Fue un largo y complicado camino hasta la casa en donde se había celebrado la fiesta en la que Helena había desaparecido esa noche, pero sin duda se me hizo más largo por tener a un idiota siguiéndome, Kristian, el abogado de Liam. Al parecer a ese tipo le gustaba salirse con la suya y era muy insistente y aunque traté de darle esquinazo en varias ocasiones él siempre logró alcanzarme. Algo me decía que no me iba a librar tan fácilmente de él.
Al llegar a la famosa casa pude ver como había varios coches patrulla, también estaba la furgoneta de Paul, bueno, no era de él, pero era la que siempre usaba para el trabajo en la ciudad, a demás era buena para el tipo de terreno en el que estábamos. Aparqué donde pude, pues era difícil con tanto vehículo, luego apagué el motor, cogí mi teléfono junto con mi arma y bajé del coche. Iba a mandarle un mensaje a Paul y a Seth para que supieran que acababa de llegar, pero el abogaducho llegó para incordiar una vez más.
—Veo, que a demás de lista y guapa eres una excelente conductora, lástima que yo sea mejor y no hayas podido perderme, nunca me perderás. —Él me guiñó un ojo y cerró la puerta de su coche, había aparcado detrás de mí. Puse los ojos en blanco y me llevé una mano a la cara, podía simplemente detenerlo y ya, pero sabía que era uno de los mejores abogados o por lo menos eso decían de él, estaría libre muy pronto y tendría que cargar nuevamente con ese idiota, pero siendo el doble de insoportable. Suspiré y le envié un mensaje rápido a mis compañeros y sin mirarle le respondí.
—Gracias, pero prefiero despertar en una bañera con hielo y sin un riñón que pasar tiempo contigo. —Bloqueé mi teléfono y comencé a caminar.
—¡Oh, vamos! No seas así, vamos a intentar llevarnos bien, ahora somos compañeros. —Me detuve de golpe y me di la vuelta para mirarlo como si mis ojos se trataran de cuchillos muy afilados.
—¿Qué dijiste? —¿Compañeros? Ese tío era idiota claramente. Él rió incomodo.
—Vamos, vamos, solo bromeo linda…—Nuevamente me guiñó un ojo.
—Te voy a recordar que llevo encima una pistola y para tu información, tengo muy buena puntería. —Le dije amenazante. No me gustaban sus bromas y era mejor que ya lo fuera comprendiendo. Mi mejor amiga estaba desaparecida y lo que menos me hacía falta era un metomentodo causando problemas y retrasando el caso. Yo siempre era seria en mi trabajo, siempre muy profesional, pero en esos momentos se trataba de algo personal, era mi mejor amiga, mi casi hermana la que estaba desaparecida y empezaba a creer que no era una borrachera… Solo esperaba que el Ángel no tuviese nada que ver con eso. —Si ya terminaste me retiro, tengo trabajo que hacer. —Por última vez me di la vuelta y avancé hasta el interior de la casa, quizás allí estuvieran los demás. La puerta estaba abierta y algunos agentes del FBI salían de ahí, ellos me saludaron con un gesto de cabeza y siguieron su camino, yo iba seguida por Kristian.
—¿Crees que esté aquí el dueño de la casa? Me gustaría hablar con él, tengo que hacerle unas preguntas. —Lo miré de reojo.
—Deja hacer su trabajo al FBI, aquí somos nosotros quienes hacemos las preguntas, solo eres un abogado, céntrate en defender a tu cliente que yo me encargo del resto junto con mi equipo.
—Hago mi trabajo muy bien, créeme. Necesito reunir pruebas para defender a Liam, sé que es inocente y lo voy a demostrar, para eso tengo que investigar, no es la primera vez que hago esto. —Lo miré confundida, iba a tener que buscar información sobre ese tipo más adelante.
Caminé junto a él hasta el salón, allí se encontraban Paul y un chico al que no conocía, pero supuse que era el famoso Jared, quien había organizado la fiesta aquella noche y el dueño de la casa. No era más que otro universitario con cara de resaca.
—Hola Paul, supongo que este chico es Jared, ¿verdad? —Él tenía la mirada perdida, parecía estar en sus mundos. Paul miró a Kristian de arriba abajo y luego a mí, obviamente quería saber quién era ese tipo y que hacía ahí. Suspiré y decidí presentarlos, pero el abogaducho se me adelantó.
—Kristian Zubok, abogado defensor del señor Liam Summer, estoy aquí para ayudar en la investigación y demostrar que mi cliente es inocente.
—Sí, he leído sobre usted, sé que ha ayudado en algunos casos a la policía, pero creo que este le queda grande, somos el FBI, no la policía de la ciudad, así que le pediré amablemente que se retire, a demás me huelo a que no tiene permiso para estar aquí.
—Se equivoca ahí, ella, su superior, me ha dado permiso para ayudar en la investigación, ¿verdad agente Cruz? —´Nuevamente me sonrió tratando de parecer encantador, lástima que conmigo sus juegos no funcionaban.
—Yo no te he dado ningún permiso, a demás, hay gente por encima de mí, si estás aquí es para que cierres la boca, luego te irás. —Yo tenía un superior, el director Morris, una persona no muy simpática, lo que menos necesitaba era meterme en problemas por culpa de un abogado necio.