Rosa se encontraba en el restaurante esperando a su amiga, ella se sentia algo confundida, pues desde que habian encontrado ese extrano libro le estaban sucediendo cosas extranas, pues siempre tenia visiones sobre una nina corriendo en el bosque, acaso seria la misma que habian encontrado, tambien observaba una ciudad en llamas y un castigo por no cumplir con los mandatos de Dios, estaba ya harta por lo que decidio llamar a su amiga Carolina, quien era vidente, estaba perdida en sus pensamientos cuando de repente llego su amiga Carolina.
- recibí tu mensaje ¿Qué te ocurre?
- hace dos días encontramos este libro y desde entonces veo una niña de 10 años ¡creo que me estoy volviendo loca.
-ok me estás diciendo que ves un fantasma
- eso creo y si es así, necesito tu ayuda
- bien entonces vamos a empezar o prefieres que vallamos a tu casa
- sabes, mejor no, no sé en qué estoy pensando, esto está mal.
- sabes, no me gusta que me juzguen, la iglesia podría decir que esto es brujería, que es pecado pero yo sé que fue Dios quien me dio este don y voy a usarlo
-lo siento es que las palabras de esa niña aun me suenan en la cabeza
- puedo ver el libro
Rosa le pasó el libro, Carolina lo miro extrañada, y en eso tuvo una visión, en frente de ella se encontraba una nina de diez años que corria en ebosque con un extraño libro extraño, despues vio a su amiga y a la ciudad en llamas
- sabes mejor vamos a tu casa, aparte de esta niña ¿has visto alguien más?
Una vez en la casa de Rosa, Carolina viendo a Rosa le dijo
- estas en lo cierto, esa niña es una fantasma de hace ya un milenio, ella quiere hablar contigo, dice que es muy importante, como eres de mente cerrada solo puedes verla cuando estas inconsciente, por lo que veo, tú tienes ciertas habilidades que suprimes desde niña
- si me estás diciendo que yo puedo levantar objetos con la mente o comunicarme con los muertos estas equivocada
- tienes más poderes de los que crees, pero bueno, haremos esto, usaremos hipnosis para que puedas comunicarte con ella y después cuando dejes de tener miedo de tu verdadero poder y abras un poco tu mente, a lo que es sinónimo de que dejes de analizar y buscar lógica a lo que hay en tu alrededor, podrás comunicarte con ella en cualquier momento.
Una vez que Rosa entro en trance, se encontró en el mismo bosque de la otra vez, en eso la niña estaba en frente de ella
-debes tener cuidado de a quien le muestras el libro, mi mayor error fue mostrárselo a mi padre, te advierto que en 10 días Dios pondrá a prueba la fe de la humanidad, debes tener cuidado con las personas que te rodean, porque te puede traicionar quien menos esperas
- espera, ¿quién eres?
- tú ya sabes quién soy, conoces mi historia, alguna vez yo fui la responsable del libro y tú me conociste en tu ultima excavación, mi nombre ha quedado olvidado, pues mis recuerdos fueron olvidados a causa de mi castigo, no sé quién soy, solo soy conocida como la princesa.
Los días pasaban, Rosa cada vez se obsesionaba con ese caso, al grado de que casi no salía de su oficina y siempre tenía esas alucinaciones, con el tiempo no solo se le aparecía esa niña, sin querer había abierto portales y almas en pena venían a ella, acosándola, torturándola.
Un día Jack entro en su oficina para invitarla a cenar, pero no le gusto lo que vio, Rosa estaba sentada aun lado del sillón, con unas cortadas en las muñecas y uno que otro golpe, de inmediato la llevo a un hospital. Él estaba demasiado preocupado.
- familiares de Rosa
- yo soy su prometido, ¿Qué le pasa?
- bueno señor, hay algo que debe saber
Rosa dormía tranquila cuando de pronto despertó asustada, Jack acababa de llegar y al verla así se acercó a ella y la abrazo, notando que ella temblaba
- tranquila, ya paso, shhhh....
- esto no está bien, mil cosas pasaran antes del final- decía asustada
- tranquila, nada va a pasar, ahora ¿Qué te parece si comes algo?
- no gracias, no tengo hambre, no te preocupes......
- ¡no me vengas con eso!- dijo molesto- esto está empeorando, no me pidas que me haga a un lado y vea como te estas matando y como matas a mi hijo, por favor Rosa, deja este caso, te estas dañando, no quiero perderlos.
Rosa solo agacho la mirada apenada, ahora sabía que tenía un deber más importante. Cuidar a su hijo.
Editado: 18.04.2020