“El mil rostro”, es el título que una vez dijo una artista que conozco, en su momento no lo entendí, pero conforme pasa el tiempo lo comprendí y hoy por hoy lo he tomado como la forma más asertiva para referirse a mí o intentar describirme, porque hoy tengo un rostro, pero mañana puedo tener otro y eso no se trata de ser hipócrita, tampoco son máscaras, soy yo mismo expresándome de formas diferentes, ya que vivo en un eterno cambio, algo que me hace crecer y aprender, pero también soy un mil rostros porque en mi cabeza existen diversos seres que me apoyan y velan por mí, a su vez ellos me repudian y condenan, son libres de pensar lo que quieran, así como yo soy libre.
Cada uno es diferente a mí y yo son diferente a ellos, somos rostros distintos de un cuerpo maldito, y en muchos casos ellos salen y se expresar en sus propios versos o en melodías que solo ellos pueden hacer.
Soy un ángel caído en el pecado de la lujuria o de la masacre de mil personas en mi cabeza, pero eso no me hace un condenado del infierno, solamente soy preso de mi propio delirio, así como el delirante escritor que vive en mi mente, me ayuda a expresar la vida en la forma más poética que el mismo puede pensar, pero realmente no puede hablar, pero a la vez soy la ternura de una niña traumada, que lucha contra la depresión y un odio rotundo por toda la humanidad, pero que aun así puede sentir un amor inmenso por su cuerpo marcado, en otras ocasiones soy el zorro que vive obsesionado por el perfeccionismo, portador de 9 corazones robado por su deseo de más poder, pero su mente cambio por un amor arrebatado y que sin quererlo afecto a su forma de expresarse para buscar las más irresistible en la elegancia de una prosa romántica.
Soy prisionero de la sociedad, donde mis ataques son constantes y mi depresión fluye como el caudal de un rio, pero en mi mente soy libre y mientras escribo estas palabras escucho a los danzarines de las aves fugaces, que hacen sus danzas en el basto universo enseñándonos que el amor y la pasión son cosas que van de la mano, ellos existen y están entrelazados por los 5 minuto de una muerte inminente.
Puedo ser el cachorro del fuego o el sabueso del infierno, que trata de siempre estar tranquilo y a su vez estar ansioso como si quisiera jugar, eso puedo ser hoy pero mañana puedo ser el protector de un tesoro, y a veces soy el ciervo amado por el bosque, el que desea proteger cada ser vivo, pero muere cuando ve lo temible que es el ser humado. El inmundo ser humado. Ese ser que quiere acabar con la vida, pero a la vez entre en una contradicción queriendo protegerla, es por eso que se encierra en su propio bosque.
Pero tengo miedo de expresarme y que nadie me entienda, que mis palabras queden en el viento y mueran en la soledad, o sentiré aislado de todo el mundo mientras me ven como si se tratase de un loco, eso me causa el temor, así como el miedo de lastimar a los que ama de la dama de fuego y su sentimiento de tener que estas aislada, lejos de todos para evitar quemarles, si esa fiel compañera que me ha acompañado en mi vida, y que también vive en este cuerpo maldito, su fuego ardiente quema y deja todo hecho cenizas, pero hermosa luz que me acompaña, de las cenizas nace nueva vida. Tú tienes miedo de dar tu amor y yo tengo miedo de ser olvidado en los plenos paisajes de la tristeza.
Empecé este escrito con la idea de expresarme para los demás de quien soy y quienes son ellos, mis fieles compañeros, esos que jamás me abandonan, claro están prisioneros como yo de un cuerpo que no nos pertenece, pero ahora tiemblo por el temor de que no sea bueno lo que dediquemos en este folio, en esta hoja de color blanco que solamente nos deja en evidencia lo vacío que estamos y que intentamos de darle un sentido rellenándola de palabras.
Al final comprendí porque soy un “Mil rostros”, porque tengo más de un rostro que mostrar y cada uno es tan real como el anterior, sin querer aceptar que nadie puede entender como vivo mi vida y como tengo mil vidas más pasando por mis ojos, hasta el punto donde los 8 que vivimos en esta mente buscan la forma entenderse y vivir en la armonía del caos. Soy un “mil rostros”, porque soy y no soy lo que ayer fui y fuimos.
Kayn Skogr