El Monstruo y la Bestia

Capítulo 28

Yasahiro estaba esperando en la sala blanca mientras movía sus pies que no tocaban en piso, debido a la silla. Hojeaba esa vieja revista, en donde había grandes coches viejos, con gente extraña y usando hombreras muy pronunciadas. Fácilmente, sus ojos se desviaban, algunas veces, a su muñeca izquierda y a la venda que la rodeaba.

Se había clavado las uñas, y no pudo evitarlo, después de tantas cosas, aquel chico hizo que sus uñas cortaran su piel para recordarle que debía reprimirse, y no caer en los bajos instintos.

—Inoue Yasahiro —llamó una enfermera—. Ya puedes pasar a ver a tus amigos.

Cuando llegó a la habitación de sus amigos, y los encontró despiertos, no dudó en abrazar a Isamu, intentando no ser brusco para no lastimar a su amigo, quien no dudo en corresponder el abrazo, sabiendo que su mejor amigo, estaba muy asustado.

—Estoy bien —aclaró acariciando el cabello de su amigo, para poder relajarlo.

—Pronto saldremos de aquí —aviso Kenta, percatándose del ligero temblor en el cuerpo del castaño.

—Yo también quiero cariño, Yasa. No ves que estoy lastimado —se quejó Itami, mientras veía como su amigo se acercaba a abrazar a Kenta, luego a Jun y por último a él.

—Me preocuparon mucho —dijo el más pequeño, mientras se despegaba de Itami—. Kenta, necesito respuestas porque no estoy entendiendo nada de lo que sucede.

—No estuve en contacto con la quinta división, pero puedo asegurarte que el líder de Tenjiku, es un sujeto raro llamado Kurokawa Izana, quien fue líder de la octava generación de Black Dragons.

—Eso no es cierto, porque vi a Kisaki y a la basura andante de Hanma, y me invitaron a unirme a ellos, eso me hizo enojar —comentó arrugando el entrecejo y haciendo un puchero.

—Así que Kisaki, es quien une a Izana con Mikey. Recuerden que se había desesperado cuando lo echaron —aclaró Jun con una media sonrisa.

—No entiendo —dijeron Itami y Yasahiro al mismo tiempo.

—Estábamos en el mejor momento, ToMan está arrasando con todo. Pero casualmente nos empezaron a atacar y de la nada, claramente Kisaki es la cabeza que mueve los hilos de esos ataques.

—Ah, ya entendí —dijo Itami—. ¿Por qué no eres más directo?

—Yo entendí más o menos —confesó el castaño de cabello largo

—Por cierto, ¿Ustedes pudieron reconocer a alguien más en la pelea? ¿Hablaron de eso en la reunión? Yasa —preguntó Isamu.

—Siguiendo lo que dijeron en la reunión, sobre la generación S62, los Haitani, un sujeto llamado Madarame Shion, y otro llamado Mochi o Muchi, bueno, no lo recuerdo —explicó mientras sus amigos miraban completamente anonadados—. ¿Qué?

—Yasa, todos los que acaban de mencionar son de la generación S62, es decir, son personas ultraviolentas. Los Haitani son reyes de Roppongi, Mochi es reconocido por ser alguien reconocido por sus peleas y su terrible fuerza. Y Madarame Shion, fue comandante de la novena generación de los Black Dragons, y los rumores dicen que él quería seguir la idea de la octava generación, una de las más brutales de los Black Dragons, y luego llegó Taiju, quien organizó toda esa pandilla—explicó pensativo, intentando recordar otra cosa—. Claro, Mochizuki era el comandante de Jugemu…

—Todas estas personas raras nunca hicieron equipos —aclaró Jun pensativo.

—Exacto, eso es peligroso —aclaró Kenta, pero este inmediatamente se puso serio—. Yasa, quiero que recuerdes esto, porque es muy importante. Ten cuidado con mi capitán —pidió, confundiendo al castaño—. Porque Mucho también es de la misma generación, así que no confíes en él. Pero tampoco los ataques, tendrás que dejar que él haga el primer movimiento, no seas impulsivo.

—Está bien —contestó asintiendo mientras algunos mechones caían en su cara—. Pronto será la pelea, y realmente tengo muchas ganas de matar a todos esos miserables —aclaró seriamente.

Esa explicación no se la tomaron bien, puesto que ellos sabían el alcance que podía tener su amigo. Solo basto con ver aquella escena de Yasahiro dando la misma patada que daba su comandante, que claramente había llamado la atención de todos. Entonces, Isamu decidió tomar la palabra.

—Yasa, quiero que recuerdes que esto también es una pelea contra otras personas, que también sienten y debes mantener tu mente clara y junto con tus límites, y no permitas que ellos te rebajen a su nivel —pidió, y el castaño asintió obedientemente.

—Gracias, chicos —dijo el mencionado con un tono un poco más suave—. Ustedes realmente son mis puntos de apoyo. Y prometo portarme bien, así que procuren recuperarse pronto. Los necesito conmigo.

Después de irse del hospital, se encontró con Chifuyu, su subcapitán, quien le aclaró que tenían una reunión con Takemicchi, y lo invitó a acompañarlo. El camino resultaba bastante silencioso, puesto que, aunque intentaba no demostrar su curiosidad, recientemente despertara a partir de aquella pata que había dado, no sabía cómo iniciar aquella conversación. Por eso, ambos hablaban sobre animes y mangas que leían, descubriendo que comparten casi los mismos gustos.

Mientras tanto, Yasahiro estaba siguiendo alegremente la conversación, puesto que no sabía si confiar realmente en Chifuyu para compartir sus preocupaciones con respeto a Mucho y el resto de aquellas personas, como Izana.



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En el texto hay: bl, pandillas, tokyorevengers

Editado: 22.11.2024

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