Las cosas escalaron terriblemente rápido, y Yasahiro se había quedado paralizado por el panorama que se desenvuelve frente a él. Baji Keisuke, el capitán de su división, estaba muerto en los brazos del subcapitán de la primera división, Chifuyu Matsuno, y su comandante, Sano Manjiro, estaba desenfrenado golpeando a Kazutora Hanemiya, y todos estaban demasiado anonadados como para entender qué sucedía. Al menos eso pasaba, hasta que Takemicchi había hablado, y eso provocó que Yasahiro saliera de su shock. No estaba seguro de que debía hacer, pero al ver las lágrimas de Takemicchi, la desesperación lo invade, como si fuera un padre primerizo, cuyo hijo no paraba de llorar; Por eso razón, se acercó a su comandante, quien estaba sobre el cuerpo de Kazutora, y sin dudarlo, lo pateó en el mentón, para alejarlo del cuerpo ensangrentado que yacía en el suelo, esa acción dejó en shock a todos. Pero el castaño, estaba completamente seguro, de que eso haría tranquilizar al rubio de ojos azules, quien también se había quedado sin palabras por la repentina acción del castaño.
—Isamu, Kenta, lleven al desgraciado lejos, antes de que se muera —pidió y sus amigos no tardaron en reaccionar ante la orden, y tomaron a Kazutora de los brazos para poder ayudarlo, aun en shock, sin poder creer lo que había hecho su mejor amigo.
Mikey se reincorporó, mirando con sus ojos muertos a Yasahiro, quien ya estaba listo para la pelea, que sabía que se iba a desatar; ambos chicos se miraron, y el castaño solo le dio una sonrisa burlona, que hizo hervir la sangre del rubio. El primer golpe fue por parte de Mikey, quien le dio una de sus fuertes patadas, pero Yasahiro, sin dudarlo, bloqueó su golpe y tomó su pierna, con fuerza giró sobre sus tobillos para poder alejarlo de él, varios metros. Se percató de que su comandante estaba cansado, al igual que él, pero si no quería que volviera a golpear a Takemicchi, tenía que volverse el foco de su atención.
—Lo siento, comandante —se disculpó—, pero, debes estar cansado, tu patada se siente débil —aclaró, mientras el rubio le dedicaba una mirada casi inexpresiva.
Está vez, fue Yasahiro, quien reaccionó primero, corrió hasta su comandante y con su rodilla golpeó el mentón, quien intentaba recomponerse, antes de que su cuerpo fuera alejado por subirse sobre su pecho, lo tomó de los brazos jalándolo hacía él, y con todas sus fuerzas le dio un cabezazo. Como consecuencia de ello, Mikey logró reaccionar, propinándole un fuerte golpe en el rostro, provocando que ambos terminaran en el piso, pero antes de sentir el siguiente golpe, Yasahiro pateó el pecho del rubio para poder sacárselo de encima.
—Yasahiro, ¿Acaso estás traicionando a ToMan? —preguntó completamente serio, mientras se levantaba viendo al castaño imitándolo.
—¡No permitiré que traiciones a tus principios! —aseguró el castaño, mientras volvía a ponerse en guardia.
La pelea resultaba brutal para cualquiera, y Yasahiro estaba empezando a escupir sangre, pero no era solo él. Al final, Mikey estaba deteniendo el puño izquierdo del castaño, mientras que Yasahiro lo hacía con su puño derecho. Sus frentes estaban pegadas, era una pelea de determinación; los ojos muertos de Mikey, se concentraron en la mirada preocupada de su contrincante.
—¡Ya basta, Mikey! —gritó Takemicchi— ¡¿Por qué no lo entiendes?! ¡¿En primer lugar, porque crees que Baji murió?! ¡Fue por ti y Kazutora!... Por ToMan. Baji, no fue asesinado por Kazutora, decidió matarse él mismo ¡Porque no quería que Kazutora se sintiera responsable! ¡Porque quiso que perdonara a Kazutora! ¡Hizo eso porque los quería ambos! ¡¿Por qué no lo entiendes?!
Yasahiro soltó a Mikey al verlo más tranquilo, y dejó que las cosas fluyeran como debían. Mikey pareció que se había recuperado después de ver ese amuleto, cerca de Takemicchi. El castaño fue auxiliado por Jun e Itami, quienes lo llevaron lejos de la mirada de todos. Kenta soltó a Kazutora al mismo tiempo que Isamu, y fueron tras su amigo que se veía bastante agitado. Kazutora, miró como era ese grupo de chicos, quienes intentaban ayudar al chico que lo había protegido. Al final, todos se retiraron después de eso, dejando a Kazutora junto al cuerpo de Baji, mientras venían las autoridades.
—Lo hice bien, ¿Verdad? —preguntó agotado.
—Claro que sí, lo hiciste muy bien. Eres una buena persona, Yasahiro —aclaró Isamu mientras lo acomodaba en su espalda.
Editado: 22.11.2024