En el transcurso de la semana me dediqué a cuidar a mi mami, no podía caminar bien y la fiebre le aumentaba por minutos, tenía heridas graves, partes hinchadas, moretones y cortes en todo su cuerpo. Cuando despertaba me miraba con lágrimas en los ojos y susurraba con una voz muy débil que la perdonara, me partía el corazón de tan solo oírla.
Los días pasaron hasta que tocaron la puerta de nuestra casa, mi padre atendió enseguida el llamado y en eso entró un hombre alto de cabello corto, piel blanca y ojos claros. Solo me miró por unos segundos, de ahí el resto del tiempo se dedicó hablar con mi padre.
–Erick ven aquí por favor.
Me acerqué inmediatamente por petición de mi padre y porque no tenía de otra.
–Así que este es tu hijo– Dijo mi tío con una sonrisa en el rostro.
–Sí, pero por favor no te olvides de nuestro acuerdo– Recalcó mi padre.
–No te preocupes, te depositaré tanto dinero como para que no tengas que preocuparte de trabajar nunca más.
–Disculpe, pero tengo que cuidar de mi madre– Interrumpí en medio de la conversación.
–No te vayas, a partir de ahora eres de mi propiedad y la pasaras conmigo durante los próximos 5 días que puedo estar aquí, aparte debo hacer que te acostumbres– Exclamó mi tío.
–¿De qué habla?
En eso me sujetó del brazo y me llevó a la habitación de mi padre, su agarre era tan fuerte que me estaba lastimando, intentaba hacer que me soltara, pero por más que hiciera fuerza resulto inútil, ni bien entramos a la habitación me lanzó a la cama.
–Ahora Erick, quítate esos harapos que llevas puesto y ponte esto que traje especialmente para ti, te verás muy linda con esta mini falda y estas bragas sexys.
Me obligó a vestirme de mujer, no entendía el motivo de esto, pero me sentía muy incómodo ya que mientras me acomodaba la ropa, sentía como sus ojos recorrían mi cuerpo entero hasta que se detuvieron en mi trasero, dándome una sonrisa y una mirada que me hacían temblar del miedo, es como si hubiese estado esperando por esto durante mucho tiempo. Cuando terminé de cambiarme lo único que me dijo fue, “¡¡Oh, mi Erick!!, tan solo de verte me estoy excitando”, luego se acercó y me puso boca abajo levantándome el trasero mientras me bajaba las bragas hasta las rodillas, sentía como agarraba mis glúteos con sus grandes manos y jugaba con ellos a su placer, me llenaba de saliva hasta que sentí como su pene entraba lentamente.
–Me duele mucho, ¡¡Para por favor, para!! No quiero esto por favor ¡¡Para!!– Lo dije mientras mis ojos llorosos y mi voz adolorida resonaba por toda la habitación.
–¡¡Que excitante!! ¡¡Me gusta, me encanta!! ¡¡AHHH, que rico!!– Lo decía mientras empujaba por mi estrecho ano una y otra vez.
–¡¡AHH!! ¡¡AHH!! ¡¡Por favor para!!
–Dime “Tío” que estoy a punto de venirme de lo excitante que está siendo esto, vamos ¡¡Dímelo!!
–Tío ya no puedo más ¡¡Tío!! ¡¡AAAHHH!!
Grité tan fuerte hasta que mi voz se quebró por completo y mis caderas cayeron temblorosamente. En ese momento comprendí lo que me quisieron decir con que sería un juguete sexual, me temblaba todo el cuerpo, Tío se había venido dentro de mí, sentía como mi trasero estaba pegajoso y muy adolorido, me palpitaba demasiado, sentía ardor alrededor de mis nalgas, por lo que tan solo continué boca abajo llorando y maldiciendo estar vivo desde el fondo de mi corazón.
–¡Vamos Erick, esto recién empieza!
Me golpeó el trasero con su pene múltiples veces sacudiéndose el semen que le quedaba, me puso boca arriba y colocó sus testículos cerca de mi boca.
–Chúpalos Erick, piensa en ellos como si fueran caramelos de fresa.
–¡No… no quiero, detente por favor!
Me sujetó la boca con sus manos y me dijo que si no lo hacía mataría a mi madre y a mi padre por ser un juguete inservible. Comencé a llorar, odiaba a mi padre, pero no soportaba la idea de verlo morir, y sobre todo no soportaría ver a mi madre ser lastimada una vez más, mientras lloraba accedí a meter sus testículos en mi boca y comencé a chuparlos, me daba arcada, sentía ganas de vomitar, pero debía continuar. Después de unos minutos estando lamiendo y chupando sus bolas, decidió ponerme su pene en mis labios, lo iba moviendo haciendo un recorrido por estos mismos hasta que en un movimiento un poco más brusco puso su pene dentro de mi boca, era muy grande, no me cabía toda.
–¡Vamos Erick!, has un esfuerzo por aceptar mi polla, si no entra toda no es muy satisfactorio.
Seguía insistiendo, seguía empujando hasta que de poco en poco sentía como su pene entraba hasta mi garganta, de pronto la sacó y la volvió a meter con fuerza, la volvió a sacar y la volvió a meter una y otra vez hasta que sentí como su semen salió disparado dentro de mi boca, me sentía mareado, veía todo muy borroso hasta que, de un momento a otro, todo se puso negro.
Al día siguiente desperté en mi cama, al parecer me había desmayado después de tal acto, intenté levantarme, pero mis piernas temblaban y el trasero me dolía tanto que apenas y podía sentarme, mis lágrimas rodaban por mi mejilla mientras mis labios temblaban del miedo, cuanto más me acordaba de lo sucedido más ganas de llorar e impotencia sentía, en eso entró mi mami a la habitación para abrazarme, mi corazón se hacía tan pequeño que no dudé en gritar y llorar lo más fuerte que pude, mi mami solo me abrazó aún más fuerte, sus lágrimas eran tan profundas como la impotencia y la frustración que sentía en ese momento. Sin haberle preguntado nada, sentía que ambos nos hacíamos la misma pregunta “¿Cómo una familia que parecía tan unida terminó desmoronándose de esta forma?”, era tan incomprensible como aterrador pensar en todo ello.
Pasaron 4 días para que pudiera recuperarme en mi mayoría, en este momento Tío tenía que volver a su país y al no haber podido hacer conmigo nada de lo que tenía en mente, se fue muy enojado de la casa diciendo que volvería en dos años, además de amenazar a mi padre diciéndole que se asegure de que no nos fuéramos a ningún lugar para cuando el volviera, caso contrario enviaría a matarnos incluyéndolo. Estábamos condenados, todos y cada uno de nosotros no teníamos un futuro alguno.