Prólogo: Año 240

Algo está ocurriendo, ninguno esperaría que fuera a afectar a tantas personas, nadie imaginaría que una simple decisión cambiaría al mundo. Y fue mi decisión la que provocó todo esto, simplemente porque no quería dejar mis sentimientos de lado, estaba tan cerca.

Todos buscamos una salida, nadie desea quedar atrapado en el olvido en un mundo desconocido, y se ha perdido la cuenta de las veces en que la humanidad está en peligro por las decisiones de alguien. Comenzó con un simple accidente que dañó a muchas personas, se supone que solo dañaría a los seres no naturales.

No quería matar humanos, pero las pérdidas son por una buena causa. Morirán los que tengan que morir con tal de liberarnos.

Vivíamos entre criaturas en armonía, pero ahora las vemos como una amenaza. Bueno, siempre ha sido así, pero se suponía que con los acuerdos ya no debíamos atacarnos los unos a los otros. No obstante solo querían cegarnos de la verdad, querían engañarnos.

No hay que vivir rodeados de esas cosas, solo aceptamos a los magos y brujas pues ellos tienen los materiales que necesitamos, la magia que ocupamos.

Dicen que les tememos porque no podemos controlarlos, pero eso no es verdad, nosotros estuvimos mucho tiempo antes que ellos. Vinieron solo a arrebatarnos nuestro mundo, a manchar nuestra raza con hijos mestizos. Finalmente podremos ser superiores a ellos.

Oslive es el siguiente, un pueblo pequeño que cuenta entre sus habitantes a brujos, hombres lobo y algunos otros seres semi humanos que habitan el bosque y que pronto serán erradicados. Estos seres irán desapareciendo poco a poco dejando lugares vacíos en la vida de los habitantes humanos, pero todo será por nuestra libertad.

Todos alabarán a nuestra diosa. Y será como ella lo desea.

¡No habrá más criaturas, todas morirán!

Este es nuestro mundo.