Durante la cálida cena compartida con los habitantes de aquella enigmática casa, Nick no pudo evitar preguntarle al anciano sobre su historia.
- Disculpe, señor, hasta ahora no nos ha dicho su nombre ni cómo llegó a convertirse en el guardián de este lugar.
El hombre mayor sonrió con benevolencia.
- Tienes razón, joven detective. Mi nombre es Zheng Wei, y antes de llegar aquí, fui un hombre bastante influyente en la ciudad. Tenía una próspera empresa y una gran fortuna, pero la codicia y la corrupción de la mafia me arrebataron todo.
Nick y Stiven lo escuchaban con atención, conmovidos por su relato.
- Perdí mi negocio, mi hogar e incluso estuve a punto de perder la vida. Fue entonces cuando encontré refugio en estas montañas y me convertí en el guardián de este sagrado lugar. Aquí encontré la paz y la sabiduría que me faltaban.
Les dedicó una cálida mirada a ambos.
- Y ahora, ustedes dos, detectives Nick y Stiven, se han convertido en parte de nuestra familia. Los llamaré Nick-san y Stiven-san, pues así los considero.
Luego, se levantó y se acercó a Nick, ofreciéndole una taza humeante.
- Bebe esto, Nick-san. Este té especial te aliviará por un tiempo los efectos del veneno.
Nick miró el líquido con gratitud.
- ¿Tendré que beber mucho de este té para curarme?
El anciano Zheng lo observó con una expresión compasiva.
- No, Nick-san. Tú no irás con nosotros en esta misión. Debes descansar y recuperar tus fuerzas. Mei-Lin y Stiven-san serán quienes se encarguen de encontrar la cura.
Nick abrió la boca para protestar, pero Zheng levantó una mano, deteniendo sus palabras.
- Sé que quieres ayudar, pero tu salud es primordial. Nosotros nos encargaremos de esto. Confía en nosotros, Nick-san.
Consciente de su debilidad, Nick asintió con resignación, sabiendo que tenía que obedecer las sabias palabras del anciano.
Mientras bebía el reconfortante té, observó cómo Mei-Lin y Stiven se preparaban para la peligrosa misión que les aguardaba, sintiéndose impotente por no poder acompañarlos. Pero en el fondo, confiaba en que juntos lograrían encontrar la cura que tanto necesitaba.