El Mito De Las Tres Furias

El último aliento

En  la región griega de Tesalia, al sur de ésta se encuentra un lugar casi inexplorado, el monte Eta. Hace quince años un joven ateniense desde un mirador filma con su videocámara todo el paisaje con mucho interés en tener una buena toma.

- si... este sería un buen lugar para comenzar, llegar a lo más alto es un reto pero valdría la pena - dijo pensando en voz alta.

- eso es muy peligroso - dijo una chica justo a su lado.

Él no se había dado cuenta de su presencia aunque estaban otras personas allí. Al mirarla quedó asombrado por su belleza y de como el sol daba con su rostro, su cabello negro y sus ojos cafés. Se puso un poco nervioso.

- eh... y por qué dices eso? - le preguntó guardando la videocámara, mostrando interés en lo que le había dicho.

- no sabes de la cantidad de exploradores y excursionistas que han desaparecido en el monte Eta?, no eres de por acá, cierto? - dijo ella sonriendo.

- no te equivocas, soy de Atenas... en realidad si he leído sobre esta cordillera y que si, han desaparecido personas, pero no sabía que eran muchas.

- creeme, es así, ya estás advertido... y por qué ese interés en ir justo allí?.

- es que soy documentalista o quiero llegar a serlo profesionalmente, es lo que me apasiona desde pequeño.

- oh vaya! ahora todo tiene sentido, sin duda tendrías unas tomas increíbles desde esa altura... 

- si, solo puedo imaginarlo.

- sabes una cosa, yo también desde hace mucho tiempo he querido explorar toda la cordillera pero en especial la cima del monte Eta, me he propuesto ser guía turística para ello, llegar hasta donde llegó mi padre - dijo ella con algo de añoranza.

- eso es fantástico tu padre realizó tal hazaña. Has venido con él?.

- no, él aún no ha regresado, le pasó como a muchos que nunca volvieron.

- yo, lo siento mucho... ya veo, de alguna manera quieres honrar su memoria, caminando por donde él caminó.

- así es, mucho más allá y regresar.

- entonces podrías ser mi guía, que te parece?.

- si, claro - dijo entre risas.

Ambos se sentaron en una banca y siguieron conversando, el sol ya se había puesto y las nubes tomaron un tono rojizo anaranjadas.

- oye y cual es tu nombre? - le preguntó él con risas.

- ah es cierto - extendiendo su mano le dijo - Ivana.

Él estrechándola - mi nombre es Aresio, es un placer Ivana.

- pues si, estaba por preguntarte cual... - ella le hablaba... pero Aresio en su subconsciente se veía con ella en una toma desde arriba, alejándose lentamente, con el paisaje de fondo, al atardecer en ese mirador.

Hace quince años Aresio conoció a Ivana, incluso estudiaron en la misma universidad, luego de un día a otro él se mudó a América, dejando atrás su primer objetivo y a su primera amiga de Tesalia.

Hace quince años... y ahora, miraba como caía herida de muerte al suelo.

- Daniel!! que has hecho!? estás... estás demente! apuñalaste a Ivana - dijo Aresio sin poder creerlo.

Acercándose a Daniel le dio un puñetazo cayendo al suelo con la boca rota, luego fue rápido levantó la cabeza de Ivana y la colocó sobre su pierna, botaba mucha sangre por la nariz y la boca dificultando su escasa respiración, aún así trataba de hablar.

- está bien, no digas nada, ya tranquila - decía Aresio entre llanto.

Ella con la mirada fija en él, en un segundo dejó de respirar. Pasando los dedos por sus párpados cerró sus ojos y luego la abrazó, manchándose de sangre.

- Aresio, alejate de ella! - dijo Daniel poniéndose en pie y sobando el lado izquierdo de la cara que le dolía mucho - no creo que una herida así sea suficiente para matar a una furia.

- desgraciado, "una furia" dices? ya estoy cansado de tus estúpidos cuentos maldición! - le respondió él muy enojado.

- se lo que piensas, que estoy loco?... no es así? pero te lo demostraré, que ella nos engañó, que es una de esos monstruos!!.

Aresio dejó el cuerpo de Ivana y se levantó, diciendo - Daniel conozco a esta mujer desde hace más de quince años, incluso antes de conocerte, estudiamos juntos, me habló de sus metas y yo le de las mías, que sabes tu de ella!!? eres un asesino, en eso te acabas de convertir.

- eh espera, ahora mismo tengo las pruebas de lo que digo - de su bolsillo sacó el libro y se lo arrojo a sus pies - adelante, lee y sabrás de que hablo - dijo Daniel insistente.

Al recogerlo y mirar las primeras páginas, comenzó a llorar y a repetir seguidas veces - no, no...no.

- Daniel estás peor de lo que imaginé, aquí no dice absolutamente nada, solo alucinaste todo y le has hecho daño a una persona sin ningún motivo.

- que?... mira lo que dice al final, al final! - gritaba Daniel.

- no!, que no hay nada escrito!... ten, mira por ti mismo - dijo arrojándolo nuevamente a él.

Cuando lo miró, su rostro demudó completamente, perplejo buscó con desesperación al menos una página escrita, una palabra, pero nada, Aresio estaba en lo cierto. Soltó el libro, sus piernas flaquearon, cayendo sobre sus manos.



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En el texto hay: mitologia griega, supervivencia, muerte

Editado: 13.03.2020

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