tabernas con el nombre de: “El infierno”, “El hades” o nombres adyacentes según su cultura, porque al igual que para los humanos las mitologías de lugares infernales los hacían imaginar lugares excitantes e interesantes en los que nadie quería estar ni conocer alguna vez, al ingresar a la taberna captó en sus parroquianos que algo extraño sucedía, un suspenso inusual en medio de un ambiente más pesado de lo común, rumores que se escuchaban entre la música de un ambiente metalero y gótico que se escuchaba captaron su atención y se acercó al cantinero para tratar de averiguar algo más de lo que pasaba.
 

 

En el otro lado de la barra un ente demoníaco con rostro humano lo atendió, un sátiro (1) que caminó a servirle una bebida haciendo resonar sus pezuñas en la duela del piso.

 

  -¿Qué es lo que sucede?

 

Pregunta Valek a Luar Bestiar que era el nombre del sátiro que lo atendía.

 

  -¿Pero es que no te has enterado? –contesta el cantinero y le dice. -La noticia de que La Espada de Fíria está en manos de un extraordinario guerrero posiblemente humano corre por todos los rincones de Lúa Dark.

 

  -Se algo de esa espada y ni idea tengo de que tan poderosa pueda ser. –contesta Valek. -Y además no me interesa.

 

  -Si ya se, a ti lo único que te preocupa es ganar el torneo y estar cerca de la princesa. –dice el sátiro. 

 

  -Y más ahora que averigüé algo sobre la princesa que me da otra posibilidad, descubrí que Lilth está impresionada por unas palabras que trae el viento del Sur.

  -En un lenguaje que entiendo pero dice cosas que no comprendo, pero al parecer nuestra princesa sí porque permanece a la expectativa cada noche al pie de su ventana tratando de escucharlo.

 

  -Eso es poesía mi intrigado amigo, yo también la he escuchado y si comprendo lo que dice gracias a mi flautín. –dice el sátiro levantando el interés del vampiro.

 

  -Dices que lo comprendes y; ¿Que tiene que ver el flautín de un sátiro con lo que le dice el viento a la princesa? –pregunta el vampiro algo incrédulo.

 

  -Esas palabras vienen con música y gracias a que entiendo el lenguaje musical puedo entender lo que dice el viento, no solo a la princesa porque esas palabras llegan a cada rincón de Lúa Dark como un susurro que se confunde con el viento, ininteligible para otros, no para los que entendemos el arte de las cosas, los humanos crearon a los sátiros como entes infernales pero nos relacionaron con casi todas las artes que ellos manejaban, como la pintura, el teatro, la música y por supuesto; la poesía. –dice Luar Bestiar mientras servía bebidas a los demás parroquianos.




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