El seis de abril, Yasahiro recibió un mensaje con la información del sitio de reunión, para la pelea. Todo en todos los años, le mandó un mensaje a sus amigos explicando que ya se iba a ir a la pelea, puesto que no quería que ellos lo vieran de otra manera. Vestido con su viejo uniforme blanco y gastado, salió para encontrarse con sus antiguos excompañeros.
La fábrica abandonada cerca de la región de Kanto, era el lugar destinado para la pelea. Y aunque no tenía muchas ganas de hacerlo, sentía que era su responsabilidad participar por abandonar a su suerte. Cuando llegó, se quedó sorprendido viendo a todos los presentes, esperando realmente encontrarse con ellos, pero algo le resultaba mal.
—¿Qué sucede? —preguntó preocupado—. ¿Dónde está Len?
—No lo sabemos, pero no lo vamos a esperar, firmaremos el acuerdo y comencemos —aclaró un joven de cabello corto y negro, mientras sacaba un sobre marrón, con el acuerdo del Consenso de los Dioses.
Ese documento ficticio hecho a mano, detalla las reglas del evento, lo que se puede y no se puede hacer durante la pelea; Desde el primer año, cuando se creó la pelea, todos pusieron ciertas reglas para evitar pasarse de la raya, cosa que funcionaba mucho para Yasahiro, al final de dicho documento todos lo firmaron para poder demostrar que estaban de acuerdo con ellos; cuando sacaron la vieja hoja escrita del sobre marrón, salieron unas fotos de un chico rubio desmayado, que solo Yasahiro reconoció. Al reverso de una de esas tres fotos, estaba escribo unas palabras que lograron enojar al castaño de baja estatura.
“¡Ven por mí, Inoue!”
En ese momento, decidió firmar el documento intentando no romperlo, sin dudarlo ya había centrado su objetivo, y ese era buscar a su excomandante.
La pelea dio inicio. Como era un todos contra todos, rápidamente se volvió en una masa de ocho personas que golpeaban a todas direcciones. Yasahiro era el más fuerte, a pesar de ser el más bajo, quería intentar mantener la calma, pero le resultaba imposible tranquilizarse queriendo acabar con todos lo más rápido posible. De pronto, un pequeño brillo lo cegó, provocando que uno de sus compañeros acertara un golpe en su rostro, que provocó que cayera directo al piso. Pero antes de recibir otro golpe, puso su pie en el pecho de su contrincante para alejarlo.
—¿Qué mierda es esto? —preguntó y no tardó en darse cuenta de que era una cámara—. Ese imbécil —murmuró, mientras le rompía la costilla a uno de sus compañeros que estaba en el suelo, para que no se levantara.
«Está jugando conmigo, Len lo está haciendo de nuevo» Pensó, mientras sentía que se burlaban de él. Con esa pequeña información, la delgada cuerda que lo mantenía estable en la pelea, se rompió y ya no tenía ganas de seguir peleando hasta noquear a otros, ya no quería jugar a una pelea de niños.
—Oye, Inoue —dijo asustado Key. Pero Yasahiro solo tomó su robusto brazo, y con sus propias manos, lo rompió de tal forma que el hueso atravesó la piel.
Otro de sus compañeros tomó su tobillo, ese era Sai, intentando usar una técnica para derribarlo, pero Yasahiro estaba en modo mecha corta, y no tenía ganas de seguir con una pelea, así que simplemente le dio una fuerte patada que logró sacarle varios dientes. Otro, el último capaz de pararse, y para evitar perder el tiempo, decidió tomarlo de su abrigo y empezó a golpearlo con su puño repetidas veces, hasta que su atuendo su puño se llenó de sangre, y se escuchó un débil murmullo: “me rindo”. Tiró el cuerpo semi-inconsciente a sus pies, decidió caminar y escalar el pilar donde estaba puesta la cámara, y antes de romperla en mil pedazos dijo.
—Voy por ti, Len.
Con su uniforme manchado de sangre, hasta el punto de que no podía leer bien lo que se escribía. Se acercó a las fotos y, en una de las tres, estaba escrita la dirección, que asumió que era donde estaba Len. No tardó mucho en llegar al lugar, y toparse con un mar de gente esperándolo.
...
Kenta se fijó en Len, quien miraba a Yasahiro con mucha emoción, cosa que le sorprendía porque no era una reacción normal, para alguien que va a ser víctima de la ira de su amigo.
—Eso es, ven por mí —murmuró intentando contener su emoción desde su sitio.
Yasahiro se alejó, dio dos pequeños saltos en su sitio para calentar, e inmediatamente, corrió con todas sus fuerzas hacía la enorme masa de personas, que estaban rozando la desesperación por una pelea. Mikey, a diferencia de sus compañeros, fue el único que no se giró en ningún momento; para él, las grabaciones que había visto, eran suficiente para tener una fe inquebrantable en su soldado, así que ni siquiera necesitaba ver para saber cómo iba a terminar.
Isamu, agarró el uniforme del suelo, preocupado por su amigo, que poco a poco iba acercándose entre el grupo de personas, si ya estaba enojado, no se quería imaginar lo que sería si viera su uniforme tirado en el suelo. Pero aun así, tenía la tentación de meterse para evitar que su amigo siga sufriendo.
—Tenemos que detenerlo —dijo Jun, muy preocupado, mientras acomodaba el cuerpo inconsciente de Itami.
—No, tienes que dejar que él se encargue, es su pelea —aclaró Isamu, mirando a Len, que se removía ansioso en su sitio.
A su lado, Mikey pudo ver a Yasahiro pasar a su lado, sin siquiera mirarlo, con el uniforme mucho más ensangrentado, su respiración estaba agitada, y su cuerpo estaba llegando al límite, pero algo en él lo motivaba a seguir, desea seguir, cumplir con su objetivo de acabar con ese chico de cabello berenjena cuya sonrisa se iba agrandando.
Editado: 22.11.2024