—¡¿Qué está pasando?! ¡Seguro se confundieron! ¡Suéltenme! —preguntó alterado Itami.
—Cálmate, Itami. Es un procedimiento de la quinta división —aclaró Kenta, con un tono tranquilo, que provocaba que el azabache de mechas rojas, se pusiera mucho más nervioso.
—Kenta, ¿Eres tú? —preguntó sorprendido, pues no esperaba que alguien le contestara.
—Si, imbécil, soy yo.
—Chicos, ¿Qué está pasando? —preguntó una voz más dulce, que todos identificaron como Jun.
—La quinta división, nos acaba de secuestrar —dijo alterado Itami.
—Cálmate, imbécil.
—¿Qué clase de división secuestra gente? Solo para saber ¿El comandante lo sabe? —preguntó totalmente nervioso.
—Itami, cierra la maldita boca —pidió Isamu.
—Isamu, al fin alguien serio y confiable —dijo emocionado, escuchando las quejas de los otros dos—. Por favor, desátame.
—¿Eres un idiota natural, o apagas tu cerebro cuando te alteras? —preguntó irónico—. Porque no entiendo, que te hace pensar que no estoy atado.
—Pero ¿Por qué nos secuestran? —dijo Itami—. Esto no es ilegal ¿O algo así?
—No lo sé, pero sé que soy inocente —aclaró Jun.
—¡Nos secuestran! —gritó Kenta, para poder tomar la atención de todos sus amigos, para poder evitar escuchar preguntas estúpidas— Porque hicimos algo sospechoso, y llamamos la atención de la quinta división —explicó—. ¿Ya pueden tranquilizarse?
—¡No, claro que no! —se quejó Itami—. ¿Eres inteligente o no Kenta? Sabes la fuerza que tiene tu capitán, ese sujeto te sopla y te mata, y tu subcapitán, te toca y te revienta todos los huesos. No me jodas ¿Cómo puedo calmarme sabiendo eso?
—Eso lo sé, pero no podemos hacer nada. Somos inocentes, como lo dijo Jun, hasta que se demuestre lo contrario, pero tu actitud alterada te hace ver culpable.
—Disculpe, señor, "tengo experiencia en los secuestros" —comentó irónico y desesperado—. Es que este secuestro, choca con el programado a las tres de la tarde, y no quiero faltar a ese —comentó sarcástico, provocando que Jun se riera—. ¡Jun! ¡No es gracioso!
—Lo siento, es que me da gracia escuchar decir puras estupideces —se justificó entre risas.
—Quítales las bolsas, Mucho —ordenó Mikey.
Era una vieja fábrica en la que se encontraban. Mikey estaba sentado frente a Itami, y el resto de los altos mandos, estaban de pie luciendo amenazantes, pero muchos de ellos intentaban evitar reírse de las estupideces que decía el azabache. Itami, era el más asustado, y el más expresivo de todos; Jun, miraba curioso toda la situación intentando acostumbrar sus ojos a la luz, Isamu estaba inexpresivo como siempre, y por último, Kenta, que estaba repasando cada escenario en su cabeza en que podrías parecer culpables, pero además planeaba una buena defensa, mientras se percataba de que, entre ellos, faltaba uno.
—¿Qué pasó? ¿Te quedaste sin comentarios? —preguntó Mikey, pero Itami estaba blanco del susto.
—Itami, habla maldita sea, antes no parabas de decir estupideces —se quejó Kenta.
—Itami, habla ahora —pidió Jun, en voz baja.
—Estás loco —se quejó, intentando no mirar al comandante—. El comandante da mucho miedo, prefiero volver a tener la bolsa en la cabeza —esa respuesta, provocó una sonrisa en todos los altos mandos, pero el primero en carcajearse fue Sanzu, subcapitán de la quinta división.
—Creo que comenzaremos contigo —aclaró el rubio, con una sonrisa. Con esa orden, Itami quedó solo, frente a los altos mandos—. Bueno, cuál es tu nombre y a que división perteneces.
—Mi nombre es Nagai Itami, y soy de la tercera división —contestó muy nervioso.
—Bien, Nagai —dijo Mikey levantándose—. Estás aquí, porque eres amigo de Yasahiro ¿No? —preguntó y el pequeño temblor del cuerpo de Itami, desapareció junto con el nudo en su garganta.
—¿Yasa se metió en algún problema? —preguntó preocupado.
—Bueno, tiene conductas sospechosas, sin mencionar la escena de aquella reunión.
—¿A ustedes también les preocupó? —dijo sorprendido— Normalmente la invitación la hacen en secreto, pero después el hacerlo público, sin mencionar la pelea que se aproxima, es terrible todo.
—Es una pelea de niños, aunque sea de extrema violencia, para Yasahiro es solo una pelea de niños, y casi no se preocupa por ello —dijo Jun, totalmente preocupado.
—Ese evento se llama “El consenso de los dioses” —explicó Kenta.
—Algo exagerado a mi gusto, pero Yasa dijo que no eligió esa pelea ni el nombre, pero no le creo mucho —comentaba Itami, mucho más relajado.
—¿Por qué tiene que pelear? —preguntó Draken, a los cuatro chicos, en cada una de sus interrogatorios.
—Por culpa —contestó Kenta.
—Por idiota, y la culpa, supongo —dijo algo dudoso Itami.
—Es por su pasado y la culpa —aclaró con pena Jun.
—Porque lo manipulan para que participe. Hace cuatro años, éramos parte de otra pandilla —explicó Itami.
Editado: 22.11.2024