Buscando respuestas

Una vez estando fuera del salón, caminé junto a Alice en dirección a unos asientos que se encontraban libres en el patio de la universidad, procedimos a sentarnos y tomarnos la situación con calma, respiré profundamente intentando relajarme, Alice en ese momento comenzó a cuestionarme sobre cómo me siento.

–¿Ya estás mejor?, te sentí media rara dentro del aula, ¿Sucedió algo? – Preguntó Alice preocupada.

–Si, ya me siento un poco mejor, gracias por ayudarme, pero no tienes por qué preocuparte– Me levanté del asiento –Iré al tocador y regresaré al aula de inmediato, puedes adelantarte estaré bien– Se lo digo con una sonrisa.

No quiero hacerla estresar, ella también tiene una vida y no puedo hacer que se ande preocupando por mí a cada momento. Una vez regresé del tocador me dirigí a mi asiento, Alice me preguntó si ya me sentía mejor, a lo que con una mueca le dije que no hacía falta que se preocupara más, que estoy bien, a lo que ella riéndose respondió un, “Está bien”.

Después de eso la mañana pasó muy rápido, cada segundo, minuto y hora no se sintieron como tal. Ya era la hora de salida y el clima rebelde hizo de las suyas envolviendo toda la ciudad de una fuerte lluvia, no había traído ningún paraguas por lo que continué mi camino sin pensarlo dos veces. A medida que avanzaba, un sentimiento me inundaba por completo, ¿Duda?, ¿Anhelo?, ¿Amor?, no lo sé, levanté la mirada y cada gota de lluvia que caía en mi rostro me hacía cuestionarme, “¿Cómo llegué a sentirme así?”.

Llegué a la parada de buses, pero al ver la hora me di cuenta que faltaba poco para que empiece mi jornada de trabajo.

–Parece que tendré que ir en taxi.  

Mi medio de transporte esperado no tardó mucho en aparecer, permitiéndome de esta manera llegar rápido a mi lugar de destino. Con respecto a mi trabajo, siempre es muy agotador ser la camarera del restaurante ya que hay muchas personas al cual atender, eso sin contar que casi no hay tiempo para descansar, siempre hay algo que hacer en todo momento resultando ser muy pesado, además, gracias a mi dificultad para dialogar he llegado a tener problemas con algunos clientes e incluso con mi jefe, pero gracias a que es amigo de mi padre y a que sabe de mi condición me lo deja pasar, es duro, pero aun así me esfuerzo hasta donde puedo. Terminando mi día laboral, cojo el autobús y me dirijo a mi casa para continuar mis deberes de la facultad.

7:00 Pm

–¡¡Ah~!! ¡¡Por fin llegué a mi casa, menudo día más agitado!!

Estando frente a la puerta siento lo solitario y oscuro que se encuentra el interior del apartamento, desde hace un buen tiempo que vivo sola, pero nunca llegué a sentir tanta soledad de golpe.

–“¿Será normal?”– Fue lo que pensé.  

Si continuaba así solo me deprimiría más, decidiendo entrar de una vez y ponerme a cocinar algo rápido para poder tomar los medicamentos. Luego de ello tomé un poco más de la dosis recomendada, hoy no me sentía del todo bien, después de los pequeños sucesos que tuve en el día estaba muy estresada. La noche transcurrió con normalidad, continuaba haciendo mis deberes, en eso, el celular comenzó a sonar.

–¿Alice? – Miro la hora –Son las 10:10 PM… me pregunto para qué me llama.

(Contesto la llamada)

–Hola… ¿Alice?

–Hola Melody ¿Cómo estás?, ¿Ya tomaste los medicamentos?, estoy preocupada por lo que pasó hoy en la universidad.

–¡Hay que tú, sí que eres!... te dije que no tenías que preocuparte y si, ya tomé mis medicamentos.

–¡Oh ya veo, ya veo! me alegra mucho, por cierto… ¿Aún tienes o ya se te están acabando?

–Hum... ya se me están terminando, en la próxima cita con el especialista tendré que pedirle que me recete más de ellos.

–Hablando de eso... ¿Qué día te toca la próxima cita?, tenía pensado acompañarte esta vez.

–Tengo la cita dentro de 2 días en la tarde, ¿Segura que quieres acompañarme?, no tienes que ir si no quieres, además, tú también tienes tu propia vida y no quiero ser un peso para ti.

–Nunca serías un peso, lo hago porque eres mi mejor amiga, si está a mi alcance haré todo lo que sea necesario para ayudarte.

–Está bien… – Miro al techo –Alice… gracias por todo lo que haces por mí.

–No hay de que, en mi caso gracias por quedarte conmigo todo este tiempo… te quiero mucho mejor amiga.

–Yo también te quiero mucho… bueno, tengo que colgar ya que debo terminar las tareas, hablamos mañana ¿Sí? – Iba a colgar, pero me acordé de algo importante –Por cierto, antes de que se me olvide, la cita será a las 2:40 el sábado, pero nos podemos encontrar en el parque de siempre a las 12:30 si quieres.

–¡Oh vale!, está bien, entonces el sábado a las 12:30 en el parque de siempre, te me cuidas mucho, hablamos mañana.

Cuelgo la llamada para continuar con los deberes. Después de 2 horas por fin terminé, me iba a dormir, pero quería profundizar más sobre mi enfermedad y la raíz de mis problemas, mientras buscaba, vi una página que trataba de los traumas y la pérdida de memoria.

1:20 Am.

Me mantuve investigando por 1 hora aproximadamente y en ese periodo de tiempo encontré sobre la demencia progresiva y trastornos similares a esta enfermedad. El Alzheimer, la demencia vascular y la demencia mixta eran de tipo progresiva, es decir, no tienen cura, solo pueden ser controlados mediante un tratamiento. Esto me dejó con la duda, revisé mis documentos médicos y el especialista me había diagnosticado con demencia de bajo riesgo.

Mi enfermedad es un trastorno similar a la demencia, tiene cura con el tratamiento adecuado el cual lo he estado llevando por dos años, pero sin ningún resultado hasta la fecha. Según el especialista me dijo que en algún momento de mi vida fui obligada a tomar varios medicamentos a la vez, quería intentar recordarlo, pero sin importar cuánto me esfuerce, la mayor parte de mi adolescencia y algunas partes de mi niñez simplemente no existen, no tengo si quiera algún recuerdo borroso de aquellos días, y si trato de recordarlo hace que me duela la cabeza. La ansiedad por saber la verdad me está matando por dentro, ¿Qué fue lo que pasó conmigo en el pasado?