El modelo perfecto del amor

Veintidós

Giselle.

Coloco mejor la gorra sobre mi cabeza, cubrieron mi rostro de cualquier persona que pueda reconocerme y entro a la cafetería citada, es tranquila y casi no hay mucha gente.

Ideal para los encuentros clandestinos, bueno, así lo siento yo.

Al fondo, veo a una persona rubia leyendo una revista vestido de la misma manera que yo.

Me deslizo por el asiento que tiene frente a él, se sobresalta un poco pero se relaja al instante en el que se da cuenta que soy yo.

Deja de lado su revista y retira sus lentes, hago lo mismo que él y pido solo un vaso de agua junto a cualquier botana.

Lo deja poco después, ambos nos mantenemos en silencio mientras comemos de los cacahuetes que nos trajeron.

—¿Nadie te siguió? Por cierto, luces cansada.

Niego, tomo de mi agua.

—Nadie, Nathan ¿podrías decirme lo que debes? Tengo un par de cosas que hacer.

—Claro... —retoma la revista y la abre, este las páginas hay hojas sueltas que no había visto y me pasa la revista.

—¿Cómo está? —pregunto sin pensar.

No hace falta que diga nombres, cabizbaja empiezo a prestar atención a todo lo que dice.

—Se mantiene trabajando.

—Bien por él —murmuro.

No conteste sus mensajes del día anterior, me encerré en el estudio de papá y no salí de ahí, me distraje lo suficiente para evitar pensar.

Escucho su risa indiscreta, retomo mi lectura.

"Es una demanda y dependiendo a como lo manejen, se procederá. Los cargos son daños a la moral, injurias y prejuicios.

Ellos ya están movilizando a sus abogados, parecen decididos a no perder y no creo que jueguen limpio.

¿Por qué hasta ahora? Bueno, justo el día que Ethan te dejó en casa lo captaron y le agregaron más cosas.

Ya teníamos algo, pero jamás lo suficiente pero alguien de su social media empezó a soltar tweets que los hundieron.

¿Cómo nos vas a ayudar?

Fotografías 
Apariciones
Reuniones

En todas ellas que lo involucren. Incluso si vas a visitar a tu amiga, que nadie se entere y si estás con él, mejor."

Alzo mi mirada, mastica lentamente centrado en la botana.

Todo suena a nada complicado, solo hay un problema.

—Este es el plan en base a estar junto a él pero nosotros no existimos.

—Curioso, para mi ustedes jamás volvieron a existir nuevamente —responde, la seriedad en él brilla por su ausencia —¿o sí?

Relamo mis labios, desvío mi mirada a otro lado. De pronto, el agua se vuelve lo más interesante del mundo.

Nathan es demasiado listo, me sorprende que eligiera una licenciatura cuando es capaz de más pero su respuesta es sencilla:

—No importa el potencial que pueda tener si no es algo que me guste, porque entonces de nada me servirá y seré bueno en ello pero infeliz. En eso se reduce la vida, Giselle.

Vuelvo a la realidad donde Nathan toma el rumbo de la conversación.

—No es eso a lo que me refiero.

—En la siguiente página esta el plan.

Paso la página y todo lo que veo es una hoja en blanco.

—No hay nada.

—¿Ah, no? —se inclina, parece sorprendido pero se relaja al instante tomando su lugar —Bueno, improvisaremos.

Enarco una de mis cejas, la información que me dio es la que ya sabía o bien puedo deducir sola.

Pero su plan es traerme, tenerme frente a él.

Entrecierro mis ojos en su dirección.

—Di lo que planeas, no soy tonta. Ya deberías saberlo.

Lanza al aire un cacahuete, luego lo atrapa con su boca. Temo por instantes que algo le pase.

—Es que el plan se reduce a ambos, ahora no es mucho lo que puedes hacer.

—Entonces lo que me pides es exactamente que haga lo que estaba haciendo.

Se lleva una mano al pecho, luciendo ofendido.

—No, nunca te pediría eso. Solo quiero que lo reconsideres, si ya lo hiciste una vez ¿qué te detiene esta vez? Cuando los motivos son ahora más.

Sé que no lo hace con intensión de lastimar pero suena como si fuera tan fácil para mí venderme.

No debería ofenderte si es exactamente la verdad.

La sensación de vacío vuelve a mí, aborrezco que suceda porque es irónico que la persona que lo causa también es la única que puede borrarla. Y no planeo caer en lo mismo, menos cuando parece que él da menos de lo que yo doy.

—Estás perdiendo tu tiempo —espeto.

—Yo lo veo como una inversión.

La tensión en el ambiente es palpable, que podría pasar una hoja de papel cortándola.

—No lo voy a hacer, ¿sabes lo complicado que se estaba volviendo?

Y aunque estoy sonando demasiado segura, no lo estoy.

—Nunca tuvo que ser así. Ambos sabían a lo que iban, ahora no me sorprende que no les funcionara.

El problema es que jamás dejamos muchas cosas claras porque las dimos por hechas.

—¿Por qué crees que no funcionó? —pregunto desafiante, enarco una ceja esperando su respuesta.

—Yo sé la respuesta pero ¿es lo que quieres saber o prefieres la mentira?

Frunzo la nariz, retiro la mirada volviendo a pasar las hojas de la revista.

—Esta conversación no tiene sentido.

—Solo piénsalo —pide en un suspiro. —¿Sabías que el té de manzanilla es bueno para eliminar las ojeras?

Palpo la zona que menciona, duele un poco y estoy segura de que también se ven horribles a pesar del maquillaje.

—Gracias por el tip.

—De nada —musita.

Se forma un silencio que decido romper antes de que quiera irme.

—Así es mi piel —aclaro, parece incrédulo. —Por eso mis ojeras, no dormí bien por cosas que tengo que hacer.

—Ajá.

—¿Esto no te beneficia?

Eleva ambas cejas, hace un gesto raro con la boca antes de negar.

—En realidad si, pero solo a corto plazo —recarga su barbilla en un mano. —Verás, puede que ahora todo esto sea como recolectar pruebas pero se acabarán. Sin ti, hablarán de Ethan pero una pareja siempre llama más.



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En el texto hay: humor romance juvenil, romance drama

Editado: 20.01.2021

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