El misterio de Helena Surchs

Capítulo 9

Helena había sido mi mejor amiga durante mucho tiempo, desde que éramos unas niñas de ocho años. Habíamos pasado toda la vida juntas, compartimos momentos, sueños y secretos. Nos compenetrábamos a la perfección y siempre estábamos la una para la otra. Cuando era pequeña sufría de bullying en la primaria, era muy diferente a la chica dura del FBI que busca a un asesino en serie. Antes era una niña con la autoestima por los suelos gracias a eso, a mi tía abuela y el abandono por parte de mis padres. Jamás me sentí bien conmigo misma y me odiaba, creía que era mi culpa el que mis padres no me quisieran y me dejaran con aquella mujer, pero cuando Helena se mudó a la ciudad y entró en mi vida me hizo ver las cosas de otra manera. Helena salvó mi vida, me ayudó y me demostró el valor que yo tenía y aprendí a amarme y a sentirme bien, aprendí a ser fuerte y a luchar. Si ella no hubiese llegado a mi vida me habría perdido en la oscuridad siendo apenas una cría.

—¿En qué piensas Yelina? —Seth interrumpió mis pensamientos. Después de haber encontrado el regalo del Ángel junto con su nota y dibujo decidimos dirigirnos de nuevo a la comisaría para poder añadir los nuevos datos a la investigación. Seth iba junto a mí, en el lado del copiloto y yo manejaba el coche de Colin. Seth y yo nos negamos a que él  fuera el conductor, por lo que me tuvo que ceder los mandos. —Has estado my callada desde que salimos de la escena, pero supongo que es comprensible, en esta ocasión el asesino se ha dirigido a ti directamente.

—Esto tiene que ser duro para ti, la presión de atrapar a ese tipo y la desaparición de Helena… Entenderemos si quieres tomarte un respiro, quizás sea buena idea que te desentiendas de uno de los casos, el de Helena es la mejor opción, podemos con esto. —Apreté el volante ante las palabras de Colin, quien iba sentado en los asientos de atrás.

—Es mi amiga, no pienso dejarla. —Ella me había salvado hace muchos años, era mi momento de hacer lo mismo. —A demás, creo que lo que la gente ha estado diciendo todo este tiempo puede ser verdad.

—¿A qué te refieres? —Me preguntó Seth.

—¿Y si Helena es la nueva víctima del Ángel? Debemos pensar en esa posibilidad. El Ángel parece hacer esto personal, va directamente a mí. También está la parte en la que dice que alguien pagará las consecuencias. Helena encaja en el perfil de chica que suele escoger, joven y guapa, y no olvidemos que aparentemente el dedo fue amputado mientras estaba viva, ¿por qué querría conservar viva a su víctima?

—Para incentivarte a encontrarla. Quiere una buena partida, como él dijo, quiere que esto sea diferente por ser el último crimen y secuestrando a tu mejor amiga hará que le pongas más energía al caso, pero si la mata no te lo tomarás de la misma manera, pues ya estará muerta y poco podrás hacer, pero si está viva harás lo que sea por salvarla. —Respondió Seth.

—Eso es un problema, le da ventaja sobre ti, sabe que teniendo viva a Helena, en el hipotético caso de que sea ella, sabe que no harás nada que él no quiera que hagas, pues será tu amiga quien pague por tus errores. —Colin tenía razón, todo eso se estaba complicando.

—Aunque también cabe la posibilidad de que no tenga a Helena, pero sabe que está desaparecida y se está aprovechando de eso, es una buena jugada. —Suspiré y toqué mi frente, sentía como si un taladro perforara mi cerebro.

—¿Qué hacemos con esto? —Preguntó Colin

—Esperemos que lleguen los resultados del laboratorio para cerciorarnos de que es o no es Helena, con eso sabremos si ambos casos están conectados, por el momento quiero creer que no es así. —No quería pensar en la posibilidad de que mi mejor amiga estuviera en las manos de ese cruel asesino, un psicópata narcisista. —No quiero que estas sospechan lleguen a Liam y su abogado, lo que menos me interesa es que se meta en donde nadie le ha llamado y entorpezca la investigación.

—No te preocupes, no diremos nada de esta teoría. ¿Qué vas hacer? El asesino quiere que vayas sola a buscar el próximo miembro, no quiere que lleves policía. —Miré a Colin por el retrovisor.

—No lo sé, obviamente no puedo ir sola, es un gran riesgo y el protocolo no lo permite, luego tendría que responder ante mis superiores y tengo la sensación de que sería en vano. No voy a detenerlo sola si no lo hemos hecho todos juntos en tres meses. —Frené el coche dejándolo aparcado enfrente de la comisaría. —Hablaremos de esto con los demás en privado. —Abrí la puerta y bajé del coche junto con los otros dos hombres.

—Esta vez llegamos antes. —Paul estaba en la entrada de la comisaría fumando. —Davina está dentro, nos está esperando. —Asentí y entré en el edificio.

—Deja de fumar, ya estás viejo para estas cosas. —Le dijo Colin mientras entraba después de mí.

—¿Viejo? ¿Quieres ver como de viejo estoy? —Paul se rió mientras apagaba su cigarro.




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