Una noche oscura y tormentosa, el ninja Takeshi se deslizaba con sigilo por las calles desiertas, hasta llegar al templo recién restaurado de Maestro Zheng.
Takeshi observó el imponente edificio, sus ojos entrecerrados buscando señales de movimiento. Sabía que su objetivo, Nick, había sido visto entrenando aquí bajo la tutela de Zheng y Guanyin.
Sin embargo, al inspeccionar el templo, no encontró rastro alguno del joven elegido. Frustrado, Takeshi decidió buscar a su segundo objetivo: Stiven.
Sigilosamente, se adentró en el recinto, sus pasos amortiguados por la tormenta que azotaba el exterior.
De pronto, un ruido proveniente de una de las salas de entrenamiento captó su atención. Acercándose con cautela, divisó la figura de Stiven, quien parecía estar practicando katas.
Takeshi se preparó, listo para enfrentarlo. Después de todo, Stiven era un obstáculo que debía eliminar si quería llegar hasta Nick.
Con un rápido movimiento, se lanzó al ataque, sus afiladas dagas brillando a la tenue luz de las lámparas.
Stiven, sorprendido, apenas tuvo tiempo de reaccionar. Sin embargo, gracias al intenso entrenamiento con Ling, pudo esquivar el primer ataque y contraatacar con una ráfaga de golpes y patadas.
Los dos guerreros se enfrentaron en un combate frenético, el sonido de sus movimientos acoplándose con el rugir de la tormenta.
Stiven se movía con una fluidez y precisión que sorprendieron a Takeshi. El joven ya no era el mismo que había enfrentado en el pasado. El entrenamiento de Ling había hecho de él un adversario formidable.
Tras un intenso intercambio, ambos se separaron, jadeando. Takeshi miró a Stiven con una mezcla de respeto y frustración.
"Veo que has mejorado, muchacho. Pero aun así no eres rival para mí", dijo, preparándose para una nueva embestida.
Stiven se puso en guardia, determinado a defender el templo y a sus seres queridos. Esta vez, no se dejaría vencer tan fácilmente.
La batalla se reanudó, dos sombras danzando en la oscuridad del templo, mientras la tormenta seguía su curso, presagiando los oscuros tiempos que se avecinaban.