Cayó la noche y yo seguía sin saber dónde me encontraba, anduve por un buen rato caminando entre las penumbras y la poca luz de las farolas, tenía algo de miedo y angustia por lo que me podría pasar. En lo más oscuro de esa débil luz pude ver a una persona que caminaba en sentido contrario hacia mí, era una buena oportunidad para preguntar por la calle donde me encontraba, por lo que lo detuve para poder pedirle ayuda.
–Hola, disculpe… ¿Le puedo hacer una pregunta?
El sujeto sin decir ninguna palabra, se detiene en frente de mí y me clava una mirada escalofriante, instintivamente agaché la cabeza y me mantuve observando el suelo. Sentía la intensidad de sus ojos aun sin siquiera verlo directamente, me hacía sentir incómoda y temerosa de lo que me podría ocurrir, si a eso le sumamos que me encontraba en medio de la noche, perdida y sin ninguna referencia que recuerde sobre mi apartamento, solo podía tener miedo.
Tragué saliva e intenté hacer contacto visual con él, pero simplemente me era imposible ya que el miedo y el temblor de mi cuerpo crecían sin parar.
–“¿Qué es lo que me ocurre?, ¿Por qué mi cuerpo está reaccionando?” – Fue lo que pensé.
Mientras mis lagrimosos ojos continuaban observando el suelo, me percaté que sus zapatos estaban bañados en lodo, me preguntaba de donde mismo provenía para tener los zapatos así. De repente, unas gotas rojas comenzaron a caer en el filo de sus lodosos zapatos.
–Eso... ¿Es sangre?
Reaccioné dando 2 pasos hacia atrás y en el momento que alcé la mirada, el sujeto frente a mí ya no estaba, había desaparecido, pero continué retrocediendo por impulso cuando en eso, siento que alguien me toma del hombro. Mi corazón se detuvo y en mis pensamientos solo habitaba una palabra, "Suélteme", retrocedí tan bruscamente que en mi intento de huir me terminé cayendo, mi miedo era tan grande que solo podía gritar.
–¡¡Suélteme!! – Grité desesperadamente con las lágrimas a punto de tomar posesión de mí.
–Señorita ¿Está usted bien? – Preguntó un señor de tercera edad –Veía que algo le pasaba así que decidí acercarme, no fue mi intención asustarla.
Cuando me di cuenta de quien se trataba ya pude respirar tranquila, sinceramente si no fuera por este buen hombre aún seguiría asustada, y quien sabe, quizás nunca hubiera vuelto a la realidad. Después de un rato conseguí calmarme del todo, y hablando un poco con aquel señor, me explicó la dirección de la calle en donde nos encontrábamos, ocasionando que casi de forma instantánea consiguiera recordar el camino hacia mi apartamento, solo me encontraba a unas 4 cuadras de este.
Me despedí del señor y ni bien llegué a mi apartamento, inmediatamente fui a tomar una ducha, luego me dirigí a mi cuarto para poder reflexionar sobre lo que me ocurrió. Todo fue muy extraño, nada parecía tener algún tipo de sentido, pero… creer que todo lo que pasó hoy no fue más que un pequeño momento de desorientación y de mi imaginación, es demasiada casualidad, tengo la corazonada que todo eso que vi, tiene algo que ver con mi pasado olvidado.
A la mañana siguiente me di cuenta que había recibido un correo del especialista donde decía:
“Mis más cordiales saludos estimada señorita Russell Evans Melody. El motivo de este correo es para informarle que, debido a la pausa de su tratamiento, le pediré que venga cada semana a mi consultorio para chequear su estado médico y ver si todo sigue en orden, no olvide manejar su dieta, como sabe su cuerpo necesita comidas que contengan magnesio, zinc y vitamina B, procure hacer ejercicios no tan intensos y mantener la mente relajada en la mayoría de su tiempo disponible. Qué tenga un buen día”.
–Supongo que no queda de otra– Dije suspirando.
Después de eso solo me fui a bañar y hacerme algo de comida para poder hacer mis deberes de la universidad, el semestre está cerca de acabar y tengo mucho por hacer para finalizar el trabajo final e irme a la playa con Alice, después de todo me siento muy ilusionada por ir... nunca antes había visto el mar en persona, el paisaje debe ser realmente hermoso.
Con el pasar de la semana sentía olvidar ocasionalmente donde dejaba algunos objetos e inclusive olvidé que tenía un examen, tuve que rendirlo con lo que recordaba de las clases, por otro lado, mi trabajo se había pospuesto por razones médicas, sin ese trabajo no tengo ningún tipo de ingresos para poder vivir.
–Creo que tendré que pedirles a mis padres que me envíen algo de dinero – Dije mirando el hermoso cielo azul.
Continuando con mi vida, en ocasiones ya sea de camino a la universidad o al parque para trotar, por momentos pierdo la concentración de lo que hago e incluso empiezo a desorientarme, no sé si era por la falta de medicamentos, pero me costaba mantenerme concentrada y a veces escuchaba ruidos que eran algo extraños.
La semana transcurrió muy rápido a mi parecer, hoy ya me tocaba ir a la consulta por lo que salí rápidamente de mi apartamento y me dirigí al consultorio. Cuando por fin llegué me hicieron pasar inmediatamente.
–Disculpe especialista, ¿Le puedo decir una incomodidad que eh estado sintiendo?
–Claro, dígame su incomodidad.
–Ya le conté en su tiempo que he tenido sueños extraños donde me piden ayuda o me llaman múltiples veces, pero en estos últimos días creo escuchar voces, me pongo demasiada nerviosa por cosas que de un momento a otro ya no están, incluso creo olvidar y perder la concentración con más frecuencia que antes. Aún sigo las recomendaciones que me dio, pero solo siento que voy de mal a peor– Dije preocupada y algo decaída.
–Entiendo, la enfermedad está avanzando más rápido de lo que pensaba, su preocupación es entendible, pero en este momento sería contraproducente enviarle algún tipo de medicación ya que como le dije podría poner en riesgo su salud, aun así, no se preocupe ya que el objetivo de esto es ver como progresa para dar el informe al laboratorio y ya cuando estén listos los resultados poder hacer algo que controle su padecimiento.