Yasahiro iba a atrapar una pequeña mariposa blanca, pero chocó directamente con el tronco de un árbol, aunque igual se levantó para escalar y llegar a una pequeña lagartija que escalaba dicha planta. Esa actitud llamó la atención de Mikey, quien estaba al lado de Draken, quien no podía despegar la mirada de esa escena, puesto que desde su punto de vista, la rama se iba a romper, y luego, desvió la mirada para poder ver a Isamu, quien tenía la mirada fija en su mejor amigo, esperando que se cayera.
—¿Él siempre es así? —preguntó Takemicchi algo dudoso, mientras se acercaba a Isamu.
—Es mejor que antes —comentó Itami desde lo alto de un poste, preparado para ver la mejor caída de su amigo.
—¿Eso qué significa? —preguntó el rubio más pequeño de estatura, algo confundido por las respuestas a medias.
—Yasahiro, es algo así como… —intentó decir Jun, aunque tuvo que detenerse, puesto que no encontraba las palabras exactas para poder describirlo.
—Yasa, es alguien complicado —aclaró—. Cuando tú te subes a un árbol, antes de hacerlo, sabes que posiblemente salgan heridos. Yasa, lo considera cuando ya está sobre el árbol, y aun así no ve el peligro porque hay una pequeña probabilidad de no salir herido, entonces no se preocupa por ello, hasta que sale herido —explicó Kenta, y como si fuera el destino, escucharon el sonido de una rama rompiéndose, y entonces se percataron de que Yasahiro se había caído del árbol.
—¡Estoy bien! —gritó mientras se levantaba.
—Antes de ToMan —comentó Isamu—. Él era mucho más frío, temido y desalmado. Ahora, es como lo que siempre quiso ser… —pero se detuvo, al ver que su amigo se bajaba de su lugar y sacaba de su mochila una bebida—. Itami, guarda eso antes de que lo vea y…
—¡Mono! —gritó emocionada mientras le saltaba a Itami por el vaso con adornos de mono, provocando que este casi se cayera—. Dame, dame, dame —pidió mientras intentaba alcanzar el vaso.
—Pero, déjame tomar un poco, imbécil —se quejó, antes de dar un gran trago a aquella bebida frutal, mientras que el castaño miraba pacientemente a su amigo—. Listo, toma.
—Gracias, Itami —dijo emocionado mientras tomaba su vaso, y se alejaba de su amigo—. Esto es delicioso.
—Tienes que dejar de chocar a la gente, por ese adorno —se quejó el azabache de mechas rojas, mientras se acomodaba el cabello. Y de pronto, se escuchó una suave risa, proveniente de Sanzu, quien al verse descubierto volvió a estar serio.
—Deja de molestarme —dijo Yasahiro devolviendo a la realidad a su amigo, puesto que este se había quedado embobado por unos segundos, viendo al subcapitán de la quinta división.
—Cierra la boca, gnomo —dijo divertido, mientras lo seguía.
Takemicchi se sorprendió de cómo habían terminado las cosas, pues aún podía recordar cuando el castaño saltó por la ventana, preocupando a todos los altos mandos, y por eso salieron a asegurarse de que el chico estuviera bien. Afuera, se encontraron con los amigos del castaño, llamando la atención al chico, por ser un imprudente. Después de aquella escena, la mayoría salieron a un parque de juegos, por petición de Yasahiro, quien se había ido a unos columpios. Manjiro, se había percatado de que el castaño, realmente parecía ser el líder de su grupo de amigos, puesto que ellos lo seguían a donde sea que iba, pero este igual, huía de aquel puesto y responsabilidad, con aquella forma infantil y despreocupada. Por esa razón, se acercó a él, recordando aquella actitud que tuvo con Kisaki.
—No te agrada Kisaki, ¿Verdad? —preguntó el rubio, tomando asiento al lado del castaño.
—No, él no me agrada, y su mascota tampoco, Hanma, él es basura —aclaró—. Odio a la gente que sigue a alguien como una mascota, y alienta actitudes estúpidas, me llena de ira —explicó sin mirar al rubio, puesto que se estaba poniendo nervioso.
—Ya es tarde, tenemos que ir a casa, Yasa —dijo Isamu tranquilo, acercándose a ambos chicos, seguido de Draken, quien tenía la misma idea.
—Tienes razón, ya me voy comandante, adiós a todos —y Mikey se levantó. De pronto el rostro de Yasahiro se sonrojó, y antes de que lo vean, empezó a caminar rápido—¡Adiós a ustedes también! —gritó antes de alejarse rápido tomando el brazo de su amigo, para que empiece a caminar.
—¿Y a este que le paso? —preguntó Kenta, mientras miraba a Jun, quien se hundió de hombro, algo confundido.
Yasahiro estaba muy avergonzado por lo que había pensado, en algún momento de la tarde noche, había querido abrazar a su comandante, como lo haría con cualquiera de sus amigos, pero luego se encontró con sus sentimientos que le hicieron pensar que sería lindo recibir cariño de la persona que ama, y eso provocó un terrible sonrojo en su rostro.
Esa noche, fue excepcionalmente tranquilo, todos tuvieron un sueño tranquilo; Takemicchi había invitado a su novia, a los bolos, y está había aceptado. Kenta, podía descansar en paz, sabiendo que su amigo golpeó a Hanma, para desmayarlo, Jun e Itami, estaban aliviados de que todo haya salido bien. Isamu, por su lado, estaba cansado, así que se durmió rápidamente ni bien tocó su almohada. Todo era perfecto, como lo era un buen clima, antes de una enorme tormenta. Una tormenta de un metro con noventa y ocho centímetros, con instinto asesino, y una gran capacidad para controlar a una pandilla que antes se había hundido.
Editado: 22.11.2024