El ambiente en la sala se llenó de expectativa mientras el lord se acomodaba en su sillón, su expresión volviéndose seria. "Ahora que han demostrado su valía, tengo una nueva misión para ustedes," comenzó, su voz grave resonando con determinación. "Y esta es muy especial para mí."
Nick, Stiven, Megan y Ashley se inclinaron hacia adelante, atentos. "¿De qué se trata, lord?" preguntó Nick, sintiendo una creciente emoción.
"Se trata de un objeto muy querido para mí," continuó el lord, mirando al suelo por un momento antes de levantar la vista. "Es un viejo peluche en forma de gato. Mi madre me lo dio cuando era un niño, en tiempos difíciles. Era mi compañero más fiel durante mis años de pobreza."
"¿Un peluche?" repitió Stiven, sorprendido. "¿Por qué es tan importante?"
El lord suspiró, añadiendo un toque de nostalgia a su voz. "No solo por los recuerdos que guarda, sino porque dentro de él hay una llave que abre mi bóveda secreta. Esa bóveda contiene documentos y tesoros que han sido parte de mi familia durante generaciones."
"¿Y cómo se perdió?" preguntó Megan, interesada.
"Contraté a unos investigadores hace un tiempo para buscarlo, pero desaparecieron sin dejar rastro. La última vez que se les vio, estaban en un pequeño pueblo en París, Francia," explicó el lord, su expresión volviéndose grave. "Ahora que han salvado a mi hija, estoy convencido de que ustedes son los indicados para encontrarlo."
Nick y sus amigos intercambiaron miradas, sintiendo el peso de la responsabilidad. "¿Y cuál sería la recompensa?" preguntó Nick, con cautela.
"Les pagaré aún más de lo que les ofrecí antes," dijo el lord, su voz firme. "Pero lo más importante es que recuperar el peluche traerá paz a mi corazón. Es un símbolo de mis raíces y de lo que he superado."
"Entendido," respondió Stiven, sintiendo la emoción de la aventura que se avecinaba. "Vamos a encontrarlo, lord. Haremos todo lo posible."
"Estoy seguro de que lo harán," dijo el lord, sonriendo con gratitud. "Tendrán mi apoyo y todos los recursos que necesiten para este viaje."
Ashley asintió, su mirada decidida. "Si el peluche significa tanto para usted, no nos detendremos hasta que lo encontremos."
"Y no solo eso," agregó Megan, sintiendo que la misión también resonaba en su corazón. "Es una historia que vale la pena contar."
Con el plan establecido y el propósito claro, el grupo comenzó a prepararse para su nuevo viaje. Sabían que el camino hacia París no sería fácil, pero la promesa de una nueva aventura y la oportunidad de ayudar al lord les llenaba de energía.
Mientras se dirigían a la salida, el lord les dio un consejo final. "Recuerden, siempre hay más en cada objeto de lo que parece. Este peluche es más que un simple juguete; es un recordatorio de la perseverancia y el amor. Confíen en sus instintos y en su unidad como equipo."
Con esas palabras resonando en sus corazones, Nick, Stiven, Megan y Ashley se embarcaron en su nueva misión, listos para descubrir los secretos que les aguardaban en París. La aventura apenas comenzaba, y el destino parecía brillar con posibilidades.
Mientras el lord terminaba de explicar la misión, sus ojos se fijaron en Megan, y su expresión se tornó seria. "Ay, hija, acabas de ser secuestrada," dijo con preocupación en la voz. "¿Crees que puedes ir con los investigadores? Mejor ve a tu habitación y descansa."
Megan frunció el ceño, sintiéndose frustrada. "Pero papá, con ellos hicimos un buen equipo. No puedo quedarme aquí mientras ellos van a buscar el peluche."
Nick, sintiendo la tensión, se acercó y le tomó la mano suavemente. "No es por ofender, Megan," dijo con sinceridad. "Pero tú no hiciste mucho en la última misión, y necesitas estar a salvo. Además, tienes que cuidarte."
"Pero quiero ayudar," insistió Megan, aunque su voz sonaba un poco más suave.
El lord, viendo la determinación de su hija, interrumpió. "Megan, tu seguridad es lo más importante. Necesitas recuperarte de lo que pasó."
Ashley, que había estado escuchando, asintió en apoyo. "Tal vez deberíamos escuchar al lord. Es por nuestro bien."
Megan miró a sus amigos y luego a su padre. A regañadientes, finalmente dijo: "Está bien, voy a mi habitación."
El lord sonrió aliviado. "Gracias, hija. Quiero lo mejor para ti."
Megan y Ashley se despidieron, y el lord se volvió hacia Nick y Stiven. "¿Quieren que les proporcione transporte para llegar a París?"
Stiven sacudió la cabeza. "No se preocupe, lord. Nosotros tenemos transporte. Nos organizaremos."
"Perfecto," respondió el lord, asintiendo con una sonrisa. "Pero antes de que se vayan, ¿pueden decirme cómo es ese peluche que buscan?"
Nick lo miró con curiosidad. "Sí, ¿cómo es?"
El lord se iluminó al recordar. "Era un viejo gato negro de tela, con un par de ojos brillantes que siempre me miraban con ternura. Era un regalo de mi madre en tiempos difíciles, y lo he llevado conmigo a lo largo de mi vida."
Con esta descripción en mente, Nick y Stiven asintieron, sintiéndose aún más motivados para emprender la búsqueda.
Al salir de la mansión del lord, el aire fresco y el aroma del mar los envolvieron. El sol brillaba en el horizonte, marcando el comienzo de su nueva aventura. Con determinación en sus corazones, sabían que no solo buscaban un peluche, sino también un pedazo de historia y amor perdido en el tiempo.