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   Se lo conté a Mew, llorando. Me abrazó fuerte y me susurró que no me preocupara, que él creía en los milagros. No tuve el valor para decirle que yo no.

  'Twilight', 'the Host', 'Wolfsong' ...

   Era increíble lo que veían mis ojos. Aquella biblioteca parecía una copia exacta de la mía. Suspiré. Sentí a Mew acercarse a mí mientras comenzaba a besarme suavemente en el cuello. Y mientras me atraía hacia él, mis ojos se posaron en el último libro de la biblioteca de su habitación. En realidad era un cuaderno. Mew siguió la dirección de mi mirada y dijo:

  — Es mi diario personal... Adelante. Puedes leerlo si lo deseas. No hay una sola página de ese diario en el que yo no haya escrito sobre ti...

   Suspirando me di la vuelta y busqué su boca con desesperación. Era nuestro último día juntos. Sus manos se aferraron a mi cintura mientras me besaba casi con mi misma desesperación. Noté que comenzaba a empujarme hacia atrás, hacia su cama. No perdí tiempo y me dejé llevar. No sabía hasta dónde él tenía intenciones de llegar. Pero yo no pensaba detenerlo...

   Me sorprendí de mis propios pensamientos y justo cuando luchaba contra mi propia vergüenza, un sonido se oyó en el piso de abajo y Mew dejó de besarme aunque sin soltarme.

  —Mi... padre..., —balbuceó entrecortadamente.

  Así que al final sí sentía timidez. Y volví a sorprenderme de aquel sonrojado muchacho de la balsa...