Zheng trabajó con rapidez y decisión, aplicando primeros auxilios a la grave herida de Nick. Mei-Lin y Stiven observaban con el corazón encogido, rezando en silencio por que su amigo lograra resistir.
Después de lo que pareció una eternidad, Zheng finalmente se detuvo y los miró con seriedad.
- He detenido la hemorragia por ahora, pero necesita atención médica urgente. No sé si logrará sobrevivir.
Mei-Lin sintió que las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
- No puede ser... Nick-san...
Stiven apretó los puños con impotencia.
- Debe haber algo que podamos hacer. ¡No podemos dejarlo morir!
Zheng asintió gravemente.
- Hay una posibilidad, pero es muy arriesgada. Cerca de aquí hay una aldea donde vive un médico muy hábil. Si logramos llegar allí a tiempo, tal vez pueda salvar a Nick.
- Entonces, ¿qué estamos esperando? ¡Vamos! - exclamó Mei-Lin, decidida.
Con sumo cuidado, lograron levantar a Nick y comenzaron a avanzar por el bosque, rezando por llegar a tiempo. Mei-Lin no dejaba de sostener al pequeño niño, que se aferraba a ella aterrorizado.
El camino se les hizo eterno y agotador, pero finalmente divisaron las luces de la aldea a lo lejos. Stiven corrió hacia la primera casa, golpeando desesperado.
- ¡Por favor, necesitamos ayuda! ¡Nuestro amigo está gravemente herido!
Pronto, un hombre mayor salió a recibirlos, al ver la urgencia en sus rostros, no hizo preguntas y los guió rápidamente hacia su modesta clínica.
- Colóquenlo aquí. Haré todo lo que esté a mi alcance.
Mei-Lin y Stiven observaron con el corazón en la garganta mientras el médico examinaba a Nick con expresión concentrada. Parecía una eternidad hasta que finalmente levantó la mirada.
- La herida es grave, pero creo que con mi tratamiento y cuidados intensivos, tiene una oportunidad de sobrevivir. Pero necesitará mucho reposo y paciencia.
Un alivio indescriptible inundó a Mei-Lin y Stiven. Habían conseguido llegar a tiempo. Nick tenía una esperanza.
- Muchas gracias, en verdad - Mei-Lin inclinó la cabeza, conteniendo las lágrimas - Haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudarlo.
Zheng asintió con solemnidad.
- Bien hecho, jóvenes. Ahora, debemos avisar a las autoridades sobre lo sucedido en el templo. Hay mucho por hacer.
Mei-Lin y Stiven intercambiaron una mirada decidida. Aún había mucho por enfrentar, pero por ahora, lo más importante era asegurarse de que Nick lograra recuperarse. Juntos, harían todo lo posible para proteger lo que quedaba.