PARTE DOS.

Nos vimos día tras día, me analizabas, me sonreías, me detallabas, y en ese momento cuando creía que albergabas los mismos sentimientos por mí me enteré que el hombre al que empecé a necesitar como el mismo aire estaba comprometido, atado a otra mujer una con la que llevaba años estando.

Sentí, he de admitir que sentí como el nudo se apretaba en mi garganta, como mi corazón sentía punzadas agudas, dolorosas.

Sentí como sangraba, como se me era inevitable derramar lágrimas.

Ese día fue la primera vez que llore por ti, que llore por mí.

Hoy en día aún sigue ese nudo ahogándome, pero he aprendido a vivir con la presión que hace.

***

Intente una y otra vez sacarte de mis pensamientos.

Cada día se me hacía difícil disimular mis sentimientos, ya ni siquiera podía esconderlo porque mis ojos decían más que mil palabras.

Contenía el aire cada vez que aparecías frente a mí, cada vez que nuestros cuerpos estaban a menos de medio centímetro. Ya no había solución solo me tocaba soportar, ir a cada cita, intentar ignorarte, ignorar y no mirarte a los ojos.

Una vez me rompí, llore frente a ti, pero lo disimule tan bien que no te diste cuenta.

Me obsesione, te seguí en todas tus redes, te seguí, a escondidas miraba tus fotos, me imaginaba una vida contigo, deseando un milagro, aunque suene malo desear lo que no se puede tener no podía evitarlo.

Tampoco quería ser la otra, me sentía mal desear lo que no era mío.

***

Cuando todo termino quise poner distancia, pero tu seguías llamándome, citándome, alargando el proceso y sin saberlo dañándome en el momento.

Ya no había remedio, me había enamorado tan profundamente que me conformaba con solo verle, con solo tocarlo, con tan solo verle reír.

Empecé a soñarte, aparecías en mis sueños de una manera que me hicieron pensar que si soñaba contigo era porque me extrañabas. Lo sé, es una jodida locura, pero el simple hecho de que estés aliviaba mi alma solitaria.

Un tequila para mi corazón roto era lo que necesitaba en ese momento, me acostumbre amarte en silencio.

Han pasado un año y siete meses y aún no he logrado olvidarte tanto así que ahora estoy escribiendo sobre ti, sobre mí, sobre lo que nunca fue.

Te escribí poemas, incluso te mande pequeñas indirectas, unas indirectas que ignoraste o no le diste demasiada importancia.

Entre ellas esta…

Recuerdo el instante en que nuestras miradas chocaron entre sí, el tiempo se detuvo, mi corazón palpito tan fuerte que podía escucharlo, sentirlo chocar contra mi pecho. En ese momento…supe que mi vida cambiaría por completo.

Y de tus ojos mi alma se enamoró.

Tu sabiduría, un faro en el mar, mi juventud… una brisa fresca que hará soñar, juntos crearemos un mundo ideal donde la edad es solo un numeral.