El Misterio de la Dark Hunter

16 “Esto no está pasando”

El despertador sonó a las siete de la mañana, mire para la cama de Julieta y ella no estaba, no me acuerdo haberla visto a la noche. Me levante, me bañe, me vestí y me maquille un poco. Había aprovechado bien mí tiempo y tenía tiempo para desayunar. Pero primero quería ver si se había levantado Jack aunque dudo que estuviera en la cama, con lo estricto que es. La habitación de Rufina quedaba justo en el medio donde se hace la separación de las habitaciones por edad. La parte de los chicos quedaba del otro lado, tenía que pasar todas las habitaciones y como la mía era la última de todas tenía que ir de un extremo al otro. No tenía ganas de cruzármela. Siempre me topaba con ella y su amiga y era la misma pelea todos los días. Hoy solo esperaba no tener que verle la cara. Para mi desgracia su puerta se abrió pero me lleve una sorpresa que no esperaba, a los besos salieron Rufina y Jack abrasados y jugueteando. Prefería mil veces tener que soportar la molesta vocecita de Rufina que ver esa situación. Justo cuando pensé que Jack estaba sintiendo algo por mí me tengo que topar con esto. Me quede congelada sin poder mover un musculo. Quería irme pero mi mente no me dejaba. Solo me quede mirándolos. Hasta que Rufina me mira y le da un beso a Jack, él se da vuelta y pone una cara que jamás había visto, como si hubiera visto a un fantasma. Por fin mi cuerpo reacciona y me deja seguir avanzando pero por alguna razón corrí sin detenerme, ni mirar a donde iba, solo corrí y corrí y corrí, hasta llegar al portón de la escuela. Al costado estaban los vehículos con los que podíamos salir al pueblo. Sin pensarlo dos veces me subí a uno y salí para el pueblo. Solo iba a ser yo ese día. Mi mente no me dejaba en paz, pensaba y pensaba, ¿Qué estaría haciendo Jack ahí? ¿Habría ido temprano? ¿Se había quedado a dormir? ¿Si no se la banca porque estaría con ella? Mi corazón cada vez dolía más con cada pregunta que me aparecía. Lagrimas corrían por mi mejilla. Llegue al pueblo y detuve el auto para sacar la lista de la cartera. Me seque las lágrimas con la muñeca y respire hondo. Después trate de concentrarme solo en la lista. No iba a permitir que me valla mal por el otro tonto. La lista decía lo siguiente.

Lista del campamento:

  • Dos mochilas. (La casa de Betty)
  • Dos cantimploras.
  • Dos linternas.
  • Una soga de veinte metros.
  • Una botellita de alcohol en gel.
  • Una gaza.
  • Una cinta de embalar.
  • Una caja de fósforos.
  • Una brújula.
  • Un larga vista.
  • Dos filmadoras.
  • Un repelente de mosquitos.
  • Dos relojes.
  • Dos lentes de sol.
  • Dos radios de comunicación.
  • Dos silbatos.
  • Cinco bengalas.
  • Light sticks. (tubos luminosos)
  • Dos navajas suizas.
  • Dos libretas y dos lápices.

Eran muchas cosas para dos personas, pero tenía que tener todo. Empecé con las mochilas, no sabía dónde quedaba la tienda “la casa de Betty” asique fui a la cafetería que iba siempre cuando tenía amigas. Encendí el auto y me puse en marcha. El pueblo no era muy grande pero parecía infinito cuando te adentrabas en él. Cuando vi la cafetería, estacione el auto y lo detuve. Cruce la calle y entre.

–Hola linda ¿cómo estás? ¿Vas a tomar lo de siempre?- La camarera se acercó a mí.

–Hola, hoy no voy a tomar nada, te quería preguntar algo-

–Dime-

– ¿Sabes dónde queda “la casa de Betty”?- Me queda mirando sorprendida.

–Queda al frente de la fuente principal, te aconsejo que no vallas sola. No es lo que parece- Se da media vuelta y desaparece detrás de una puerta.

Salgo de la cafetería y al lado del auto me estaba esperando Jack. Cruzo la calle y sin mirarlo me subo al auto, él se sube del lado del copiloto.

–Bájate- Puse la llave en el auto.

–Arranca-

–Bájate- Apreté fuerte el volante.

–No voy a bajarme-

– ¡Salí del maldito auto!- Lo mire con lágrimas en los ojos. Apretando muy fuerte el volante. Jack me mira.

-¡No!- Enciende el auto. Yo seguía mirándolo con la cara toda empapada. Se acercó y me seco las lágrimas.

-¿Porque haces esto?- Saco las manos del volante y las dejo caer.

–Yo manejo- Sale del auto y aparece del lado de la puerta y la abre. Salgo del auto y me voy al otro asiento. Pone en marcha el auto y vamos a la primera tienda. Durante el camino no dijimos ni una palabra.

–La mujer de la cafetería me dijo que tenga cuidado porque no era lo que parecía- No lo mire.

-¿Qué tenemos que comprar acá?-

–Dos mochilas- Los dos miramos la tienda. Bajamos y cruzamos la calle. Antes de entrar Jack me muestra que traía la Katana, eso era una señal de que me prepara para cualquier cosa. La tienda apenas entramos parecía normal, como cualquier otra. Tenía muchas cosas, mochilas más que nada. Fui a ver las mochilas que nos servirían, tenían que ser unas con capacidad de cargar todas las cosas de la lista más comida.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.