Louis cayó en una profunda depresión tras la muerte de Noelia. La culpa lo atormentaba constantemente, ya que sentía que podría haber hecho más para salvarla. A pesar de que Antoine y otros amigos intentaron ayudarlo, Louis se alejó de todos ellos y se sumió en su dolor.
Mientras tanto, Sara desapareció después del incidente. Se rumoreaba que había huido del país o que se había sumido en una profunda depresión tras la muerte de su hermana. Nadie sabía con certeza lo que había pasado con ella, y Louis no quería saberlo.
Cinco años después, Louis seguía luchando con la muerte de Noelia. Había avanzado en su vida, había conseguido un trabajo estable y había logrado mantener algunas amistades, pero seguía siendo incapaz de amar de nuevo. No podía dejar de pensar en Noelia y en todo lo que habían perdido.
Un día, por casualidad, Louis se encontró con Sara en la calle. La reconoció de inmediato, pero ella parecía haber cambiado mucho. Ya no era la chica alegre y vivaz que recordaba, sino una mujer triste y solitaria.
Louis se acercó a ella, sin saber qué decir. Sara lo miró a los ojos y le pidió perdón por todo lo que había pasado. Le dijo que había aprendido de sus errores y que había tratado de hacer las paces con su pasado.
Louis no sabía si podía perdonarla, pero sabía que era hora de dejar ir su dolor y avanzar en su vida. Le deseó lo mejor a Sara y se alejó, sintiendo una extraña sensación de alivio y liberación.
Desde ese día, Louis comenzó a aceptar la muerte de Noelia y a vivir de una manera más plena. Aunque nunca olvidaría a su amada, aprendió a encontrar la felicidad en las cosas pequeñas y a valorar cada momento de su vida.