El misterio de Helena Surchs

Cpaítulo 23

Regresé a la silla en donde había estado sentada anteriormente, al igual que Seth y Paul. Estaba dispuesta a contarles lo que Helena les había estado ocultando a todos.

—Primero, quiero dejarle un mensaje a Yelina. Sé de sobra que las cámaras que hay aquí no solo graban la imagen, también el sonido.

—¿Por qué no te comunicas con ella? Sé que antes lo hacíais, a demás, estoy seguro de que Yelina quiere hablar contigo.

—Lo siento doc, pero no puedo, es parte de la hipnosis que sigue presente. Marcus Leviert, el ex terapeuta, se encargó muy bien de que nunca nos pudiéramos poner en contacto nuevamente y lo prefiero, así me ahorro sus preguntas. —Estaba un poco más calmada que unos segundos antes, me había costado volver a normalidad, pero lo había logrado finalmente, como siempre. —¿Puedo? —Los amigos de Yelina se miraron mutuamente y asintieron, me estaban dando vía libre. —Bien. —Me moví en la silla poniéndome cómoda y luego miré a la cámara.

—Puedes decir lo que gustes, se lo mostraremos a Yelina. —Asentí ante las palabras de Paul e inspiré profundamente. Estaba lista.

—¡Eh! ¿Qué pasa Yel? Seguro que debes de estar sorprendida por mis repentinas ganas de comunicarme contigo, bueno, solo quería pedirte perdón por lo que he hecho. Soy consciente de que te he metido en serios problemas y de que por mi culpa terminarás en una institución mental en donde acabarán conmigo. —Bajé la mirada a la mesa. —Eso significa que te harán recordar cosas horribles. —La voz comenzó a temblarme. —Yo jamás quise que esto pasara, nunca quise lastimar a Helena y mucho menos a ti, pero lo hecho está hecho y nada se puede arreglar. Solo queda enfrentar las consecuencias, pero quien debería de hacerlo soy yo y no tú. —Un par de lágrimas cayeron por mis mejillas. —No quiero que sufras Yel, esa nunca fue mi intención. Yo surgí para protegerte y cuidarte cuando nadie más lo hacía, nací para defenderte de los monstruos, pero terminé convirtiéndome en uno. —Mi labio inferior comenzó a temblar a la vez que mis palabras se perdían en el lugar. —Solo eras una niña que necesitaba un héroe, pero ahora tú eres el héroe. —Limpié mis lágrimas haciendo una breve pausa. —No sabes lo orgullosa que me siento de ti. Me alegro de que no hayas tomado el camino incorrecto, gracias por ser lo que siempre esperé ser yo para ti. Lamento haberme perdido en el camino y no haber sido lo suficientemente fuerte. Yel, lo que estás por escuchar te va a lastimar, pero debes saber de verdad quien es Helena Surchs. —Miré a los dos hombres enfrente de mí y suspiré. —Estoy lista…

—Adelante Abby, te escuchamos. —Paul me invitó a comenzar, finalmente todos sabrían la verdad detrás de mi amiga.

—Todo comenzó una noche, hace tres meses…

Flashback:

Una llamada del teléfono despertó a Yelina alrededor de las tres de la mañana, era sábado y acababa de llegar hace unas horas atrás de un caso en San Francisco, por lo que estaba muy cansada del viaje y no pensaba en responder la llamada, pero al ver que se trataba de Helena y al pensar que quizás se hubiese metido en un lío… No le quedó más remedio que contestar. Cuando Yelina respondió la llamada de Helena escuchó su voz agitada al otro lado de la línea, fácilmente se podía notar que estaba metida en un problema, y de los gordos. Pudo notarlo en su voz, yo pude notarlo. Las palabras de Helena estaban llenas de miedo y de desesperación.

—¿Helena? ¿Qué pasa? ¿Por qué me llamas a estas horas? Dime que no estás nuevamente perdida y borracha… ¡Más vale que no sea otra pelea estúpida con Liam, ya te dije la última vez que no iría por ti si eso pasaba de nuevo. —Yelina siempre tuvo un mal despertar.

—¡Yelina! ¡Dios, menos mal que respondes! Sé que es tarde para ti, lo entiendo, pero esto es muy serio, he cometido un grave error… ¡Me he metido en problemas muy graves! Necesito que me ayudes. ¡Rápido, ven! —Helena solía meterse en problemas por el alcohol, pero nunca de esa manera, eso me alertó, por lo que decidí salir yo en lugar de permitir que Yelina se ocupara.

—Voy para allá, mándame tu ubicación. —Tras suprimir a Yelina le pedí a Helena la dirección y en cuanto la tuve partí hacia allí. Aquella noche, Helena se encontraba en su casa dando una fiesta, pero al llegar ya no había nadie, de la fiesta lo único que había quedado era un desastre impresionante, nada raro en universitarios ebrios. Busqué a Helena por toda su casa, aquella noche su madre se encontraba fuera por un viaje de negocios junto a la madre de Yelina.

—¡Yelina! —La voz de mi amiga se escuchaba por toda la casa, pero provenía del primer piso, por lo que me dirigí hacia allí. —¡Corre! —Subí a la primera planta y de ahí fui a su habitación, al parecer los gritos provenían de allí. Al llegar, la puerta estaba semiabierta, por lo que solo la empujé un poco para abrirla, fue así como vi aquella escena… Helena se encontraba sentada en la cama mirando fijamente hacia el suelo, en el cual se encontraba el cuerpo inerte de una joven sobre un charco de sangre…




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