El mundo de Gaia

UNA BRUJA

¿Una bruja?

¡¿UNA BRUJA?!

Keera mataría a la niña por ocultar aquella información tan valiosa. Cuando se giró a mirarla, Ness estaba como si nada, no parecía para ella ser un problema esa verdad, cuando Archie y ella misma estaban en muchos problemas por su causa.

—Ella...Ella no es una bruja ¿Verdad Nessy?—. preguntó mientras la señalaba con la mano.

Ness la miró de manera extraña y Keera supuso que lo hacía por el mote cariñoso que había usado con ella. Tenían que tener cuidado, ya que si era una bruja (aunque sea pequeña) podía ser peligrosa.

—Keera, estoy seguro que la niña es una bruja...—. Contestó Edwin y lentamente comenzó a alejarse de la pequeña, que a los ojos de Keera seguia pareciendo inofensiva.

—Ness ¿Es verdad lo que está diciendo?—. Le pregunto Keera.

—Por supuesto que es verdad—. la cortó de inmediato Edwin y luego agregó:—Archie, ponte detrás mío y tu también Keera.

Ella en respuesta rodo los ojos, suponía que si Ness hubiese querido lastimarlos lo hubiese hecho hace rato.

—Edwin, ella no va a lastimarnos— y dirigiendo sus ojos a Archie dijo:—Dile niño... tu la conoces hace más tiempo.

—¡¿Cómo que la conoces hace más tiempo?!—. Pregunto Edwin con los ojos muy abiertos a su sobrino.

Este se limitó a mirar a Keera con exasperación, como si aquella información no tendría que haberla dicho, luego se giró hacia su tío y comenzó a hablar en ese lenguaje de señas con el que se comunicaban.

A Keera le hubiese gustado saber ese lenguaje también...

—¡No puedes estar hablando en serio Archie!—. contestaba Edwin a medida que el niño gesticulaba con sus manos. —No, esto no está bien, ella es peligrosa... ¿Y como estas tan seguro de que no te hará daño? Oh... ¿Y recién ahora me lo dices? De todas maneras ¿Por qué confiaste primero en Keera antes que en mi? Ah... con que esta es la niña que salvaron el otro día—. Termino por decir, volviendo su vista a Ness.

—No estoy entendiendo nada—. Comentó Keera un poco exasperada.

—Archie dice que, aunque sangre de bruja corre por sus venas, la niña no puede hacer magia.

—¿Y eso?—. pregunto Keera.

—No lo se, supongo que nunca fue iniciada—. Termino diciendo él y luego volvió a hablarle a la niña:—¿De qué pueblo eres?

—Olite—. Contestó ella simplemente, como si aquel no fuera un pueblo perdido donde algunas brujas habitaban.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?—. la acusó Keera.

—Por qué no preguntaste—. Contestó ella encogiéndose de hombros y avanzando por la habitación hasta sentarse en la cama de Keera.

—Ella no puede quedarse, sigue siendo peligrosa—. Comentó Edwin después de unos segundos.

—No podemos simplemente echarla a la calle, es solo una niña Edwin—. Contestó Keera.

—Lo se, pero si Belial se entera...—. Respondió él negando con la cabeza.

—Lo se—. Suspiro ella de regreso. —Pero no podemos dejarla a su suerte.

—¿Qué propones entonces?—. dijo girándose para mirar a Keera a la cara.

—No lo se ¿Esta mal que viva en el armario?

—Keera—. Gruño con fastidio Edwin.

—No lo se, no lo habíamos pensado hasta ahora.

—Bueno, pues debemos decirle a Belial.

—¿Estas loco? Va a matarla si se entera—. Y después de ver la duda en los ojos de Edwin, agregó:—Prométeme que no vas a decirle nada.

—Keera...— suspiro Edwin.

—Promételo, por lo menos danos unos días hasta que decidamos qué hacer con ella.

—¿Y que se supone que harás con ella? ¿Dejarla aquí encerrada día y noche? ¿Y por que de repente es tu responsabilidad?

—Bueno... Archie no puede cargar con toda la culpa y si la trajo aquí es por que estuvieron a punto de descubrirlo ¿verdad?—. Pregunto Keera a lo que el muchacho respondió asintiendo.

—Aquí también será descubierta ¿Donde pretendes esconderla?—. Pregunto Edwin, comenzando a perder la paciencia.

—Puedo hacer que Ray venga en las mañanas, ella nos guardará el secreto.

—Keera ¿Es que acaso te volviste loca? Entre más gente lo sepa, más grande será el cabreo de Belial cuando se entere.

—Él no va a enterarse— respondió ella rápidamente.

—¿Y cómo estás tan segura?—. Preguntó él de regreso.

—Solo... solo lo sé—. Contestó, ya no muy segura de sus palabras y después de unos segundos agrego:—Tu solo tienes que hacer que Judith este ocupada a la hora del desayuno ¿Puedes hacer eso?

—Por la luna Keera, esto es una locura—. contestó Edwin mientras se frotaba los ojos con impaciencia y nerviosismo.

—Estas haciendo de algo pequeñito algo muy, muy grande—. Dijo ella de regreso.

Edwin levantó la mirada rápidamente para clavar sus ojos en los de Keera, mirándola con exasperación y justo cuando estaba a punto de decir algo, su expresión cambió y frunció un poco el ceño mientras volvía la vista a Ness y murmuraba:—Se ha ido...

—¿Qué se ha ido?—. pregunto Keera de regreso.

—Su olor, ya no huele como a una bruja.

A Keera le dio un poco de repelús saber que ellos podían oler con tanta precisión todo y pensó para sus adentros cuán incómodo debería ser tener aquel olfato.

Procuraría bañarse con frecuencia.

—¿Eso qué quiere decir?—. pregunto en cambio.

—No lo tengo claro, no debería ser posible.

—Es mestiza—. Dijo con simpleza Keera y cuando Edwin se giró a mirarla, agrego:—Ya sabes, alguno de sus padres era brujo.

—Eso es imposible, sabes cuan difícil es para los brujos procrear, teniendo en cuenta que la mayoría de las veces son estériles, de todas maneras ¿Con una humana? No es posible.

—Pues es la unica explicación que encuentro.

—¿Quiénes eran tus padres niña?—. dijo él dirigiendo su mirada a Ness nuevamente.

—Mi madre murió al nacer y nunca conocí a mi padre, viví siempre con mis abuelos hasta que los mataron—Contestó la niña, sin devolverles la mirada a ninguno de los dos.




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