La reunión de ToMan, fue en una linda tarde de febrero. Y justo cuando terminaba, Mikey, acompañado de sus amigos, y su reciente integrante Takemicchi, se encontraron con Emma, la hermana menor del comandante; quien saludo a todos con una linda sonrisa. Pero algo llamó la atención de Mikey.
—Emma, ¿Quién te dio eso? —preguntó, al ver la caja de chocolates con un pequeño moño en sus manos.
—Un chico de ToMan, se acercó y me regaló esto —dijo ella, completamente desinteresada—. Seguramente sigue allá afuera.
Draken sintió el pinchazo de celos, que provoco que se enojara, y Mikey, al ser el hermano mayor, sentía las ganas de proteger a su hermana y golpear al idiota que se atrevió a hacer eso. Takemicchi, por su parte, temía por la suerte del chico que se atrevió a declararse. Con un aura temible, ambos mejores amigos estaban listos para destruir al pobre idiota, pero cuando salieron lejos del templo Musashi, se encontraron con una larga fila de miembros de ToMan.
Justo al lado de Takemicchi, pasó un chico de cabello corto, con su rostro completamente serio, mientras se fijaba en el final de la fila. De pronto, otro chico con el cabello rapado y azulado se acercó, diciendo algo que llamó la atención de los altos mandos de ToMan.
—Oye, Isamu. ¿Qué mierda está haciendo Yasahiro?
—Volvió a recibir regalos en la escuela, y ahora lo está repartiendo todo —aclaró el más alto, mientras avanzaba.
—Así le va al idiota ese. —comentó otro chico, mientras se acercaba al grupo de amigos.
—¿Quién? —preguntó Takemicchi, llamando la atención de esos tres chicos.
—Yasahiro, es nuestro amigo, y todos los San Valentín empieza a dar regalos aleatorios a cualquiera —explicó un cuarto chico acercándose a ellos.
—Entonces, por eso le dio el chocolate a Emma —murmuró Takemicchi, girándose hacía Mikey quien escuchaba atento a esos chicos.
—Es un idiota, ni siquiera mira a las personas a las que les da los regalos —aclaró, Isamu mirando a Takemicchi.
Al final de la fila, había un chico sentado en el piso, con un llamativo uniforme de pandilleros, y un enorme saco que con indicios de que antes, podía superarlo en altura, a su lado; de dicho saco, sacaba regalos, mayormente dulces y peluches que se lo habían arrojado en la cara. Naturalmente, Yasahiro, le lanzaba a la cara cada regalo que podía lanzarle, a veces, lanzaba a personas de la acera de enfrente y esto no golpeaban a sus rostros, cosa que molestaba de cierta manera al más pequeño.
Molesto, buscaba en el saco y sacaba alguna cosa aleatoria y se lo daba a alguien, sin siquiera mirarlo, por esa misma razón, no se había percatado a qué personas les caían los regalos que ocasionalmente lanzaba.
Mikey empezó a caminar al lado de la fila, mientras los demás lo seguían. Los cuatro chicos intercambiaron miradas preocupadas al ver como el comandante se acercaba a su amigo, entonces antes de que cualquiera hablara. Una caja cayó directamente en la frente de uno de ellos.
—Mierda —se quejó, pues la punta de la caja se había chocado directamente en la frente.
—Que imbécil de… —no pudo terminar su frase, cuando un pequeño saquito lleno de dulces le había golpeado en la mejilla.
—Cuidado —dijo Isamu, mientras tomaba la barra de chocolate que iba a golpear a su amigo, y la caja de bombones baratos que iba dirigido hacía él.
—¡Feliz día del amor y la amistad! —les había gritado su amigo, antes de acercarse a ellos, con un saco gris, que claramente había disminuido de volumen. Sin dudarlo, se abrazó a su mejor amigo, mostrando claramente la diferencia de estatura—. Sabes, odio profundamente febrero, es el peor mes del año, junto con la primavera que es la peor estación del año —se quejó—. Pero, mira, ya casi terminó —dijo, mientras le mostraba el saco con una sonrisa confiada, de pronto escuchó a alguien llamándolo, y al verse cara a cara con su comandante, su rostro poco a poco fue demostrando su confusión.
—Yasahiro, ¿Cierto? —preguntó, mientras se acercaba serio dispuesto a golpearlo si resultaba ser un idiota.
—Comandante, ¿Quiere? —preguntó mientras sacaba del saco, una caja de chocolates. Mikey, miro algo confundido eso, pero aceptó el regalo.
—Gracias —dijo con una sonrisa. Y así, empezó a darle cada uno de los regalos que le quedaban a cada uno de los puestos altos, hasta que llegó a Takemicchi.
—Oye … —intento hablar Mitsuya, pero se dio cuenta de que Yasahiro, ya estaba dándole la espalda para ver maravillado al otro lado de la calle.
—¡Mira un perro peludo! —dijo con emoción, pero antes de poder salir corriendo hacía el animalito, su mejor amigo lo tomó del cuello de uniforme, evitando que cruzara la calle de forma imprudente—. Auch, Isamu, eso duele.
—Céntrate en la realidad, Yasa. Te iba a pasar un auto encima. ¿Acaso quieres morir?
—Si, pero no lo digas tan fuerte —se quejó divertido.
Hasta Pah-chin, capitán de la tercera, miró extrañado la escena que hacían esos amigos. Mikey miraba confundido la actitud de ese chico, a diferencia de todos, exceptuando a sus amigos más cercanos, estaba acostumbrado a ser tratado con el mayor respeto y temor posible, por esa razón esa actitud le resultaba extraño. Takemicchi y Chifuyu eran los más extrañados en todo eso, puesto que las acciones del más pequeño, no tenían coherencia en sí mismo, si mencionar que ninguno de ellos recordaba a un chico así, pero al mismo tiempo ese sujeto tenía el uniforme de ToMan, lo que significaba que era un miembro oficial.
Editado: 22.11.2024