En la reunión de aquella noche antes de la pelea, todos estaban inseguros, cuando llegó la noticia de que ni el comandante, ni el subcomandante iban a participar en la pelea, la seguridad de ToMan quedó completamente quebrada, puesto que nadie estaba seguro de ganar.
Solo una persona alzó la voz, dejando a todos sorprendidos; Takemicchi, quien había logrado levantar aquella determinación, y ese espíritu de lucha que todos había abandonado; la llegada de Mitsuya y Smiley, capitanes de la segunda y cuarta división, quienes se habían escapado del hospital en palabras del chico de cabello melocotón solo reafirmaron más sus fuertes voluntades.
—¡Nuestra oportunidad de ganar es cero a nada! —gritó Chifuyu—. Pero, si huimos ahora, entonces considérenlo el fin de ToMan ¡Tenemos que probar que somos ToMan! ¡¿Cierto?! ¡Aun si Mikey no está aquí, ToMan nunca perderá!
Esas palabras fueron la gota que colmó el vaso, que había terminado por despertar a todas aquellas bestias de ToMan. Mientras el grupo caminaba, Takemicchi al frente guiándolos, se quedaron sorprendidos al ver a Yasahiro, frente a ellos y aquellos de la primera división empezar a gritar incluso más fuerte.
—¡Vamos a acabar con Tenjiku! —gritó el castaño, uniéndose al grupo completamente acalorado y escandaloso.
Inui no podía despegar su mirada de Yasahiro, puesto que él lo había visto hace hora con la mirada vacía y totalmente destruido, y ahora estaba gritando de la emoción mientras avanzaba con el grupo. En la mente de Yasahiro, solo había una frase, aquella que Isamu le había dicho antes de la pelea, y aunque no tenía nada que lo detuviera en la pelea, nadie que le ha recordar que sus enemigos son sus semejantes, nadie que le recordara los límites que tenían aquella pelea, ni le recordaran que no debía matar a nadie. Aún tenía aquella frase a la cual se aferraba irracionalmente fuerte, puesto que era lo único que le recordaba a sus amigos.
La llegada de ToMan, dejó a todos los miembros de Tenjiku completamente sorprendidos, pero aun así no retrocedieron en ningún momento.
La pelea inició con un combate de uno a uno con el expresidente de los Black Dragons, parte de los cuatro reyes celestiales de Tenjiku, Madarame Shion, y para sorpresa de todos, el precursor de ToMan, fue el capitán suplente de la tercera división, Ryohei Hayashi, mejor conocido como Peh-yan.
—Sabes, durante todo el tiempo en que estuviste hablando —dijo Peh-yan, antes de propinarle un duro golpe con la izquierda—. ¡No entendí ni una mierda! ¡Habla japonés pendejo!
Madarame Shion, cayó completamente desmayado, y el silencio reinó por unos segundo, hasta que llegó a escuchar la risa de Yasahiro, puesto que toda la situación le resultaba increíblemente graciosa.
La pelea rápidamente explotó, Yasahiro se alejó unos segundos antes de saltar dos veces en su lugar, y correr junto con el resto de ToMan, había visto a Kisaki arriba de aquellos contenedores, y lamentablemente su mente le hizo recordar a Len, justo a quien debía buscar entre el grupo de parásitos miembros de Tenjiku.
Todos estaban buscando levantar un camino para que Takemicchi llegará a Kisaki, y por más que quería participar en aquel plan, Yasahiro sabía lo que ocurriría si llegara a desconcentrarse de su objetivo. En su mente, por cada persona desmayada, la voz de Isamu se iba distorsionando, pues aquel era un recuerdo bastante viejo. Cosa que provocaba que perdiera poco a poco la compostura y que aquellos límites se vieran cada vez más difusos, capa personas desmayada, poco a poco tenía peores heridas hasta que empezó a derramar sangre.
Fue en ese momento en que la pelea se detuvo, Kurokawa Izana, había noqueado a Peh-yan de una sola patada. En aquella quietud, el castaño pudo tener el panorama completo del campo de batalla, y así logró reconocer aquella vieja sombra del pasado que arrastraba en su espalda: Kato Len.
—Siempre estoy acechando —canto Yasahiro rompiendo el silencio.
Con su objetivo fijo, no dudo en correr hacía Izana, quien al verlo, se prepararon para golpearlo, creyendo que sería así de fácil. De no ser porque estaba en una pelea, nadie podría siquiera pensar lo que habían visto.
Aquellos miembros de Tenjiku estaban emocionados, viendo como la distancia se iba estrechando entre aquel mocoso de cabello largo, y su comandante, los capitanes de la misma pandilla, quería burlarse de aquella repentina acciones suicidas por parte de aquel miembro de ToMan. Existió una pequeña fracción de los quinientos miembros de Tenjiku, que temían genuinamente por su comandante, ya que ellos habían presenciado los alcances de aquella violencia que cargaba ese pequeño cuerpo.
Por otro lado, los miembros de ToMan miraban aquello con esperanza, puesto que Yasahiro era conocido como el Caos Andante de ToMan, por una muy buena razón. Caso contrario era Takemicchi, Inui, Angry y Hakkai, puesto que temían que él se convirtiera en otra baja para la pandilla, sin mencionar la preocupación del rubio de ojos azules por la integridad física del menor.
Por su parte, Chifuyu, Akkun, Yamagishi, Takuya y Makoto, miraba aquella situación con muchas expectativas, pues habían visto la verdadera capacidad de ese castaño, y le tenían mucha fe.
Lamentablemente, todas aquellas expectativas, fueron hechas trizas al escuchar y ver a cierta persona.
—Si dice incoherencia, es porque le gusta fingir. No te preocupes, pocos pueden detenerlo, Y por favor, no lo hagas enojar.
Editado: 22.11.2024