Esta es nuestra historia…
Nos conocimos una mañana, ya nos habíamos visto muchos años atrás pero nunca pensé que me recordaras. Cuando llegue ese día y nuestros ojos se rencontraron, en ese mismo instante una pequeña semilla germino, naciendo la primera hoja verde, enredándose, mientras un pequeño capullo salió entre las pequeñas hojas verdosas.
Aun me sigo preguntando porque no paso años atrás.
Fue un flashback, nuestras miradas se reconocieron al instante, fue imposible no sonreírte, fue imposible no sentir como mi alma entraba en éxtasis al verte, una emoción completamente diferente a la que había sentido con anterioridad.
Mi objetivo aquel día era mejorar lo que por años seguía dañado, solo quería recuperar el tiempo perdido y termine cayendo ante ti como una rosa marchita.
Todo comenzó ese día mi querido cuando nuestras miradas se reconocieron y ambos respiramos el mismo aire que chocaban entre nosotros dos, todo cambio.
No había solución.
Sin saberlo ya me había caído al abismo del amor.
***
Me acompañaste hasta la salida en la segunda cita, nos despedimos con un apretón de manos y la mantuviste por tan solo unos segundos que para mí se sintieron como minutos, horas, días, años, eterno.
Eterno, esa es la palabra correcta.
Tus ojos castaños, tan oscuros y perfectos, ese café que calienta mi cuerpo, que me genera un cosquilleo, un aleteo. He de admitir que mi piel se erizo y te reconoció una vez más.
¿Por qué?
¿Por qué?
¿Por qué Dios mío, por qué?
Me preguntaba una y otra vez, porque sentía que te necesitaba, porque sentía que ya no podía caminar por la vida como si nada.