El Misterio Del Barco en el Cielo (versión Oficial)

Capítulo 5: El Vuelo de la Desesperación

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte cuando Nick y Stiven, cansados pero decididos, regresaron al taller de Luca. Sin embargo, al llegar, se encontraron con un panorama alarmante: la avioneta que había estado estacionada estaba desaparecida.

"¡Luca!" gritó Nick, su corazón latiendo con fuerza. "¡La avioneta! ¿Dónde está?"

Luca, que estaba revisando su herramienta, se dio la vuelta, su rostro pálido. "No lo sé. La dejé justo aquí. ¿Crees que Henri se la ha llevado?"

Stiven apretó los puños, la preocupación transformándose en determinación. "¡Necesitamos la avioneta! Debemos detenerlo antes de que se escape."

"¡Dame la avioneta, Luca!" exigió Nick, la adrenalina corriendo por sus venas. "No podemos quedarnos de brazos cruzados. Si Henri tiene información sobre el barco volador y las desapariciones, debemos actuar ahora."

Luca, aún visiblemente confundido, asintió. "De acuerdo. Tienen razón. No podemos permitir que se escape. A ustedes les confío la avioneta."

Con la decisión tomada, Nick y Stiven se apresuraron hacia la avioneta que Luca les había proporcionado. El motor rugió al encenderse, y la emoción de la persecución comenzó a invadirlos.

"¿Sabes cómo volar esto?" preguntó Stiven mientras se acomodaba en el asiento del copiloto.

"Un poco," respondió Nick, concentrándose en el panel de control. "Confía en mí. Solo asegúrate de estar listo para cualquier cosa."

Con un impulso, despegaron, ascendiendo rápidamente hacia el cielo estrellado. Mientras volaban, la ansiedad de lo desconocido se mezclaba con la adrenalina. Sabían que tenían que alcanzar a Henri antes de que desapareciera por completo.

Tras horas de vuelo, la radio cobró vida. "¡Henri, aquí es Nick! ¡Devuélvenos la avioneta!" gritó Nick, esperando que su mensaje llegara.

Pero solo recibió silencio a cambio. Fue entonces que un estruendo resonó en el aire: disparos. Henri había comenzado a disparar desde su propia aeronave, una pequeña avioneta cargada de energía y velocidad.

"¡Cuidado!" gritó Stiven, mientras se cubrían de los disparos. "¿Qué hacemos ahora?"

Nick maniobró la aeronave, esquivando las balas. "Necesitamos acercarnos lo suficiente para hablar con él. Tal vez pueda explicar lo que está pasando."

Los disparos continuaron, y la tensión aumentaba. La noche se iluminó con el destello de las balas, creando un escenario de caos en el cielo. Nick sabía que debían actuar rápido.

"¡Prepárate!" dijo Nick con determinación. "Voy a intentar acercarme."

Con una maniobra arriesgada, se lanzaron hacia delante, desafiando la gravedad y la desesperación. La avioneta de Henri estaba a la vista, y podían ver su figura asomándose por la ventana, disparando sin parar.

"¡Henri! ¡Detente!" gritó Stiven desde su asiento, deseando que su voz atravesara el estruendo del motor y el caos.

El juego del gato y el ratón continuó por el cielo, con Nick y Stiven decididos a recuperar lo que era suyo y desentrañar el misterio que rodeaba a Henri. Sabían que estaban en una carrera contra el tiempo, y cada segundo contaba.

Con una determinación renovada y la adrenalina fluyendo por sus venas, Nick maniobró la avioneta con maestría. Estaba decidido a poner fin a la peligrosa carrera. Stiven, con el corazón en la garganta, observó cómo se acercaban a la aeronave de Henri.

"¡Ahora!" gritó Nick, apuntando hacia la avioneta enemiga. Con un movimiento preciso, dispararon un par de bengalas para desactivar el motor de Henri.

Un destello iluminó el cielo nocturno y, de repente, la avioneta de Henri perdió potencia y comenzó a descender rápidamente. El impacto fue inminente.

"¡Henri, no!" gritó Stiven, aunque ya era demasiado tarde. La avioneta se estrelló contra el mar, generando una gran onda en las aguas oscuras.

Nick y Stiven se miraron, el alivio mezclándose con la preocupación. "¿Está bien? ¿Crees que sobrevivió?" preguntó Stiven, mientras el mar se calmaba lentamente.

"Es difícil de decir," respondió Nick, tratando de mantener la calma. "Lo importante ahora es que tenemos que avisar a Luca."

Con rapidez, Nick ajustó el rumbo hacia la costa y tomó el micrófono. "Luca, aquí Nick. Henri ha caído al mar. Vamos hacia ti y vamos a llevarnos la avioneta."

La voz de Luca resonó por la radio, un poco confundida. "¿Pero qué pasó? ¿Y la limpieza? ¡Malditos, no terminaron de limpiar mi casa!"

Nick sonrió a pesar de la situación. "Lo siento, amigo. Pero ahora mismo tenemos un caso más grande que atender. ¡Nos vemos en un momento!"

Mientras se acercaban al taller, Nick y Stiven no podían evitar reírse de la reacción de Luca. Sabían que tenían que volver a la realidad, pero el caos de la noche había dejado una huella en ellos.

Finalmente, aterrizaron con un suave golpe, y salieron de la avioneta con una mezcla de alivio y emoción.

"Vamos a ver qué hacemos ahora," dijo Stiven, mirando hacia el taller donde Luca los esperaba, aún con una expresión de incredulidad en su rostro.

"Primero, ayudaremos a Luca con la limpieza," bromeó Nick, pero su tono indicaba que el trabajo no había terminado.

A pesar de todo lo que había sucedido, sabían que el misterio del barco volador y las desapariciones apenas comenzaba a desvelarse. La noche estaba llena de sorpresas, y estaban listos para enfrentarlas.

Después de aterrizar, Nick y Stiven se pusieron manos a la obra, decididos a terminar la limpieza de la casa de Luca. Aunque el cansancio comenzaba a hacer mella en ellos, sabían que tenían que cumplir con su parte del trato.

Mientras limpiaban, la conversación giraba en torno a los eventos de la noche anterior. "No puedo creer que hayamos logrado darle a Henri," dijo Stiven, mientras recogía un montón de ropa sucia. "Pero me preocupa qué hará ahora."

"Al menos ahora está bajo el ojo atento de Luca," respondió Nick, sonriendo. "Quizás hasta se convierta en su asistente."



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En el texto hay: aventura fantastica

Editado: 16.09.2024

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