Jane era una mujer que se había desempeñado como detective en Florida, pero ahora que estaba por casarse se había retirado, su amado tenía miedo que le ocurriera algo, así que a sus 25 años de edad, pidió su baja del servicio. Su prometido tenía 30, y era un brillante hombre de negocios.
Un tiempo antes de la boda su futura suegra sufrió un accidente automovilístico donde murió, por lo que postergaron el matrimonio por 6 meses, luego de unas semanas el joven empezó a ordenar la casa de su madre para venderla, así que comenzó a ver de que botaría, y que guardaría, de lo último rescató varias fotografías y demás cosas personales.
— Tantas cosas que tenía tu madre cariño, mejor hacemos una venta de garaje.
— Si, es lo mejor. Tenía la costumbre de no deshacerse de nada.
— Mira esto Colton.
La mujer encontró algunos documentos, así su futuro esposo, descubrió que el verdadero apellido de su madre no era Brett, encontró algunos donde ella figuraba como Lucy Leeds. Él nunca conoció a su padre, y siempre pensó que Walker era por su padre. Ahora se enteró que era uno inventado por ella, siempre le dijo que su papá había muerto antes que el joven naciera. Ahora la futura novia detectó que el certificado de matrimonio y defunción parecían falsos.
— No lo entiendo Jane ¿Por qué mamá hizo eso? No era tan mal miradas las madres solteras en ese tiempo, mira esta carta que escribió, no la mando, era a una tal Tía Wendy, decía que debía escapar porque no quería que yo fuera criado por "esos", y que desde ahora me ocultaría mi origen.
— Tal vez tuvo miedo que la familia de tu padre haya querido criarte de una manera distinta a la que ella deseaba, pudo ser por eso que se alejó.
— Pero que fuera de esa manera tan radical, y que nunca me dijera nada, no lo entiendo.
— Tal vez no quería que fueras a conocer esa parte de tu familia ¿Quieres que averigüe más? Recuerda que hasta hace poco ese era mi trabajo.
— Bueno, puedes llevarte la caja, hay muchos papeles que tal vez pueden ayudarte.
A la mañana siguiente Jane revisó todo meticulosamente, era un revoltijo de cosas, cartas que nunca envió, donde siempre demostraba que estaba asustada, más diría que aterrorizada que encontraran a su hijo, también había muchos recortes de periódicos de las apariciones de un ser llamado Demonio de Oriente, todos eran de un diario de un pueblito lejos de ese lugar, así que con una foto de la fallecida, tomó una decisión.
— Colton, cariño, iré al pueblo de donde son los recortes.
— ¿Por qué? Mamá era del otro lado del país.
— Si es como pienso, te mintió también en eso, el título de contadora es real, pero fue por cursos on line, no presenciales como pensabas.
— Que raro es todo esto, gracias por ayudarme, apenas pueda iré a reunirme contigo.
— No será necesario, como máximo volveré en una semana, por lo que vi ese lugar no cuenta con antena para hacer llamadas con celular, así que te llamará de alguno fijo.
— Te quiero amor.
— Y yo a ti cariño.
En su auto Jane iba repasando lo que sabía, la Sra. Lucy había huido por alguna razón de su ciudad, tenía miedo, tanto que había cambiado su nombre, y nunca se comunicó con nadie de allí.
Al llegar al pueblo se alojó en una pequeña hostal, le pareció haber vuelto en el tiempo, a no ser por los autos, y la ropa, se diría que nada había cambiado allí desde el 1800.
Al siguiente día se dirigió a hablar con el comisario.
— Un gusto Srta. Jane ¿En qué puedo serle útil?
— Busco datos de esta persona — le mostró la fotografía.
— No la he conozco.
— Debe haber vivido aquí hace como 30 años atrás.
— Yo tomé el puesto hace 25 años, luego que mi predecesor murió.
— Ya veo ¿Conoce alguien que me pueda orientar?
— En cualquier lugar de aquí, casi todos viven desde niños en este lugar, somos pocos los forasteros. Una consulta ¿Por qué busca datos sobre ella?
— Es algo privado.
— Soy el comisario ¿Es por un cliente? ¿Alguien que conoce a Lu... a esa mujer? — su expresión se volvió hosca.
— No estoy obligada a decirle nada — al ver la firmeza de la mujer al hablar, el hombre rió relajando su forma de mirarla.
— No es para molestarla, solo quiero ayudarla en lo que pueda.
— Gracias por su amabilidad — dijo irónica y salió.
Busco donde vio varios adultos mayores, pero la gran mayoría se excusaba que no la conocían y se retiraban inmediatamente. Hasta que alguien le dijo algo en un susurro mientras miraba para otro lado.
— Busque en el asilo a Wendy — cuando la mujer quiso preguntar algunas cosas más, la anciana ya había desaparecido en su casa, asustada por lo que había hecho.
Esa tarde camino al lugar, era en los límites del pueblo, muy bello, con flores en el porche y muchas personas mayores en la entrada, tomando sol.
— Hola — dijo una funcionaría al verla llegar.
— Hola, busco a Wendy — esperaba que no hubiera más de una con ese nombre allí.
— ¿Es familiar?
— Soy la novia de un sobrino lejano. me pidió que viviera a verla si estaba por aquí — mintió en parte, se acordaba que la Sra. Lucy había escrito una carta para una mujer con ese nombre, a quien le decía tía.
— ¿Quién me busca? — atrás de la enfermera apareció una anciana baja, de piel arrugada, y con el pelo cano.
— Me llamo Jane.
— Un gusto querida, vamos al jardín, me duelen las articulaciones y el sol me hace bien.
Salieron seguidas de una mirada nerviosa de la funcionaria del lugar.
— ¿Por qué te mando Lucy?
— Ella murió hace unos meses, su hijo...
— No lo nombres, no debiste venir, ahora pueden rastrearlo.
— Usted sabe por qué la Sra. Lucy hizo todo esto.
— Vete de aquí, y dile a su hijo que huya, si se oculta por una semana, estará a salvo ¿Por qué tuviste que venir?
Editado: 02.11.2020