Louis y Antoine se sentaron juntos, recordando aquel momento en que rescataron a Noelia hace cinco años. Parecía como si el tiempo hubiera pasado volando, pero ellos recordaban cada detalle con claridad. Recordaron cómo habían arriesgado sus vidas para encontrar a Noelia y cómo se habían prometido mutuamente que siempre estarían juntos para ayudarse en cualquier situación difícil.
Después de un rato, Antoine rompió el silencio y dijo: "¿Qué te parece si seguimos el mapa del extraño y buscamos el objeto de la Luna Azul? Tal vez podamos encontrar algo que nos ayude a entender lo que está pasando".
Louis asintió con la cabeza, sabiendo que Antoine tenía razón. Se pusieron en marcha de inmediato, siguiendo las indicaciones del mapa que el extraño les había dado. Después de caminar por un tiempo, llegaron a un túnel debajo de la ciudad.
Antoine decidió seguir adelante, a pesar de la oscuridad y la incertidumbre. Louis lo siguió, sabiendo que su amigo era valiente y confiando en que él sabía lo que estaba haciendo. Pronto, llegaron a un pequeño cuarto que estaba lleno de antigüedades y objetos extraños.
En un rincón del cuarto, Louis vio una caja pequeña que parecía haber sido forjada a mano. La abrió con cuidado y dentro encontró una nota que decía: "La Luna Azul está en el cielo. Busca en el lugar más alto que puedas encontrar".
Louis y Antoine intercambiaron una mirada, sabiendo que estaban cerca de encontrar lo que buscaban. Salieron del túnel y se dirigieron hacia el lugar más alto que pudieron encontrar: la cima de una colina cercana.
Allí, en la cima de la colina, encontraron un pequeño cofre que contenía un collar con una piedra azul brillante. Louis sabía que este era el objeto de la Luna Azul que habían estado buscando. Pero, ¿qué significaba todo esto? ¿Qué había detrás de la búsqueda de este objeto?
Louis y Antoine se miraron el uno al otro, sabiendo que esta era solo la primera pieza del rompecabezas. Había mucho más por descubrir y estaban decididos a llegar al fondo de todo esto.
Decidieron volver a la ciudad para investigar sobre la historia detrás del collar y la Luna Azul. Después de horas de búsqueda en internet y visitas a bibliotecas, finalmente encontraron una pista importante: un antiguo mito sobre una diosa lunar que había dejado su joya más valiosa en algún lugar de Francia.
Armados con esta información, Louis y Antoine se adentraron en un bosque peligroso lleno de animales salvajes en un campo de Francia. Después de horas de caminar, encontraron una pequeña cabaña en el corazón del bosque. El collar brillaba en la mano de Louis, guiándolos hacia la puerta.
Con cautela, entraron en la cabaña y se encontraron con una persona sentada en una silla en el medio de la habitación. La figura estaba envuelta en una capa oscura y no se podía ver su rostro.
"¿Quién eres tú?", preguntó Louis.
La figura permaneció en silencio durante unos momentos antes de responder en un susurro: "Soy el guardián de la Luna Azul".
Louis y Antoine intercambiaron una mirada. Finalmente habían encontrado al responsable detrás de todo esto. Pero, ¿qué quería este guardián con la joya?
Antes de que pudieran hacer otra pregunta, la figura se levantó de la silla y desapareció por una puerta trasera. Louis y Antoine corrieron detrás de él, pero la figura había desaparecido en la oscuridad del bosque.
Se detuvieron en la puerta trasera y observaron el collar en la mano de Louis. Sabían que la búsqueda había terminado, pero sentían que había algo más detrás de todo esto. ¿Quién era el guardián de la Luna Azul y por qué había estado escondiendo la joya todo este tiempo?
Louis y Antoine se quedaron allí, en la puerta trasera de la cabaña, contemplando su siguiente movimiento. La búsqueda había terminado, pero la aventura estaba lejos de acabar.
Louis y Antoine intercambiaron una mirada determinada y, sin dudarlo, decidieron seguir los pasos de la persona misteriosa que habían encontrado en la cabaña. Abrieron la puerta y se adentraron en el oscuro pasillo, que parecía interminable.
La única iluminación provenía de unas antorchas que ardían débilmente en las paredes, y el aire estaba impregnado del olor a humedad y moho. A medida que avanzaban, el pasillo se estrechaba y se hacía cada vez más claustrofóbico.
Finalmente, llegaron a una escalera que descendía en espiral hacia lo desconocido. Sin dudarlo, bajaron los escalones, sus pies resonando en la escalera de piedra. El sonido parecía atronador en la oscuridad, y Louis comenzó a sentir una sensación de miedo en el estómago. Pero no podía dar marcha atrás, no cuando estaban tan cerca de descubrir la verdad detrás de todo.
Finalmente, llegaron a una puerta de madera que parecía haber sido tallada a mano hace siglos. Louis y Antoine intercambiaron una mirada y, con un asentimiento de cabeza, Louis abrió la puerta, lo que vieron al otro lado dejó a Louis sin aliento.